Capítulo 13

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Jackie ya iba en un bote camino al Perla Negra. A mitad del camino, se detuvo un momento, tomó la llave del corazón de Armand, quería llorar, pero fue fuerte y siguió remando camino al Perla.

Jack y Angélica estaban en la cabina, descansando como habían dicho, sentados en eun sillón, abrazados, consolándose el uno al otro por la supuesta muerte de Jackie. Teach no quería saber nada de lo que ocurriía en el mundo, estaba tan desgarrada en su interior como para pensar en otra cosa que no fuera su hija.

Jackie subió al Perla, todos los marineros estaban recargados en las orillas del navío, abrazando los mástiles o los aparejos, todos estaban heridos y algunos muertos. Todos miraban a Jackie como una leyenda viviente, no creían que hubiera sobrevivido a la temible bestia. Jackie no veía a sus padres en la cubierta. Supuso que estaban en la cabina y comenzó a dirigir su caminar hacia allá.

En la cabina, Angélica comenzaba a caer en un profundo sueño, Jack consumía botellas de ron como si fueran agua, los dos estaban sumidos en la tristeza y cada uno lo afrontaba a su manera. Todo estaba sometido en profundo y eterno silencio.

De repente se escuchó un portazo. Angélica, que ya estaba en un profundo sueño, despertó muy asustada, Jack tiró una botella de ron al piso. Jackie estaba ahí, parada en el umbral de la puerta, en carne y hueso. Dio unos cuantos pasos hacia Angélica y tomó su mano.

―Ya viste que si podía luchar contra el Kraken―dijo Jackie dedicándole una sonrisa a su madre.

―Sí, si lo vi, ¿pero estas viva o muerta?, estoy confundida―dijo Angélica algo asustada.

―Estoy viva porque yo maté al Kraken desde su interior.

―¿Mataste al Kraken?―preguntó Jack.

―¿Cómo fue qué lo hiciste?―preguntó Angélica.

―Hay que querer para poder―respondió Jackie mirando a su padre.

Angélica veía las cortadas con poca sangre en la cara de Jackie y algunos moretones también. Angélica pasaba su mano por la cara de su hija, como queriendo comprobar que estaba viva y que no era un sueño. Tomó el brazo donde Jackie había recibido los azotes. Jackie se retorció un poco de dolor. Angélica se enojó un poco, apretó con más fuerza el brazo de su hija.

―¿Qué significan estas cortadas y moretones en tu cara, y estas impresionantes heridas en tu brazo?―preguntó Angélica.

―No significan nada, son sólo las consecuencias de lo que ha pasado en estos días―dijo Jackie.

―Si no significan nada, ¿qué hiciste para tenerlas?

―Ya te dije que son cosas que han pasado en los días que he estado en el Perla.

―Es la segunda vez que te lo pregunto, no me contestaste la primera vez, y por eso me vas a contestar ahora esta pregunta que te hice.

Jack volteó a ver el cuello de Jackie, observó atentamente. Vio que su hija tenía colgada la llave del cofre de la muerte.

―Fuiste al Holandés Errante―dijo Jack.

―Nunca he ido a ese macabro barco―dijo Jackie como entrando en pánico.

―Entonces ¿qué significa esa llave que cuelga de tu cuello?

―No significa nada, me la encontré tirada en el Perla.

Piratas del Caribe: El regreso del Holandés ErranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora