DOS

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Changbin no estaba por ningún lado. O mejor dicho Félix no sabía dónde comenzar a buscar al chico. Digamos que realmente desapareció de los medios, borro sus cuentas oficiales y es como si un día se hubiera ido de país.  Félix estaba completamente perdido, no sabía dónde comenzar, había tanto y tantos lugares que era casi imposible saber si Changbin seguía en Corea siquiera, los primeros dos días fueron torturosos, busco en todo internet un indicio de su paradero, busco números de contacto, algo, algo que directamente diera con él, con su paradero, con algo de donde se encontraba. El problema es que no encontró nada. Nada es absolutamente nada, no encontró algo que lo vinculará con Changbin, con su paradero o con algo que lo comunicará con él.

Y lo más viable es que Félix contactara con la agencia a la que Changbin era parte, sería mucho más fácil que de ahí le brindarán aunque sea un poco de información, el problema era que... La agencias quebró un año después de la desaparición del piloto estrella, al parecer él era su única salvación y al momento en que Changbin desapareció, la empresa se fue directo a la quiebra. Sí, así como lo oyen, la agencia quebró, quedó en ceros y entonces la única salvación de Félix quedó completamente aplastada, no más información acerca de.

Estaba en su computadora portátil, buscaba información como un loco, realmente estaba desesperado, llevaba el quinto café, no se baño en dos días digamos que no solo su empleó tambaleaba de un hilo, sino también su sueño que estaba tan cerca de cumplirse, gracias a esta entrevista lo tendría todo, todo lo que soñó desde niño, realmente deseaba trabajar en esa área, amaba las carreras, realmente no podía dejar ir esa oportunidad de oro, no cuando haría tan orgulloso a su papá, está bien que jamás sería un piloto, pero que mejor que escribir reseñas, comentarios y demás acerca de ese deporte tan fascinante.

Estaba tan ensimismado en su trabajo, los ojos me ardían por la luz artificial, los lentes ya le lastimaban un poco las orejas, estaba tan adentrando buscando a quien más contactar, que cuando su celular sonó estrepitoso, se espanto tanto que aventó la laptop de su regazo como un acto reflejo.

—¡Oh Mierda!— levantó la laptop del suelo y le sopló, como si de algo sirviera eso, por suerte la alfombra peluda amortiguó la caída y el apartamento siguió funcionando. Soplarle a los aparatos lo aprendió de alguien que conocía, le copió esa acción y ahora lo usaba como parte de él.

La cosa es que su teléfono también siguió sonando con la molesta canción que tanto se le olvidó cambiar, Félix suspiró ruidosamente y sin ver quién rayos era quien me llamaba, contestó.

— Por fin contestas, cariño— la voz al otro lado de la línea sonó aliviada, Félix giró los ojos, pero aún así soltó una sonrisita al escuchar su voz.— estaba preguntándome si me acompañarías está noche, ya sabes, lo mismo de siempre, cariño.

— ¿Lo mismo de siempre?— murmuró mientras se acomodaba los lentes— Hannie, a ti solo te gusta salir a buscar conquistas y me dejas solo siempre.

— No puedes quejarte, tu también lo has hecho.— Felix sonrió, sí, bueno, no podía justificarse, era igual, también había dejado a Hannie solo algunas veces— Pero hoy no tengo ganas de cosas de una noche, solo quiero relajarme, unas copas y así.

— Ya no soy el mismo, Hannie ahora no ando en eso— le sonrió, su amigo hizo un sonidito como si no le creyera— lo que es más increíble es que tú no busques conquistas ¿Tu estás bien?

— Sí, yo sí— su risa se escuchó a través de la linea—¿Quién eres tú y que haz hecho con mi mejor amigo?

— Sigo siendo el mismo, solo que ahora tengo trabajo que hacer.— si solo tuviera un indicio, dejaría la computadora de lado y correría a seguir a Han, porque necesitaba un descanso, era justo y necesario.

Fast Runner (Changlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora