Capítulo 4

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Jackie salió de la cabina y después cerró la puerta suavemente, que no hizo ninguna clase de ruido. Angélica miraba la puerta totalmente angustiada, pensando porque su hija estaría así, con ese estado de ánimo. Jack analizaba porque Jackie estaría así, al igual que Angélica lo hacía; él pensaba que pudo haber sido algo que haya hecho en el momento que la conoció, pero no se sabe. Angélica le preguntó a Jack:

-―¿Qué crees que le suceda?

―No tengo la menor idea―dijo Jack.

―Tienes que aprender a ser un buen padre, ¿acaso no lo recuerdas?

―Quieres que yo sea un padre de verdad porque tú nunca tuviste uno, ¿cierto?

―Barbanegra si era mi padre, pero nunca sentí que lo fuera.

―Dejemos de hablar del tema de tu padre y todo eso que ya me está hartando, no me gusta hablar de esto.

―Está bien, pero todavía me angustia que algo le esté pasando a Jackie, es la primera vez que la veo así en toda su vida.

―Me gustaría que supieras que es lo que le pasa a Jackie―dijo Jack acariciándole la barbilla a Angélica.

-―A mí también me gustaría Jack.

Mientras Jack Sparrow y Angélica Teach seguían hablando de lo que podía estarle pasando a su hija, Jackie seguía caminando en la cubierta, pensando en todo lo que estaba sucediendo y que podía pasar en un futuro no muy lejano. Volteó hacia el lado derecho del navío, a lo lejos se podía apreciar que ahí estaba el barco de Jones, de su hijo.

Se adentró en sus pensamientos, pensó que si lograba subir al navío del hijo de Jones, tal vez podría detener al capitán que buscaba venganza.

Espero a que callera la noche, cuando Jack, Angélica y todos los demás tripulantes estuvieran dormidos. Entro a la cabina de su padre muy silenciosamente, porque sus padres estaban dormidos en un sillón que había ahí, dirigió su caminar hacia una mesa que se encontraba justo a un lado del sillón donde se encontraban sus padres. Encima de la mesa se encontraban la brújula, la pistola, la espada y el sombrero de Jack. Miró la mesa con un poco de sentimiento, tomó el sombrero, admirándolo y recordando las historias que Angélica le contaba sobre el legendario Jack Sparrow. Volteó a ver a sus padres que dormían juntos en el sillón, entró un remordimiento en su corazón, pensó que si se iba del Perla y no regresaba, perdería a su familia, pero lo que más le angustiaba era perder a Jack, su padre al que acababa de conocer ese día en la mañana.

Se puso el sombrero de Jack, tomó las armas de su padre y también la brújula, y salió silenciosamente de la cabina.

Preparó un bote, subió en él, lo soltó en el agua y empezó a remar hacia el barco maligno, el Holandés Errante. El camino era un poco largo, a tal vez demasiado. Llegó a un lado del poderoso navío, Jackie estaba muy cansada por el largo trayecto desde el Perla Negra hasta el Holandés Errante, entonces se quedó dormida en el bote.


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Piratas del Caribe: El regreso del Holandés ErranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora