15.

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Lucerys abría sus ojos verdes, sintiendo un gran mareo, vio a su esposo Aemond hablando con el maestre, ambos con cara de preocupación. El omega trato de llamar a su esposo pero no lo logró, sentía su voz débil.

El alfa giro a verle y lo vio despierto, se despidió del maestre y le agradeció.

─Luke, cariño...¿Como te encuentras?

Pregunto delicadamente, con una sonrisa preocupada. Lucerys solo asintió, tratando de decir que estaba bien, pero el alfa pareció no entender.

─Y-yo estoy b-bien...

Afirmó.

─¿Por que el maestre estaba aquí? ¿S-sucedio alg-o malo?

Aemond se tensó ante esa pregunta, miro a su omega con la mejor sonrisa que pudo para decir lo siguiente:

─Luke... Estas embarazado...!

Dijo sin tanta emoción. Lo contrario ocurrió con el castaño, quien estaba más que feliz, pero el alfa siguió hablando.

─Estaba hablando con el maestre, me informo eso, pero... También me informo que tu embarazo podría ser uno muy débil. Me dijo que, después de haber dado a luz embarazarse tan pronto podría lastimarte...y...el mínimo golpe podría afectar al bebé.

La sonrisa de Aemond ya no se encontraba, si no que tenía lágrimas en los ojos, preocupado por su omega. Lucerys aún asi estaba feliz.

─Oh... No te preocupes, yo se que podremos con esto Aemond! Mi cachorro va a vivir sano y salvo!

Aemond asintió.

Ojalá los dioses se apiadaran de ellos.

[...]

Aquella noticia la dieron ambos reyes solo a los más cercanos, a su familia, amigos, etc. Aemond invitó a una vieja amiga suya,la cual consideraba su mejor amiga, Alys Rivers. Una bruja, alfa, con cabello y ojos castaños. Se arrepintió al instante.

Fue como si su mejor amiga se hubiese enamorado de su pequeño esposo. Le ayudaba en cada deber, preparaba cada remedio para los dolores de su esposo, le hacía masajes y cocinaba los mejores platillos para el y para su hermana, ya que cuando alguien más quería probar alguno, Alys les gruñia y decia que solo eran para los embarazados.

Aemond por suerte no era el único alfa celoso, también estaba Rhaena, quien con la llegada de aquella alfa se había robado la atención de su amada esposa. Lo peor es que ella hacia todo bien; remedios, masajes, comida, cumplía cada capricho de ambos sin importar que tan alocado o asqueroso sonara.

Ambos alfas querían ahorcarla.

Una madrugada, Alys entró de apuro y sin tocar a los aposentos de los reyes mientras el rey Lucerys dormía y el rey Aemond estaba despierto. La joven estaba aterrada, murmurando cosas incoherentes.

─¡La sangre Targaryen deberá correr, Aemond! ¡El bebé que aún no a nacido esta en peligro!

Las lágrimas de la castaña parecían rios, lucia verdaderamente aterrada. Aemond estaba preocupado, muy preocupado.

─Prometeme que protegeras a Lucerys, que nunca lo dejaras solo, lejos de ti, nunca.

─Pero de que-

─¡Prometelo Aemond!

El Targaryen lo prometio, Alys creyó en su palabra. Dio una reverencia y se despidió a Aemond, dejándolo sumamente confundido.

¿Aemond logrará cumplir con su promesa?











Esta corto pero entretenido, espero y les haya gustado este cap. Me estoy tomando un descanso de este fic pq no tengo imaginación, prometo actualizar pronto.

¿A que creen que se refiere Alys con esas cosas que dijo? Déjenmelo saber!!

Nos vemosss 😘😘😘💕💕

Go Hard | Lucemond Where stories live. Discover now