Parte 17 La ira del cielo parte 1

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Amado por el cielo, pero no pertenece a él...

Las lágrimas se desbordaron por su pequeño rostro, sin embargo él seguía sin emitir ningún sonido. Impotente miraba a la persona que más amaba tirado en el suelo sin poder llamarlo porque su voz se había estancado en su garganta, también sabía que aunque dijera su nombre, el Señor del Viento ya no le respondería.

Sus ojos, cansados se atenuaron poco a poco. Sus rodillas cedieron a la presión y lo dejaron caer sobre el charco de sangre. El espeso olor a sangre lo dejó aturdido y atónico, sólo después de que pasó mucho tiempo, levantó la mirada y vio a He Xuan como a un desconocido.

La esperanza que tenía se desvaneció cuando noto la afilada hoja en sus manos. Este sirviente suyo era un miserable, no le ofrecía consuelo ni le daba una explicación. Solo podía ver su figura enfocada en esos ojos dorados indiferentes.

— Debiste haberlo matado ese día si tanto lo odiabas — La voz que salió de su boca no era para infantil, tenía un tono gélido, aunque se quebró al final de la oración, sus palabras no pertenecían a la de un niño.

Shi Hen Yu no parecía haberse percatado de ese cambió, para He Xuan fue evidente como el aura de niño cambiaba en un instante, su mirada era como la de un lobo herido a punto de enterrar sus garras en su cuello para matarlo.

Esa expresión era inesperada para él. El estaba igual de confundido, porque Shi Qing Xuan estaba frente suyo y solo le dijo una oración

Mi hijo es inocente. Te daré mi vida a cambio.

Al segundos después  vio  a Shi Qing Xuan y en sus manos tenía una espada manchada con su sangre. Aturdido, miró al niño y más al cuerpo tirado en un mar de sangre

Shi Hen Yu sonrió con amargura al no tener respuesta. Sintió que como maestro debía enseñarle modales a este sirviente irrespetuoso, pero cuando pensaba que Shi Qing Xuan no le gustaría que hiciera eso, su ira descendió y la tristeza se acumulo en su pequeño cuerpo. Si el señor del viento ya no estaba ¿por qué seguir viviendo?

— Matame.

He Xuan frunció ligeramente las cejas al escuchar esas palabras. La poderosa aura que sintió se había ido y dejó solo un cascarón vacío. Era como si el corazón estuviera muerto.

— Quiero morir.

He Xuan sintió que algo dentro suyo se removía con esa simple oración, como una daga invisible apuñalaba su pecho y se deslizaba por todo su cuerpo. La agonía se volvió insoportable y sus extremidades lo obligaron a colocarse a la altura de Shi Hen Yu. Está situación le resultaba similar, pero no existía la indiferencia del pasado, solo un insoportable dolor.

Shi Hen Yu pareció no importarle su angustia y dijo con una sonrisa malvada — No me arrepiento, pagaré mi propia deuda.

He Xuan quedó fuera de sí con esa simple frase. Le recordó el odio del pasado y sus manos que se movieron para sostener al niño cambiaron hacia el cuello de Shi Hen Yu.

— Si lo matas, Shi Qing Xuan morirá.

La voz detuvo las acciones de He Xuan, miró hacia atrás y se encontró con una presencia familiar que no esperaba volver a ver. El blanco de sus túnicas símbolo de la desgracia fue demasiado deslumbrante como para entender el significado de sus palabras.

Shi Hen Yu le dio una mirada fría a Bai WuXian al ver como sostenía a Shi Qing Xuan en sus brazos. A Bai WuXian no le importo sus reacciones y le dijo a Shi Hen Yu — Todavía el Señor del Viento puede ser salvado, deberías saberlo.

El Tiempo que te he amadoWhere stories live. Discover now