CAPÍTULO 41 AL 50

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CAPÍTULO 41: TODOS LOS BESOS

Lady Elizabeth estuvo toda la tarde dándole consejos a la princesa de cómo podía usar los besos en su matrimonio, Abril estuvo muy atenta a lo que ella decía ya que le parecía muy interesante la forma en la que podía usar los besos a su favor. Cuando llegó la hora de la cena Abril se dirigió al comedor, Alessandro estaba esperándola, pero no vio a Cassian por ningún lado, ella preguntó.

_ ¿Dónde está Cassian? Ha dicho que cenara en su habitación, al parecer está muy cansado, hoy estuvo entrenando con la espada.

Abril tomó su lugar en la mesa y le dijo.

_Espero que se encuentre bien.

_Estará bien, solo es dolor muscular, en unos días se le pasara, hacía mucho que no tomaba una espada.

_ ¿Y tú qué has hecho hoy?

_Como hacía un hermoso día desayuné en el jardín, Cassian me acompañó, después dimos un paseo por el jardín hasta la hora de la comida y en la tarde estuve con lady Elizabeth.

_Veo que has tenido un día ocupado.

_Si.

_Mañana tendré algo de tiempo libre por la tarde así que podríamos dar un paseo en barco por el lago.

_ ¿Hay un lago?

_Si, ¿No lo sabías?

_No.

_ ¿Alguna vez has visto todo lo que hay en el palacio?

_No, nunca lo he hecho.

_Supongo que ahora es un buen momento para que lo hagas, hay muchos lugares dentro del palacio que quizás puedan interesarte, te los mostraré cuando pueda o puedes pedirle a Cassian que lo haga.

Abril estaba emocionada de poder ir a un lago, ella se preguntó cómo sería montar en un barco.

Alessandro quería que Abril fuera feliz en el palacio, que se sintiera a gusto y que olvidara la idea de volver a esa pequeña casa en la que había estado viviendo, por eso quería mostrarle lo hermoso que era el palacio. Cuando terminaron de cenar Abril sintió su cuerpo pesado, había comido más de la cuenta y deseo salir a caminar un poco antes de ir a la cama, pero no sabía si Alessandro estaría de acuerdo, pero como no quería volver a su habitación se armó de valor para pedir su permiso. ¿Me gustaría salir a caminar un poco antes de ir a dormir, Puedo? Por supuesto, pero no sola.

Alessandro se levantó y extendió su mano a Abril.

_Yo te acompañare.

Abril tomó su mano y le dijo.

_Gracias.

Ellos caminaron por el jardín bañado por la luz de la luna hasta llegar a una fuente, Abril recordó que en su primer año en el palacio ella se escapaba durante las noche para aliviar el calor, Alessandro también lo recordó y le dijo.

_Recuerdo que hace un tiempo podía ver un hada que venía a esta fuente y metía sus pies en ella.

Abril sabía que estaba hablando de ella, pero no quería admitirlo así que cambió de tema.

_Hoy hace una noche estupenda, casi no hace calor.

Ella se sentó en el muro de la fuente y metió su mano en el agua, Alessandro se sentó a su lado y le dijo.

_Me gustaría saber quién era esa hada, quizás debería ordenar que la busquen.

Abril quería que el rey dejara de hablar de ese tema, ella no quería ser castigada por haber metido sus pies sucios en la fuente, así que decidió poner en a prueba lo que lady Elizabeth le había enseñado esa tarde, ella se puso en pie y se colocó enfrente del rey, puso sus manos en sus hombros, acerco su rostro al de él y presionó suavemente sus labios sobre los de Alessandro. Él se sorprendió mucho, esa era la primera vez que ella tomaba la iniciativa de besarle, él rodeó su cintura con sus brazos atrayéndola hacia él y profundizó su beso, al separar sus bocas él le dijo.

_ ¿A qué viene eso?

_Lady Elizabeth me dijo que si lo besaba sin que me lo pidiera le gustaría, ¿No es así?

_Me ha gustado, tanto que creo que debería compensar generosamente a lady Elizabeth por hacer que mi esposa se vuelva tan activa.

Alessandro hizo que Abril se sentará en su regazo y continuó besándola, él acarició su mejilla y le preguntó. ¿Qué te enseño lady Elizabeth exactamente? Me enseño que hay muchos tipos de besos y que todos expresan diferentes cosas.

_Así, me gustaría recibir cada uno de ellos. ¿Qué? Quiero cada uno de los besos que lady Elizabeth te explico. ¿Todos? Si, todos.

_Pero no creo que pueda con todos.

_Te ayudaré con los que no puedas.

_Está bien.

Abril le dio un beso en la frente, siguió con un beso en la mejillas, después tomó la mano de Alessandro y le dio un beso en el dorso de la mano, después volvió a su boca y le dio un beso largo y prolongado y después se detuvo, Alessandro pregunto.

_ ¿Eso es todo?

_Los demás me cuestan más.

_ ¿Cuáles hacen falta?

_Un beso con lengua, otro en el cuello y otro…

Abril no quería hacer el que seguía, Alessandro sintió curiosidad por saber cuál era y preguntó.

_ ¿Cuál falta?

_ ¿Es necesario?

_Sí, los quiero todos.

_Un beso en el lóbulo de la oreja.

_Ese no lo hemos probado.

Respondió Alessandro con una sonrisa picará.

pero lo seguiremos en el orden que los has dicho.

_Pero los otros…

_Yo te ayudaré.

Alessandro le dio un beso con legua, después un beso en el cuello que dejó una marca roja en el cuello y por último un beso en el lóbulo de la oreja, él tomó con la lengua el lóbulo de la oreja de la Abril y tiró suavemente hacia arriba y hacia abajo. A Abril se le escapó un gemido, eso encendió a Alessandro, él continuó bajando y beso su cuello, su clavícula, después volvió a su boca y le dio un beso prolongado que siguió de un beso con lengua. Abril sentía un extraño calor expandiéndose por su cuerpo, su boca caliente ardía cada parte de su piel que tocaba, sus gemidos empezaron a escaparse de su boca, ella sentía su cuerpo liviano y débil, se aferró al cuello de Alessandro mientras él la besaba apasionadamente dejándola sin respiración. Alessandro estaba ensimismado, perdido en la lujuria ya no quería seguir esperando, quería hacerla suya, quería robar esa inocencia, devorarla por completo, él la tomó en brazos, con la entrecortada ella preguntó.

_ ¿A dónde vamos?

Con una sonrisa Alessandro le respondió.

_A poner en práctica lo que has aprendido.


CAPÍTULO 42: PLACER Y DOLOR


Al llegar a la habitación Alessandro la deposito suavemente en la cama, él le dio un beso en la palma de la mano, después le dio un beso en la mejilla, otro en la frente y por último un beso en los labios, su beso fue dulce y tierno, sin prisa, para no asustarla.

Él separó su boca y acarició su rostro, sus cabellos rojizos. Alessandro volvió a besarla, besos cortos y suaves que se fueron volviendo más largos y profundos, él comenzó a desatar la cinta del vestido de Abril, después deslizó las mangas del vestido descubriendo sus hombros, le dio un suave beso en la clavícula y ella se sonrojo hasta el cuello. Alessandro se quitó la camisa, después besó su boca, mientras sus manos furtivas se deslizaron debajo de su vestido tocaron sus muslos, sintiendo la suavidad de su piel. Él le quitó el vestido, sus pechos desnudos se veían suaves, mientras la besaba los acarició, después bajo besando su cuello, se detuvo en sus pechos, los probó con su lengua y chupó cada uno de ellos como si quisiera comérselos, arrancándole gemidos de placer a Abril, gemidos que ella intentaba acallar con su mano, él levantó su rostro y al verla tomo su mano, le dio un beso en la palma y le dijo.

_No hagas eso, quiero escuchar tu voz.

Su boca volvió a unirse a la de ella, le dio un beso apasionado y explorador, ella rodeo su cuello con sus brazos aferrándose a él. Alessandro siguió recorriendo su cuerpo con sus manos, al llegar a su vientre sintió las vendas que aun cubría su herida, él se preguntó si estaba bien haberla suya cuando aún no se había recuperado por completo, pero la pasión nubló la razón. Él siguió recorriendo su cuerpo con sus manos y con sus besos, al llegar a su vientre beso la herida por encima de las vendas y le dijo.

_Si te duele, dime y me detendré.

Él siguió besando cada parte de su cuerpo, Abril sentía que su cuerpo ardía cada lugar que tocaba con su boca, ella sentía su cabeza nublada. Alessandro quito su ropa interior y con su boca le dio placer, llevándola al éxtasis, el cuerpo de Abril temblaba, sentía que desmayaría de la dulce sensación de placer que sentía, ella se preguntó por qué lady Elizabeth le había dicho que era doloroso.

Alessandro estaba en su límite, deseaba volverse uno con ella, hundirse en ella en su interior y perderse en placer. Él se quitó los pantalones y la ropa interior, Abril quien había estado perdida en placer al ver el miembro erecto de Alessandro recordó que era exactamente lo que provocaba dolor, ella al ver lo grande y grueso que era se asustó y dijo.

_Lo dejamos aquí.

Alessandro estaba al borde del colapso, él pensó que ella estaba loca si pensaba que él iba a detenerse, él la besó y le dijo. Qué cruel eres, después de que yo te hice sentir bien quieres dejarme en este estado.

_No me gusta el dolor.

_Y no te dolera, bueno quizás un poquito.

_Eso es muy grande, me va a matar.

_Nadie muere por eso, si tienes miedo solo meteré la puntita.

_ ¿De verdad?

_Si y si duele demasiado dímelo y me detendré.

_Lo prometes.

_Lo prometo.

Mintió Alessandro mientras cruzaba los dedos.

Él la beso, besos largos y profundos, después con sus dedos acarició su flor, preparándola para lo que vendría, Abril sentía placer así que se relajó un poco, aunque seguía sintiendo sus dudas si continuar o no.

Alessandro se acomodó entres sus piernas, sus partes se rozaron, las manos de Abril se tensaron en su espalda, él dejó su boca y beso su oreja, él había descubierto que ese era su punto débil así que lo uso para distraerla. Él empezó a hundirse en ella lentamente, después de unos centímetros Abril se quejó de dolor y le pidió que se detuviera, pero él no lo hizo, tomó su boca y siguió abriéndose paso en su interior, el dolor era horrible, Abril le clavó las uñas en la espalda, le arañaba como un gato para que se detuviera, él se encontró con un tope, su pureza intacta, él movió sus caderas hacia delante tomando su primera vez, ella dio un gritito de dolor.

Alessandro se quedó inmóvil, ella estaba llorando, quejándose de dolor, pero ya no había vuelta atrás ella era suya, ese día se había vuelto su mujer, él la besó hasta que ella dejó de arañarle la espalda, él comenzó a mover sus caderas lentamente, con lágrimas en los ojos ella le pedía que no se moviera, pero él estaba haciendo acopio de toda su fuerza para no ir más rápido, el detenerse era imposible.

Abril se aferró a su cuello mientras él se movía lentamente, había placer, pero también dolor, eso no le gusto a ella no le gusto y se arrepintió profundamente de haber creído en las palabras del rey. Alessandro continúo besándola mientras se movía con mucho cuidado para no lastimarla, su interior estaba apretado, ella era como una droga que lo estaba enloqueciendo, era como un adicto que lucha contra su vicio, así se sentía mientras luchaba por no mover sus caderas con fuerza, cuando llego al clímax sintió que caía en un abismo y que al mismo tiempo subía a lo más alto. Él había estado con otras mujeres antes, pero ninguna lo había hecho sentir eso, sentir tanto deseo y placer como lo hacía la princesa.

Abril sintió que no podía más y al final terminó desmayándose, Alessandro la abrazo respirando su aroma hasta que pudo calmar su deseo. Él la cubrió con una manta y se dirigió al baño a tratar con su erección ya que estaba lejos de estar satisfecho. Al volver él limpió el cuerpo de la princesa, entre las sábanas él pudo ver una mancha de sangre, la prueba de que él había sido su primero. Él se metió en la cama al terminar de limpiarla, la rodeo con sus brazos y se quedó dormido respirando el dulce aroma de su cuerpo.


CAPÍTULO 43: FURIOSA


A la mañana siguiente Abril se despertó primero, su cuerpo se sentía cansado y entre sus piernas adolorida. Al abrir sus ojos lo primero que vio fue a Alessandro durmiendo a su lado, él la estaba abrazando, ella estaba muy molesta con él por haberle mentido, le había dicho que se detendría si ella se lo pedía, sin embargo, no lo había hecho, aun cuando ella le había suplicado con lágrimas en los ojos.

Abril intentó escapar de sus brazos, pero él la rodeó aún más con sus brazos, tocando su cintura por debajo de las sábanas. Ella se sonrojo al darse cuenta de que estaba completamente desnuda, que él estaba tocando su cuerpo directamente sin ninguna pieza de ropa. Su rostro se tiñó de rojo por la vergüenza que sentía.

Medio dormido Alessandro le preguntó.

_ ¿A dónde vas?

_Lejos de su majestad.

Respondió con la voz ronca, también se escuchaba muy molesta, Alessandro la liberó de su abrazo y le preguntó.

_ ¿Qué pasa?, ¿Por qué estás tan molesta?

Abril frunció el ceño, no podía creer que tuviera el cinismo de preguntar por qué estaba tan molesta.

_Su majestad me mintió, dijo que no doliera.

_Dije que un poquito.

_Eso no era un poquito, era un montón y dijo que se detendría si me dolía, pero no lo hizo.

Alessandro no pensó que la princesa quien siempre era tranquila se pondría tan furiosa, él le dijo.

_Lo siento, la próxima vez…

Abril no dejó que terminara de hablar, ella gritó con gran enojo. No habrá una segunda próxima vez, no volveré a creer en las palabras de su majestad, es un mentiroso lo odio.

_Abril estás exagerando un poco las cosas.

Abril apartó la mano del rey que intentaba tocarla y le dijo. No quiero ver a su majestad, quiero volver a mi casa. Abril no creo que haya sido tan malo, también parecían disfrutarlo ayer.

Abril cubrió sus oídos, ella no quería escuchar lo que el rey tenía que decirle, ella estaba demasiado molesta y aunque ella solía ser tranquila podía llegar a ser muy necia cuando se lo proponía, ella le dijo.

_No quiero volver a escuchar las palabras de su majestad, todas son mentiras.

Abril estaba demasiado alterada, Alessandro se levantó y recogió sus ropas del suelo, mientras se cambiaba él intentó calmarla, pero ella se negó a escuchar lo que tenía que decir. Al final no tuvo más opción que dejarla sola, al salir de la habitación él mandó a llamar un médico y específico que fuera mujer, también mandó llamar a las sirvientas para que cuidaran de la princesa hasta que llegara el médico.

Cuando Alessandro llegó a su oficina se encontró a Sirius, ese día él había ido a llevarle más medicina para la princesa, al verlo con las ropas desordenadas él le preguntó.

_ ¿Le ha pasado algo su majestad?

_Mi esposa está furiosa conmigo.

_Habla de la princesa.

_ ¿Acaso tengo otra esposa?

_ ¿Por qué está molesta la princesa?

Alessandro dudó un momento si contarle o no lo que había pasado con Abril.

_Digamos que le mentí.

_ ¿Y por eso está furiosa?

_Es porque le dije que no sentiría dolor. Respondió el rey en voz baja.

_ ¿Le pego?

_No, ¿Qué clase de hombre crees que soy?

_Entonces que paso.

_Ayer consumamos nuestro matrimonio, le dije que no le dolería, bueno le dije que un poquito, pero esta mañana cuando despertó me ha echado de la habitación.

_Está seguro de que está hablando de la princesa, me cuesta imaginar que alguien tan tranquila como ella haya hecho algo como eso.

_Aunque no lo parezca tiene su carácter, ella puede ser una necia cuando quiere, ni siquiera quiso escuchar lo que tenía que decirle.

_ ¿Tan malo fue?

_No, pero, ella está furiosa.

Alessandro revolvió su cabello y le dijo.

_Maldita sea, no entiendo a las mujeres, puedes creer que dijo que no habría una segunda vez.

_Ella no puede negarse, son sus deberes de esposa.

_Intenta decírselo sin que te eche de la habitación, soy el rey y eso de poco le importo.

_En verdad me cuesta creer que estemos hablando de la princesa.

_Pues créetelo, puede ser una fiera cuando quiere, da miedo. Sirius no podía creer las palabras que estaban saliendo de la boca del rey, él quien se había enfrentado al mismo rey Venobich quien era considerado un demonio sin ningún temor, pero que decía que la princesa una joven delgada y constitución pequeña diera miedo.

_Quizás si su majestad se disculpa ella lo perdone.

_Crees que no lo intente, si ni siquiera me dejó hablar. En verdad sigo sin poder creer que estemos hablando de la princesa.

_Puedes dejar de repetir las mismas palabras una y otra vez.

Alessandro suspiro pesadamente y dijo.

_Si no puedo con una esposa, esos nobles están locos si piensan que tomaré una segunda esposa, y ahora qué hago para que me perdone.

Al escuchar hablar al rey Sirius se dio cuenta de una cosa, el rey estaba hablando como un hombre enamorado que intentaba contentar a su esposa, al parecer el rey había terminado cayendo en su propio juego, el que se había terminado enamorando había sido el, pero en el estado en el que se encontraba Sirius no considere prudente decir nada.

Alessandro ordenó que él médico fuera a verle cuando terminara de revisar a la princesa, tal y como el ordeno ella fue a su oficina, él le preguntó.

Cómo está mi esposa.

Ella estará bien, solo necesita descansar unos días.

¿Y su herida?

Casi ha sanado por completo así que tampoco hay problema con eso.

¿Ella sigue enojada?

El médico no supo qué contestar ante la pregunta del rey la cual la considero un tanto extraña.

_No sé cómo responder a eso su majestad.

_Con la verdad, está molesta o no.

Ella estaba un poco molesta.

_ ¿Solo un poco?

No, en realidad estaba furiosa, estaba maldiciendo a su majestad.

¿Qué debería hacer?

¿Disculpe?

¿Qué debería hacer para que ella me perdone?

_No lo sé su majestad, yo solo soy un simple médico, no puedo ayudarle con eso.

_Ya puede irse.

Alessandro estuvo toda la mañana preguntándose que hacer para que ella le perdonara, pero por más que lo intentaba no venía nada a su mente. Cassian irrumpió en su oficina de golpe, él parecía muy molesto.

_ ¿Qué le has hecho a la princesa?

_No sé a qué te refieres.

_Dice que quiere irse y te está maldiciendo, intentó volver a la casa en la que vivía, pero logre detenerla, ¿Qué le hiciste? Solo consumamos nuestro matrimonio, pero fue doloroso y se molestó porque le dije que no lo sería.

_ ¿Qué?

_Es verdad que le mentí, pero no es para que se ponga tan furiosa, yo no quería mentirle.

En ese momento Cassian sintió como si el suelo bajo sus pies se estuviera derrumbando, él sabía que eso pasaría tarde o temprano pero nunca se imaginó que cuando llegara sería tan doloroso para él, Cassian apretó sus manos en un puño intentando controlarse, después dio media vuelta regresando por donde había llegado sin decir nada sobre lo que su hermano acababa de decirle.

Alessandro volvió a su habitación e intentó hablar con Abril, sin embargo ella seguía negándose a hablar con él y volvió a correrlo de la habitación, Alessandro volvió a su oficina sintiéndose como el peor de los desgraciados. El mayordomo entró en la oficina del rey a llevarle el té como solía hacer siempre. Tras cruzar la puerta el rey le preguntó.

_Mi esposa está hecha una furia, que puedo hacer para que me perdones.

_ ¿Qué?

_Responde rápido.

_Disculparse.

_Ya lo intenté, pero no quiso escucharme.

_Llevarle flores.

_Eso no lo he intentado, pide que llenen su habitación de flores, menos rosas esas no le gustan, ni ninguna que tenga espinas.

_Como ordene su majesta.


CAPÍTULO 44: PERDÓNAME 


Las sirvientas entraron con un sinfín de flores a la habitación, Abril se preguntó que era todo eso, la habitación quedo repleta de flores, de todos los tipos y colores, aunque no había rosas, mientras los veía Abril preguntó.

_ ¿Qué es todo esto?

_Su majestad ordeno que trajéramos estas flores para la princesa.

Respondió una de las sirvientas.

_No las quiero, llévenselas.

_No podemos hacer eso princesa, su majestad se enojaría con nosotras si no obedecemos sus órdenes.

_No las quiero.

_Por favor princesa acepte las flores, ellas no tienen la culpa de nada.

Las sirvientas estuvieron rogándole a la princesa durante varias horas hasta al final ella acepto las flores. Después de que las sirvientas se fueran Abril se quedó mirando las flores, un dulce aroma se había extendido por toda la habitación. Era un hermoso detalle por parte del rey, sin embargo, ella no podía perdonar que le hubiera mentido, ella sabía que estaba siendo necia, pero ella odiaba que le mintieran y sobre todo odiaba el dolor.

Alguien toco la puerta, poco después Alessandro se asomó a la habitación y preguntó.

_Puedo pasar?

_No.

Alessandro termino de entrar a la habitación ignorando los deseos de Abril, él se sentó en el borde de la cama, intento tomar su mano, pero ella no lo permitió.

_Se que estas molesta, pero me estoy disculpando.

Abril giro su rostro hacia otro lado, ella no quería escuchar al rey, cubrió sus oídos con sus manos y le dijo.

_No quiero escuchar a su majestad.

Alessandro tomo las manos de Abril y la obligo a que lo mirara.

_ ¿Qué quieres que haga para que me perdones?

_Nada, ya no creo en las palabras de su majestad.

_Se que te mentí y te pido perdón por eso, no pude controlarme y te lastimé.

_Me dolió mucho, aun me duele. Alessandro le robo un beso Abril y le dijo.

_Lo siento.

Abril intento apartarlo, pero no pudo, él siguió besándola y entre beso y beso repitió una y otra vez.

_Lo siento.

Cuando Abril dejo de forcejear Abril le dijo.

_Lo siento, no volverá a suceder, seré más gentil la próxima vez.

_No habrá una próxima vez, no quiero volver a sentir dolor. Alessandro acaricio su rostro, su cabello, le dio un suave en las mejillas, en los labios y le dijo.

_Perdóname, haré lo que me pidas, pero perdóname, deja que me redima.

_Ya no creo en las palabras de su majestad, son mentiras, yo odio que me mientan, puedo soportar que me ignore o que me trate mal, pero odio que me mientan y aún más odio el dolor.

_Ahora que lo sé no volverá a suceder.

_ ¿De verdad?, ¿Lo promete?

_No puedo prometer que no habrá dolor en el futuro ya que sigues siendo inexperta, pero una vez te hayas acostumbrado, no habrá dolor.

_ ¿Esta vez no es una mentira?

_Claro.

_No lo es.

Alessandro siguió llenando su rostro de pequeños besos hasta ella accedió a perdonarlo, aunque seguía negándose a una segunda vez. Alessandro sabía que había ocasiones en las que era mejor ceder, así que no siguió insistiendo, esperaría que se calmara, bajara su guardia y olvidara lo sucedido la noche anterior. 

Cassian había vuelto al campo de entrenamiento, ese día él estuvo practico con la espada toda la tarde, él. Quería desahogarse, sacar todo el dolor y el sufrimiento que llevaba en su interior.

El que Alessandro y Abril hubieran consumido su matrimonio solo significaba una sola cosa, ellos habían pasado a ser un verdadero matrimonio, ya no había lugar para él entre ellos. Cassian siguió practicando hasta que sus manos terminaron llegándose, estaban en carne viva, el dolor había comenzado a ser muy molesto. Si iba a ver a la princesa, aunque fuera un momento él sabía que sus heridas podían sanar fácilmente, pero él se negaba a ir a verla, porque en ese momento él era incapaz de controlar sus emociones y no quería decir o hacer algo de lo que se arrepintiera en un futuro.


CAPÍTULO 45: DESEO CUMPLIR MI PROMESA


Cassian fue al día siguiente a visitar a Abril, la habitación estaba llena de flores y su fragancia estaba esparcida por toda la habitación, las puertas que dirigían al balcón estaban abiertas y una suave brisa hacía mover las cortinas, Abril veía hacia fuera como si quisiera abandonar la cama en la que estaba acostada para disfrutar del hermoso día de verano que estaba haciendo, él preguntó.

_ ¿Qué es todo esto?, ¿Estás intentando que tu habitación se vuelva un jardín? Las envió su majestad ayer, creo que eran para que le perdonara.

Cassian no podía creer lo que estaba escuchando, ni lo que veía, su hermano enviando un regalo y pidiendo perdón a una mujer, eso era algo que nunca pensó que sucedería.

_ ¿Cómo te encuentras?

_Estoy mejor.

_¿Aún sigues molesta con mi hermano?,¿O ya le has perdonado?

_No, ayer hicimos las paces.

En el fondo de su corazón Cassian había deseado que Abril no le hubiera perdonado, que los dos se hubieran distanciado.

_Ya veo.

Abril seguía mirando hacia fuera, Cassian preguntó.

_ ¿Quieres ir a fuera?

_La verdad es que si, no me gusta estar encerrada, lo odio.

_Entonces vamos a dar un paseo por el jardín.

Abril se encontraba mejor, sin embargo, Alessandro había sido muy claro esa mañana antes de irse.

_No salgas de tu habitación, quédate descansando en la cama juiciosa un par de días, el viaje para hacer la inspección será pronto, pero si no estás bien no iras.

Aunque Abril deseaba con todas sus fuerzas el salir fuera, caminar entre las flores bajo los ardientes rayos del sol, sentir la suave y fresca brisa acariciando su piel. Pero también deseaba con todo su corazón saber que había más allá de los muros del castillo, viajar y descubrir un nuevo mundo, así que decidió ser obediente y quedarse en la cama, aunque no le hiciera mucha gracia.

Ella negó con la cabeza y respondió.

_Su majestad dijo que debo quedarme en mi habitación y descansar, de lo contrario no podré acompañarle en su viaje para inspeccionar el reino. ¿Tanto así deseas salir? Si, aunque me gustaría tener algún libro para que mi tiempo en esta habitación pase más rápido.

_ ¿Quieres que te traiga algún libro de la librería? No, ya he enviado a una de las sirvientas varias veces a la biblioteca, pero no hay muchos libros que me parezcan interesantes.

_ ¿Quieres que te compre un libro nuevo?, podría ir a la ciudad y comprar algunos libros si así lo deseas.

_ ¿De verdad harías eso por mí? Si.

Te lo agradeceria mucho.

Cassian había pasado poco tiempo con la princesa y si se iba el dolor volvería a mitad de la noche, así que tomó su mano por un momento y le dijo.

_No tardaré, te veré después.

Cassian se levantó y se fue dejando sola a Abril, ella se preguntó por qué le habían tomado la mano, pero esos pensamientos desaparecieron rápidamente cuando vio entrar al rey, él se le acercó le dio un suave y dulce beso en los labios y le preguntó.

_ ¿Cómo te encuentras? Estoy bien.

_Ya no te duele.

_No he dicho eso, pero el dolor es soportable.

Alessandro decidió que lo mejor era cambiar de tema ya que siempre que hablaban de ello, Abril hacía mala cara.

_He pensado que podríamos ir a dar un paseo por el lago en bote tal y como te lo prometí en dos días, si te encuentras bien para entonces, en el lago hay unas flores en el agua que están en plena floración, creo que te gustaran.

Los ojos de Abril se iluminaron como dos luceros brillando de felicidad y emoción pura.

_ ¿De verdad?, ¿Su majestad no está mintiendo?

_No lo estoy haciendo, ya he aprendido mi elección, solo quiero cumplir con lo que te prometí ese día en el jardín frente aquella fuente, quiero hacerte feliz.

Alessandro acarició sus cabellos, sus mejillas y su bajo hasta su cuello y le dijo.

_Te dije que te mostraría todos los lugares hermosos que hay dentro del palacio.

Quiero que olvides esa idea de querer dejar el palacio. Pensó Alessandro mientras le daba un dulce beso. Quiero que te quedes a mi lado y no desees irte nunca, porque tampoco lo permitiré.


CAPÍTULO 46: UN ENCUENTRO EN LA LIBRERÍA


Cassian odiaba salir del palacio y aún más visitar la ciudad, sin embargo, ese día le había prometido a Abril que le conseguiría nuevos libros, él podía enviar a uno de los sirvientes sí quería, sin embargo decidió ir él mismo, cuando pidió que prepararán su carruaje para ir a la ciudad el mayordomo y los sirvientes se sorprendieron mucho, ya que el príncipe casi nunca salía del palacio desde que había sufrido la lesión en su pierna.

Cassian le pidió al cochero que lo llevará a una librería, al llegar a la ciudad el cochero lo dejo lo más cerca que pudo, pero hubo cierto trayecto que tuvo que hacerlo caminando, al caminar Cassian cojeaba ligeramente, había personas que se le quedaban viendo, eso a él no le gustaba. En el pasado a él le encantaba pasear por la ciudad, a menudo él se escapaba del palacio solo para poder visitar los restaurantes y pasear por las calles repletas de gente.

Al llegar a la librería Cassian le pidió a los guardias que lo esperaran fuera, ellos se negaron rotundamente, pero él siguió insistiendo, no quería que ellos vieran que iba a comprar novela románticas, aunque no fueran para él, no quiso que lo fueran a malinterpretar, Después de tanto insistir Cassian logró entrar solo a la librería, había un anciano en el mostrador, él le preguntó.

_ ¿En qué puedo ayudarlo? No estoy muy seguro, echaré un vistazo.

_Por supuesto, siéntase libre de ver los libros.

_Gracias.

Cassian se paseó por las estanterías hasta llegar a la sección donde estaban las novelas románticas, mientras leía los títulos de los libros y escogía los que creía que le gustarían más a la princesa deseo que nadie lo viera.

Él estaba tan concentrado eligiendo los libros que no se enteró cuando una joven se le acercó hasta que ella le habló. Ese libro que tienes es muy bueno, aunque hay dos más antes de ese, si no lo has leído pueda que no entiendas mucho este. Cassian se sorprendió, él estaba avergonzado de que lo vieran comprando novelas románticas, aquella joven vio cómo su rostro se teñía de rojo, ella le dijo.

_Lo siento, ¿He hecho que te sientes incomodo? Estoy eligiendo libros para una amiga, pero en realidad no se cuales elegir.

_ ¿Si quieres puedo ayudarte?, me he leído todos los libros que hay aquí.

Aquella joven era muy amable, Cassian acepto su ayuda ya que se sentía un poco perdido.

_Te agradecería mucho si hicieras eso.

_ ¿Me llamo Laila, Tu como te llamas?

Preguntó la joven de cabello rubio, que llevaba atado en un moño y de ojos castaño claro, era delgada y por sus ropas no parecía ser una noble.

_Me llamo Cassian. Ella le sonrió y le dijo.

_Tienes el mismo nombre que el príncipe.

Cassian no quería que ella supiera que era el príncipe, ese día él iba de incógnito, sus ropas eran sencillas y ninguno diría que se trataba de la misma persona.

_Es un nombre común.

_La verdad es que no, es la primera vez que escucho decir a alguien que tiene el mismo nombre del príncipe.

Laila sacó varios libros de la estantería y dejó de lado el tema de su nombre.

_Estos libros son muy buenos, seguro a tu amiga le va a encantar.

Cassian se dio cuenta que uno de los libros no era de romance si no de aventura, él le dijo.

_No creo que le guste este. Dijo mientras lo señalaba. Te aseguro que le encantará, aunque es de aventura los personajes viven un gran amor y describe lugares maravillosos.

_Entonces lo llevaré.

_ ¿Quieres que los empaque?

_ ¿Tú trabajas aquí?

_Si, mi abuelo es el dueño de la tienda, ¿Los empacó todos?

_Si por favor.

Mientras Laila empacaba los libros Cassian se detuvo frente a una estantería donde había un libro que llamó su atención, Laila se percató del libro que veía y le dijo.

_Ese es un buen libro, te lo recomiendo.

_ ¿También lo has leído?

_He leído todos los libros que hay aquí. Respondió Laila orgullosa de sí misma.

_Así puedo recomendar los libros a los clientes que visitan la tienda.

Cassian tomó el libro y se lo dio a Laila.

_Entonces también me llevaré este.

_Cuando leí este libro no pude soltarlo hasta que lo termine, espero que te guste.

_Si me gusta volveré nuevamente para comprar otro libro. Entonces seguro volverás, no suelo equivocarme cuando recomiendo un libro.

Después de que Laila terminará de empacar los libros Cassian los pagó, él quería darle una buena propina a Laila por haberlo ayudado, sin embargo, ella negó con la cabeza.

_No puedo aceptarlo, el ayudarte es mi trabajo, además me ha gustado hablar contigo, así que si te ha gustado mi trato vuelve a visitar la tienda.

_Muchas gracias.

Cassian tomó los libros y antes de salir de la tienda Laila le dijo. La próxima vez que vuelvas, invítame a dar una vuelta. Cassian se dio cuenta en ese momento que Laila estaba coqueteando con él, sus mejillas se tiñeron de rojo y salió rápidamente de la tienda, él no estaba muy familiarizado con eso, normalmente siempre era su hermano quien atraía la atención de las mujeres, él pasaba desapercibido.

Cuando los guardias vieron que tenía la cara roja le preguntaron.

_ ¿Se encuentra bien príncipe? Estoy bien, vámonos.

Cuando Cassian volvió al palacio fue a la habitación de Abril, antes de entrar ella escuchó la voz de Alessandro, él no se atrevió a entrar, dio media vuelta y le dio los libros a una de las sirvientas para que se los entregara.

Cassian volvió a su habitación, se acostó en la cama, estuvo quieto en, su cama sin hacer nada durante algunas horas. Después recordó el libro que había comprado por recomendación de Laila, ella se había mostrado muy emocionada mientras le recomendaba el libro, él comenzó a leer por curiosidad, pero resultó ser tal y como le había dicho Laila, el libro era tan interesante que no pudo parar de leerlo, él se quedó despierto durante toda la noche leyendo, al dia siguiente se despertó tarde y después de desayunar continuó leyendo su libro, ese día él se mantuvo absorto en la lectura, tanto que por un momento se olvidó de todos sus problemas.

Al día siguiente el continúo leyendo su libro, él no paró de leer hasta que el dolor de su pierna se volvió insoportable y tuvo que ir a ver a Abril.

Cuando llegó a la puerta de la habitación de Abril, toco la puerta con sus nudillos y una de las sirvientas abrió la puerta, Abril estaba poniéndose un sombrero, Cassian preguntó.

_ ¿Vas a alguna parte? Iré con su majestad a dar un paseo por el lago, no sabía que había un lago, ¿Es bonito? Si, es muy bonito.

_ ¿Quieres acompañarnos? No, creo que yo sobraría.

Cassian vio que Abril tenía uno de los libros que él le había enviado en la mesita de noche, él preguntó.

_ ¿Te han gustado los libros? Sí, parecen muy interesantes y el que empecé a leer es maravilloso, no podía dejar de leerlo, ayer su majestad tuvo que quitármelo de las manos para que lograra soltarlo, muchas gracias.

Cassian recordó las palabras de Laila, al parecer ella en verdad no se equivocaba, sus recomendaciones eran muy acertadas. Alessandro entró en la habitación, él saludó a su hermano, se acercó a Abril, rodeo su cintura con su brazo y le preguntó.

_ ¿Estás lista? Si, estoy ansiosa por nuestro paseo, nunca he visto un lago.

Alessandro le sonrió con ternura, eso fue algo extraño para Cassian, en ese momento se dio cuenta que su hermano había cambiado mucho, parecía haberse suavizado, Cassian estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta de que su hermano le estaba hablando.

_Cassian, ¿Me estás escuchando?

_Lo siento, me he distraído un poco.

_Te estoy preguntando, ¿Quieres acompañarnos a dar un paseo por el lago?

_Muchas gracias, pero no, estoy leyendo un libro y quisiera terminarlo, así que vayan ustedes y diviértanse.


CAPÍTULO 47: LA PROMESA DE UNA CITA


Cuando llegaron al lago Abril los ojos de Abril brillaban de emoción, esa era la primera vez que ella veía un lago, era hermoso, Alessandro le preguntó.

_Te gusta? Me encanta, nunca había visto algo tan hermoso.

Abril se veía como una niña llena de emoción, eso hizo que Alessandro recordará el pasado, de la primera vez que sus padres lo habían llevado al lago, él se había mostrado igual de emocionado que ella. Alessandro tomó su mano y le dijo.

_El barco está por ahí, vamos.

Había un hermoso barco decorado con cortinas para cubrirlos del sol, con cómodos asientos para disfrutar del paseo en la orilla de lago en un pequeño muelle, Abril veía todo con gran emoción y asombro, una gran sonrisa se dibujaba en su rostro, esa era la primera vez que Alessandro la veía tan feliz estando a su lado.

Ellos subieron al barco, al subirse Abril sintió que se tambaleaba, Alessandro la sujetó de la cintura y le dijo.

_Ten cuidado.

Él la ayudó a sentarse, el barco se puso en marcha poco tiempo, Abril preguntó.

_ ¿Cómo se mueve el barco? Con mi magia.

Abril se acercó al borde del barco y al mirar el cielo reflejado en el agua como si fuera un gran espejo le dijo.

_Es increíble, gracias por mostrarme algo tan maravilloso.

_Podemos venir seguido si quieres.

_Si, me gustaría.

Cuando el barco llegó al centro del lago Abril vio unas hermosas flores blancas flotando en el lago, ella se quedó maravillada, Alessandro sacó una de las flores del lago, la secó con su magia y se la entregó a Abril.

_Esto es para ti ya que parece que te gustan mucho. Abril tomó la flor, de cerca era aún más hermosa, los pétalos blancos parecían brillar con el reflejo del sol, ella los acaricio con la yema de los dedos y le dijo.

_Es hermosa.

Alessandro pensó que ella era aún más hermosa que esa flor, sus cabellos rojizos que caían como una cascada por sus hombros, haciendo contraste con su pálida piel, sus labios rojos como dos pétalos de rosas y esa sonrisa que hacían que todo brillara con una luz mágica, sin darse cuenta las palabras escaparon de la boca de Alessandro.

_Tú eres mucho más hermosa que esa flor.

Abril se sonrojo, ella no estaba acostumbrada a recibir halagos, es más, ella ni siquiera se consideraba hermosa ya que nunca nadie se lo había dicho.

Alessandro se puso en pie, el barco se tambaleo un poco, Abril tuvo miedo de que el barco se diera vuelta, cuando Alessandro se sentó a su lado ella lo abrazó aferrándose a él.

_Es raro que desees abrazarme.

_Esto no se dará vuelta, ¿Verdad?, no se nadar.

_Tranquila, eso no sucederá y si lo hiciera, yo te rescataría.

_Prefiero que no pase.

Alessandro tomó su barbilla para que ella le mirase, le dio un suave beso en los labios y le dijo.

_No tienes que temer, yo te protegeré. 

Cassian volvió a su habitación y termino de leer el libro, después decidió ir a la ciudad para ir a agradecerle a Laila por haberle recomendado un libro tan bueno, pero no quería ser acompañado por sus guardias así que se vistió con ropas sencillas y se escapó del palacio como solía hacer en el pasado, al llegar a la ciudad él fue a la librería, Laila estaba acomodando unos libros en una estantería, cuando vio entrar a Cassian le sonrió y le dijo.

_Hola, me alegra que hayas vuelto.

_El libro que me recomendaste era muy bueno.

_ ¿Ya lo has terminado de leer?

_Si, estaba tan bueno que no podía parar de leerlo.

_Que bien y has venido a buscar otro libro o a invitarme a una cita.

Cassian se sonrojo, él solo había para agradecerle.

_Solo quería agradecerte por recomendarme un libro tan bueno y me gustaría que me recomendarás otro.

Laila se movió entre las estanterías, tomó un libro y se lo entregó a Cassian.

_Este te gustara, es muy bueno.

Gracias.

Pero aún me debes una cita, prometiste llevarme a dar una vuelta si volvías, lo recuerdas.

No recuerdo haberlo prometido.

_Da igual, yo si lo recuerdo, así que, ¿A dónde piensas llevarme?

_Yo no…

_Si no sabes a donde llevarme elegiré yo.

Laila llamó a su abuelo que estaba detrás de la tienda y le dijo que saldría a dar una vuelta, después tomó la mano de Cassian y le dijo.

_Vamos.

_ ¿Aún no he pagado el libro?

_Me lo pagas la próxima vez que vuelvas.

Laila arrastró a Cassian fuera de la tienda, cuando se encontraron en la calle él le dijo.

_No me gustan mucho las multitudes, y tampoco puedo dar caminatas muy largas.

Dijo Cassian mientras sostenía apretaba su pierna.

_No te preocupes, conozco un buen lugar que está cerca y es tranquilo, vamos.

Laila lo llevó hasta una cafetería, era un lugar sencillo donde vendía pasteles y dulces, ella le dijo.

_Venden unos postres deliciosos en esta tienda, ¿Te gustan las cosas dulces?

_Si.

Laila busco una mesa desocupada, había una cerca de la ventana, ella llevó a Cassian aun sosteniendo su mano, ambos se sentaron y una joven de cabello castaño la saludo.

_Hola Laila, ¿Quién es tu amigo?

_Hola Dina, se llama Cassian, Estamos en una cita

Respondió Laila con total honestidad, Cassian se sonrojo. Dina pensó que era adorable y le dijo.

_Cassian cuida bien de mi amiga, ella puede ser un poco atolondrada, pero es una buena chica.

Cassian no supo que responder y se quedó en silencio. Después de que Dina les preguntara lo que querían se fue, Cassian le dijo.

_No estamos en una cita.

_Por supuesto que sí.

Respondió Laila con una gran sonrisa dibujada en su rostro. Dina volvió con dos trozos de tarta de manzana y limonada, Laila se metió un bocado de tarta en la boca y le dijo.

_Esta deliciosa, debes probarla.

Cassian le dio un bocado a la tarta, estaba muy buena, él le dijo.

_Es deliciosa.

_Me alegro de que te haya gustado.

_ ¿Por qué me has traído aquí?

_Por que queda cerca de la librería y además me encanta la tarta de este lugar, mis padres me traían aquí cuando era una niña, tengo muy buenos recuerdos de este lugar, por eso quería hacer más buenos recuerdos trayendo al chico que me gusta. Cassian se sonrojo, él no estaba acostumbrado a tratar con alguien tan directa como lo era Laila, él le dijo.

_Yo no puedo corresponderte, creo que estas perdiendo tu tiempo.

_ ¿Estás casado?

_No.

_ ¿Tienes una amante?

_Tampoco.

_ ¿No te gustan las mujeres?

_Me gustan las mujeres.

_ ¿Entonces no te parezco bonita?

_Tampoco es eso, tú eres muy bonita.

Laila sonrió satisfecha al escuchar decirle que era bonita, ella dijo.

_Entonces no veo cual sea el problema.

_Yo estoy enamorado de otra mujer.

_De la persona a la que le compraste los libros.

_Si.

_ ¿Y ya se lo has dicho?

_No, no podré decírselo nunca ya que lo nuestro es imposible, ella es una mujer casada.

_Entonces es perfecto que estes conmigo, así podrás olvidarla, ¿No crees? 


CAPÍTULO 48: BUENOS DESEOS


Cassian sabía que eso era lo mejor, intentar olvidar sus sentimientos por la princesa, sin embargo, no quería usar a Laila solo para olvidar sus sentimientos por Abril, él quería ser sincero con ella y le dijo.

_No creo que este bien hacer eso, tú eres una chica muy agradable, no me gustaría hacerte sufrir.

_Entonces empecemos como amigos y si algún día tus sentimientos cambian dímelo, aunque no se si después será demasiado tarde, puede que aparezca alguien más que robe mi corazón.

Laila comió otro bocado de su tarta y le dijo.

_Disfruta de tu tarta antes de que te la robe, esto en verdad me encanta.

Ambos estuvieron hablando durante un buen rato, Después Cassian acompañó a Laila de regreso a la librería, al despedirse ella le dio un beso en la mejilla y le vuelve pronto a visitarme, su rostro se puso rojo, estaba avergonzado. Eso le pareció Adorable a Laila, Cassian era un hombre alto, un tanto delgado, pero con músculos bien definidos, aunque se veía como un hombre grande y fuerte, él podía ser muy dulce.

Laila le dedicó una gran sonrisa y le dijo.

_Hasta la próxima Cassian y recuerda que debes volver para pagar el libro.

_Puedo pagarlo ahora mismo.

Laila negó rotundamente con la cabeza.

_No, debes volver para pagarlo, así me aseguro de que regreses.

Laila abrió la puerta y antes de entrar le dijo.

_Espero que disfrutes de tu libro y que vuelvas pronto. Después ella entró y cerró la puerta, Cassian pensaba que Laila era un poco rara, pero también que era muy agradable, él volvió al palacio, al regresar ese día fue directamente a su habitación a leer el libro que Laila le había dado y al igual que el anterior era muy bueno, él se perdió entre las páginas de aquel libro y ni siquiera se dio cuenta cuando cayó la noche hasta que la luz escasear tanto que le fue imposible leer. Una de las sirvientas toco la puerta de la habitación anunciándole que el rey les estaba esperando para cenar.

Cassian no quería cenar con su hermano, pero sabía que si seguía evitando a su hermano él comenzaría a preguntar qué le pasaba ya que ellos siempre habían sido muy unidos así que decidió unirse a la cena.

Al llegar al comedor Cassian vio a su hermano riendo con junto a Abril, eso fue raro para Cassian, él nunca lo había visto estar así con ninguna mujer. Por un momento pensó que era bueno ver a su hermano feliz y deseo de todo corazón que esa felicidad nunca se le acabara, aun cuando eso le causara dolor a él.

Cassian los saludo y tomo su lugar en la mesa.

_ ¿Cómo les fue en el lago?

Con gran emoción y con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.

_El lago es maravilloso, nunca había visto algo tan hermoso, deberías haber venido. Quizás la próxima vez.

Abril se dedicó a contarle a Cassian lo bien que se la había pasado en su paseo al lago durante toda la cena, al terminar dos sirvientas se acercaron a Abril para decirle que era hora de su baño, ella se despidió de Cassian, Alessandro le dijo que subiría en un rato.

Después de que Abril se fuera Alessandro le dijo a Cassian.

_Abril me dijo que te unirás a la inspección.

_Si.

_Partiremos en unos días.

_De acuerdo.

_Hace mucho tiempo que no me acompañas a una inspección, me alegro de que hayas aceptado venir.

_Últimamente pareces muy feliz cuando estas con la princesa, ¿Tú te has enamorado de ella?

Alessandro no la amaba, sin embargo, en su interior había nacido la necesidad de protegerla, de cuidarla, él solo respondió.

_Es mi esposa.

_Eso antes no te importo, la ignoraste durante cuatro años, ¿Dime qué ha cambiado?

_No lo se.

Cassian sabía que era más que evidente que Alessandro estaba enamorado de la princesa, aunque parecía no haberse dado cuenta, él le dijo.

_Eres un poco tonto hermano.

_ ¿Disculpa?

_Deberías pensar que es lo que sientes realmente por la princesa, puede que cuando lo descubra tu matrimonio sea más feliz.

_ ¿No entiendo qué quieres decir?

_Solo digo que te preguntes, ¿Qué es lo que sientes por la princesa?, nada más.

_Lo tendré en cuenta. ¿Estás insinuando Cas? Cassian se levantó y respondió.

_Que revises tu corazón y tus sentimientos Lessan, porque a veces tenemos todo lo que necesitamos y lo que siempre hemos querido enfrente de nuestras narices, pero somos necios y ciegos, tanto que no nos damos cuenta del valor de lo que tenemos hasta que lo perdemos.


CAPÍTULO 49: UN HASTA LUEGO


Cuando Cassian se fue Alessandro se quedó pensando en lo que Cassian le había dicho, que revisará su corazón y sus sentimientos, él se sentía a gusto con la princesa, aunque en ocasiones pensara que era molesta, deseaba estar a su lado y protegerla, no quería verla sufrir, sobre todo porque ella era la única que podía curar la lesión de Cassian, la única que podía darle una segunda oportunidad para que volviera a ser el mismo de antes.

Alessandro se levantó de la mesa y pensó.

“No es amor, Cassian está completamente equivocado” Al llegar a su habitación Alessandro dudo un momento en entrar, aunque no supo muy bien porque, al entrar vio a las sirvientas terminando de secar el cabello de Abril, cuando lo vieron ellas hicieron una reverencia, Alessandro les ordenó que salieran de la habitación.

Abril se quedó sentada frente al espejo, al ver que las sirvientas se iban tomó un peine y comenzó a peinar su cabello, Alessandro se puso detrás de ella, tocó sus cabellos rojizos y usó su magia para secarlo.

_ ¿Cómo te sientes? Estoy bien.

Respondió Abril sin dejar de peinar su cabello, Alessandro continuó acariciando sus cabellos, pasando sus dedos entre ellos con suavidad, Abril estaba vestida con un ligero camisón blanco que dejaba sus hombros al descubierto, él apartó el cabello hacia un lado, su cuello se veía seductor, él pasó sus dedos por su cuello dándole una suave caricia. Las mejillas de Abril se tiñeron de rojo, él pudo verlo a través de su reflejo en el espejo, eso lo tentó, acercó su boca a su cuello y le dio un suave beso que dejo una pequeña marca roja en su cuello, eso hizo que ella se sobresaltara.

_ ¿Me tienes miedo?, ¿Odias que te toque?,¿Qué te bese? _No, pero no quiero volver a sentir dolor. Alessandro le dio un beso en la mejilla y le dijo.

_Eso no sucederá.

Abril se dio la vuelta, sus ojos dorados se clavaron en los de Alessandro, él le dio un beso en los labios y le dijo.

_La próxima vez me aseguraré de que no duela. Alessandro le acarició el cabello y le dijo.

_Vamos a dormir, hoy ha sido un día muy largo.

Abril le hizo caso y se metió en la cama, después de taparse con la sábana, él se acostó a su lado y ella le preguntó.

_Mañana puedo salir a pasear por el jardín.

_Si, pero no te excedas, debes descansar ya que dentro de poco partiremos, haremos un largo viaje en carruaje, así que debes cuidar de tu cuerpo.

Abril sonrió, estaba feliz de recuperar un poco su libertad y le dijo.

_Muchas gracias.

Alessandro la rodeó con sus brazos y le dijo.

_Buenas noches Abril.

Ella se acomodó en sus brazos y aunque hacía calor no le molesto el dormir entre sus brazos, ella le devolvió el abrazo y respondió. Buenas noches.

Una semana después, durante la cena Alessandro les dijo que se estarían marchando al día siguiente a primera hora del día. Abril estaba muy emocionada, sin embargo, Cassian no.

_ ¿Mañana?

_Si, ¿Tienes algún problema?

Cassian había quedado con Laila al día siguiente, ella había insistido en tener una cita, él le había prometido que iría, nunca se imaginó que su hermano anunciara que se irían de viaje sin previo aviso.

_Es que es muy repentino.

_Lo sé, es que ha surgido un problema en uno de los pueblos a los que debo ir, por eso decidí adelantar el viaje, ¿Tienes algún problema con que nos vayamos mañana?

Cassian aun no le había contado a su hermano sobre sus escapadas del palacio, ni le había hablado sobre Laila y tampoco quería hacerlo, él respondió.

_No, solo no quería levantarme tan temprano.

_Si ese es el problema podemos partir a medio día, ¿Te parece bien? Si, muchas gracias.

Al día siguiente Cassian se levantó muy temprano, se escapó del palacio y fue a la librería, cuando llegó la tienda aún seguía cerrada, él se quedó esperando durante un buen rato hasta que Laila llegó, al verlo ella dijo.

_ ¿Qué haces tan temprano?, no me digas que me extrañabas tanto que no podías esperar para verme.

_No, en realidad vine a decirte que no podré asistir a nuestra cita, estaré fuera unos días.

Laila se entristeció al escuchar que solo había ido para cancelar su cita y le dijo.

_ ¿Cuándo volverás?

_No lo sé.

_ ¿Pero volverás?

_Si.

Laila le dio un beso en la mejilla y le dijo.

_Entonces tendremos esa cita a tu regreso.

_Adiós.

Cassian comenzó a alejarse, antes de que Laila entrara a la tienda le preguntó de repente.

_ ¿Por qué insistes en salir conmigo?, soy una persona aburrida y…

Cassian apretó su pierna, no se atrevió a decirle las últimas palabras.

Laila le sonrió en respuesta.

_Eres muy rara, no te entiendo.

_No soy rara, solo soy alguien que no se deja llevar por la portada de un libro y sé que en ti hay algo maravilloso y si sigo insistiendo quizás me sorprenda con lo que obtendré.

_Vuelvo a repetir, eres rara.

Le dijo Cassian con una sonrisa. Laila lo miró fijamente le encanto su sonrisa, ella le dijo.

_Te estaré esperando así que vuelve pronto.

Cuando Cassian volvió al palacio se encontró a su hermano en los pasillos, él al ver las ropas que vestía le preguntó.

_ ¿De dónde vienes?

_De ningún lado.

_Los sirvientes te han estado buscando por todas partes y nadie podía dar razón de ti.

_Estaba en la biblioteca, no buscaron en el lugar correcto. Alessandro se le quedó mirando como si no creyese lo que le estaba diciendo, Cassian quiso cambiar de tema y preguntó.

_ ¿Ya está todo preparado?

_Si, nos iremos dentro de poco así que si tienes algo que hacer te aconsejo que te des prisa.

_Claro.

_Entonces iré a buscar a la princesa te veré en el comedor, nos iremos después de comer.

_Si.

Cassian comenzó a alejarse, Alessandro lo llamó, él dio media vuelta y preguntó.

_ ¿Qué pasa?

Solo decirte que te des prisa.

Así lo haré Lessan.


CAPÍTULO 50: LIBERTAD


Alessandro fue a buscar a Abril, ella estaba en su habitación muy contenta terminando de peinarse cuando él llegó, parecía una niña de lo emocionada que estaba, esa noche ella apenas y había dormido de la emoción, Alessandro se había dado cuenta por que se había movido mucho y tampoco le había dejado dormir.

_ ¿Ya estás lista? Si, ¿Nos vamos ya? Alessandro negó con la cabeza. Primero vamos a comer, es un poco pronto pero no podremos parar en el camino, así que comeremos ahora y después nos iremos.

_De acuerdo.

Alessandro extendió su mano hacia Abril y le dijo.

_Entonces vamos.

Ella tomó su mano y mientras caminaban por los pasillos ella se preguntó cuándo se había vuelto tan normal el tomar su mano. Al llegar al comedor Cassian saludo a Abril.

_Buenos días Abril.

_Buenos días Cassian.

Cassian la vio muy contenta, le preguntó.

_ ¿Estás lista para partir?

_Por supuesto, ¿Él viaje en carruaje será largo? Alessandro respondió a su pregunta.

_Serán unas cuantas horas en carruaje, luego usaremos un pergamino para trasladarnos.

Abril recordó lo mal que se la había pasado cuando había llegado al reino de Cosset, en ese momento toda la emoción que había sentido desapareció, Alessandro preguntó.

_ ¿Qué pasa?

_ ¿Tenemos que usar los pergaminos?

_Sí, tendremos que usarlos para llegar a las diferentes partes del reino, de lo contrario tardaría demasiado en hacer la inspección, no puedo estar lejos del palacio durante tanto tiempo, ¿Algún problema con eso?

_Es que el viajar con un pergamino fue horrible para mí, quizás lo mejor será que me quede.

_Normalmente solo el primer viaje es molesto, no creo que tengas ningún problema al hacerlo nuevamente.

_ ¿De verdad?

_Si, así que no te preocupes, todo saldrá bien.

Después de la comida se dirigieron al carruaje, Alessandro y Abril se sentaron juntos, Cassian tuvo que sentarse frente a ellos y le tocó ver como coqueteaban, eso le pareció molesto.

Cuando se habían alejado un poco del palacio Abril se asomó por la ventana para admirar el paisaje, Alessandro puso su mano en su espalda y le dijo.

_ ¿Ten cuidado?

Abril siguió mirando hacia la distancia y respondió.

_Es hermoso.

Alessandro solo veía árboles a su alrededor, él preguntó.

_ ¿A qué te refieres?

_Al paisaje, es muy hermoso, cuando llegué aquí no pude apreciarlo, me alegra poder hacerlo ahora.

Por alguna razón Alessandro se sintió mal, durante mucho tiempo él había hecho lo mismo que el rey Venobich, la había mantenido encerrada, aislada de todos y de todo, él se preguntó cómo ella podía ser tan buena y dulce a pesar de todo lo que había sufrido.

Cuando el carruaje se detuvo de pronto, Abril preguntó.

_Por qué nos detenemos?

_Usaremos un pergamino mágico, así que siéntate.

Abril volvió a sentarse y deseo que eso acabara pronto y sobre todo que esa vez no se sintiera mal.

Alessandro se dio cuenta de lo nerviosa y asustada que Abril se encontraba, él tomó su mano y le dijo. Tranquila, no pasará nada, todo estará bien.

Después de decir eso una luz los envolvió, Abril cerró los ojos con fuerza mientras apretaba la mano de Alessandro. Unos minutos después Alessandro le dijo. Ya puedes abrir los ojos, hemos llegado.

Abril abrió los ojos con temor, ella parecía estar bien, no había dolor, ni náuseas, se sintió.

_ ¿Estás bien?

_Si.

_Normalmente solo es la primera vez que se usan los pergaminos de tele transportación que sueles sentirte enferma, me alegro de que ese haya sido el caso.

El cochero abrió la puerta y dijo.

_Ya hemos llegado a nuestro destino su majestad. Alessandro salió primero, Cassian lo siguió, Abril se quedó mirando a través de la ventana, a lo lejos se veían el mar y barcos que navegaban por el inmenso mar, Alessandro al ver que ella no bajaba la llamó. Abril, solo faltas tu.

Alessandro le ofreció su mano para ayudarla a bajar, ella tomó su mano al bajar pudo ver un hermoso paisaje, ella se quedó embelesada mirando todo con gran asombro y emoción.

_ ¿Te gusta?

_Es hermoso.

_Bienvenida a la ciudad portuaria de Lasset. Abril abrazo a Alessandro y le dijo.

_Gracias por traerme.

Cassian sentía como si pincharan su corazón con agujas cada vez que los veía abrazados, él les dijo.

_Estoy algo cansado, iré a descansar un rato, los veré después. Cassian caminó hacia el interior de una hermosa casa que había detrás de ellos, cuando Cassian se alejó Abril preguntó.

_ ¿Nos quedaremos aquí?

_Solo hasta que supervise que todo esté funcionando bien con el reino, después nos iremos.

Abril dirigió su mirada al puerto, Alessandro le preguntó.

_ ¿Quieres ir a ver la playa?

_ ¿Podemos ir?

_Si no estás cansada, sí.

_No lo estoy.

Alessandro llamó a uno de los sirvientes para que preparara su caballo ya que la playa quedaba un poco lejos, mientras esperaban Abril se dedicó a mirar todo a su alrededor, cuando le llevaron el caballo, Alessandro llamó a Abril quien estaba mirando unas hermosas camelias que florecían en el jardín. _Ven, es hora de irnos.

Alessandro la ayudó a subir al caballo, después subió él. Al ponerse en marcha Abril tuvo miedo de caer, cerró sus ojos y abrazó a Alessandro con fuerza, mientras enterraba su rostro en su pecho. A medida iban avanzando Alessandro le dijo.

_No tengas miedo, no te dejaré caer.

Alessandro sostenía su cintura con un brazo, Abril al escuchar su voz se separó un poco y miro hacia al frente; la suave brisa marina acaricio su rostro e hizo ondear su cabello, en ese momento ella se sintió tan libre como las aves que surcaban los cielos, como el océano que fluía con total libertad, como el viento al cual nadie podía atrapar. Ella respiró profundo hinchando sus pulmones de aire fresco y dijo en apenas un susurro.

_A esto se le llama libertad.

ESPOSA OLVIDADAWhere stories live. Discover now