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Estaban tan absortos en el beso que Maite y Mané apenas vieron los fuegos artificiales. Sin decir nada, se apartaron del beso y miraron hacia el cielo que se iluminaba con las explosiones artificiales. Mane colocó a Maite frente a ella y la abrazó por la cintura, dándole un beso en el cuello que la hizo temblar.

- ¡Gracias por estar aquí! —le dijo Mane al oído—. - ¡No te imaginas lo especial que es esta noche!

- ¡Para mí también! Maite sonrió.

No podía explicar lo que estaba sintiendo, y mucho menos lo que estaba haciendo, pero se sentía bien en sus brazos.

Miraron a un lado y vieron a Christian y Diego mirando los fuegos artificiales. Entonces, se fijaron en la pareja.

- ¡Sabía que algo iba a pasar! - dijo Diego, yendo a saludar a la pareja. -¡Feliz Año Nuevo! Y al parecer, ¡el año ya ha empezado con buen pie!

-¡Comenzó! Mane sonrió. - ¡No había mejor manera de empezar!

- ¡Enhorabuena a los dos! - dijo Christian. - ¡Me alegro de que estén juntos!

-¡Calma! —dijo Maite riéndose. - ¡Fue solo un beso!

Mane lo abrazó con más fuerza y llevó su rostro a una pequeña foca.

- ¡Para mí no fue solo un beso! Sonrió.

Sacudió la cabeza en señal de negación para disimular su timidez.

- Bien, ¡pero ahora es el momento de disfrutar de la fiesta! Mane tomó la mano de Maite. - ¿Vamos a la pista de baile?

-¡Vamos!

- ¡Estaré enseguida! - dijo Christian. - ¡Voy a quedarme aquí un rato!

- ¡Me quedo contigo! - dijo Diego.

Después del espectáculo de fuegos artificiales, Anahí y Poncho se fueron a la cama a hacer lo que más extrañaban. Más que deseo, sentían una necesidad el uno por el otro. Con cuidado, Poncho desnudó a Anahí, quitándole el vestido y la ropa interior. La acarició suavemente, haciéndola temblar en cada punto donde se deslizaban las manos de Poncho.

Su piel ya estaba erizada, abrumada por la emoción. Repartía besos en el cuerpo de su amada, pero siempre volvía a su boca, aprovechando para deleitarse con el sabor.

Poncho se quitó la ropa e hicieron el amor. Cuidaba mucho de Anahí y de cualquier movimiento que hiciera, para asegurarse de que estaba bien y podía continuar.

Anahí, en cambio, estaba tan involucrada que hasta se olvidó de que estaba embarazada y trató de hacer de todo. Sutilmente, Poncho la controló y la condujo para que no hiciera demasiado esfuerzo.

-¡Te amo! - dijo Anahí.

-¡Yo también te quiero! —dijo Poncho, volviendo a besarla—.

Después de unas copas de champán, Christopher y Dulce se besaron intensamente. Dulce podía sentir esas sensaciones que solo Cristóbal provoca. Él no fue diferente. Dulce hechizó todo su cuerpo con solo su beso.

Le quitó el vestido a Dulce y admiró su cuerpo.

- ¡Mi regalo te queda genial! —dijo Christopher—.

- Como no traje un regalo, ¡quiero ver cómo resultó tu regalo! Dijo Dulce con una sonrisa maliciosa. Le desabrochó los pantalones a Christopher y empezó a quitárselos.

"No trajiste un regalo, pero creo que es hora de darme uno, ¿verdad?"

- Esto lo hago con el mayor placer. - dijo terminando de quitarle la ropa a Christopher, dejándolo completamente desnudo.

el milagro el reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora