ESPOSA OLVIDADA: LAZOS DE SANGRE

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CAPÍTULO 1: PROMESA


Abril estaba arrullando a su bebé cuando una de las sirvientas entro.

“Su majestad, traigo una carta para usted.”

Abril al ver el sello que había en la carta, puso a su hija en la cuna, tomó la carta y la leyó inmediatamente.

La carta era corta, solo decia. “{Ven al reino de Laios y cumple con tu palabra. Enzo Venobich.}”

Abril le había prometido a su hermano que iría al reino de Laios para cerrar la grieta que conectaba al Hades, pero como estaba embarazada, no podía usar su poder lo había apagado.

Lissana, su hija acaba de cumplir seis meses, aunque la doliera separarse de ella, debía ir al reino de Laios.

La sirvienta al ver la cara de preocupación de la reina preguntó.

“Su majestad, ¿Hay algo que le preocupe?”

Abril negó con la cabeza y respondió en voz baja para no despertar a la bebé.

“No es nada, no te preocupes, necesito salir, te encargo a Lissana”

“No se preocupe, cuidare bien de la princesa.”

Abril fue a la oficina de Alessandro, los dos guardias que estaban apostados en la puerta hicieron una reverencia y la saludaron.

“Bendición a la luna del reino.”

Aquellos saludos, Abril los encontraba algo exagerados, pero desde que Alessandro había dicho ante todos, que ellos eran una pareja hecha en el cielo, todos habían empezado a llamarlos el sol y la luna del reino.

Abril abrió la puerta, Alessandro al verla se levantó de su asiento y fue a su encuentro, la rodeo con sus brazos, le dio un suave y dulce beso en los labios y le dijo:

“Vaya sorpresa me has dado, no esperaba verte hasta la cena, ¿Dónde está Lissana?”

“Ella está durmiendo.”

Alessandro la sujeto de la cintura y con una voz seductora le dijo.

“Entonces deberíamos aprovechar que estamos solos para amarnos.”

Abril se vio tentada por un momento, pero luego recordó a qué había ido, y le dijo.

“No es momento para eso, he venido por qué

Tengo algo importante que decirte.”

“¿Qué pasa?”

“Debo ir al reino de Laios.”

“¿Qué? ¿Por qué debes ir a ese lugar?”

“Le prometí a mi hermano que iría a ayudarle para cerrar la grieta de Hades, ¿Lo recuerdas? Estuve posponiendo mi viaje, pero ya no puedo seguir haciéndolo.”

“Entonces iré contigo, no pienso dejar que vayas a ese lugar tu sola.”

“No, Lissana aún es muy pequeña no estaré tranquila, si nos vamos los dos”

“Pero no quiero que vayas sola.”

“No dije que iría sola, no te preocupes estaré bien, le pediré a Sirius que me acompañe.”

Alessandro sabía que Sirius era un gran mago y que Abril no se quedaba atrás, ella era muy poderosa, pero aún si, seguía estando nervioso.

“De acuerdo, pero tienes que llevar a algunos caballeros.”

Abril negó con la cabeza.

“No, quiero que mi visita al reino de Laios sea secreta, si llevo muchos guardias conmigo eso sería imposible.”

“Lo entiendo.”

“Pero no te dejaré ir sola con Sirius, le pediré a Cassian que venga y te acompañe, de la contrario no podré estar tranquilo.”

“Me parece bien y podrías pedirle a Sirius que venga, me gustaría hablar con él y pedirle que me acompañe.”

“Sabes que puedo obligarlo, ¿No?”

“Si, pero prefiero que vaya por su voluntad.”

“Si es lo que quieres, no me opondré.”

“Gracias.”

Esa misma tarde, Alessandro envío un mensaje a la torre de los magos solicitando la presencia de Sirius y envío una carta a Cassian pidiéndole que fuera al palacio, él no quiso especificar en ninguna de sus cartas el motivo, ya que era un tema muy delicado.

Sirius llegó al día siguiente temprano por la mañana. Se dirigia a la oficina de Alessandro cuando se topo con Abril en el pasillo.

“Hola Sirius, hace tiempo que no nos vemos.”

“Saludos si majestad la reina.”

“No seas tan rígido, puedes decirme solo Aby, eres mi maestro.”

“Esta bien, aunque ya no soy su maestro, ya no tengo nada más que enseñarle.”

“No creo que sea así, tengo muchas preguntas que necesitan respuestas, y tú eres el único que puede responderlas o por lo menos al único a quien puedo preguntarle.”

“¿Y, supongo que el rey no puede saberlo?”

“Agradecería si mantienes está conversación en secreto.”

“Pero, ¿Por qué ha venido a emboscarme?”

“Aun no has visto a mi hija, ¿Verdad?”

“No, aún no he tenido el honor de conocer a la Princesa Lissana.”

“Alessandro te llevará a conocerla, estoy segura de eso, cuando la veas no digas nada innecesario.”

“¿Hay algo mal con la princesa?”

“No es que sea algo malo, pero no quiero que Alessandro lo sepa todavía.”

“De acuerdo.”

“Te agradezco mucho, solo quería decir eso, nos vemos después y gracias.”

Abril empezó a relajarse, Sirius se pregunto que era lo que la reina quería ocultarle al rey. Sirius se dirigió hacia la oficina del rey, al entrar Alessandro dijo.

“¿Por qué has tardado tanto?”

“He venido lo más pronto que he podido, aunque no lo parezca tengo una torre que dirigir.”

Alessandro le lanzó una mirada indiferente, como diciendo, ‘¿Y eso a mí, que me importa?’

“Para que me ha mandado a llamar su majestad?”

“Quiero que protejas a Aby.”

“¿Qué?, ¿No tiene caballeros para que se encarguen de eso?”

“Ella debe ir al reino de Laios, su visita será en secreto, asi que solo llevará a dos acompañantes, ella quiere que uno de esos acompañantes, seas tu.”

“Y supongo que está no es una pregunta, de si quiero aceptar ser su guardia, si no, una orden.”

“Preferiría que aceptaras ir voluntariamente, ya que eso es lo que Aby quiere, pero si te niegas puedo obligarte, ella te eligió a ti, eso significa que ella confía en ti, espero que no deseches su confianza.”

“Esta bien, seré el guardia de su majestad la Reina.”

“Cuida bien de ella.”

“Así lo haré.”

“Aun no conoces a mi hija, vamos, quiero que la conozcas.”

Sirius se rió, al darse cuenta que la reina había acertado. El rey estaba haciendo lo que ella había dicho.

“El rey en verdad se ha vuelto un tonto que adora a su hija.” Murmuro Sirius para sí mismo.

“¿Has dicho algo?”

“No, no he dicho nada.”

“Entonces vamos, Abril debe estar esperándonos, le dije que iríamos cuando vinieras.”

“Entonces vamos, no hagamos esperar a la reina.”

ESPOSA OLVIDADAWhere stories live. Discover now