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Después del desayuno, Dulce tomó la bandeja para llevarla a la cocina, pero Christopher la detuvo.

- ¡Puedes dejarme tomarlo! ¡Te quedas descansando!

- ¿Descansar de qué? Dulce sonrió y abrazó a Christopher. - ¡Lo único que he estado haciendo aquí es relajarme!

- ¡Quiero que tengas mucha energía! Se echó a reír.

-¡Tengo! Siguió las risas.

Como de costumbre, Dulce agarró una camiseta de Christopher para ponérsela. Se sentía muy bien usando algo de él.

Cuando llegó a la sala de estar y vio que todo lo de la fiesta seguía montado, miró a Christopher.

- ¡Vamos a ordenar todo de vez en cuando y luego a divertirnos!

- ¡Lo arreglaré cuando te hayas ido! La abrazó con una sonrisa pícara. - Ahora prefiero disfrutarlo.

- ¡Deja de ser un pervertido, Ucker! - dijo Dulce. - ¡Hay un tiempo para todo!

Al recibir la llamada, Anahí cambió radicalmente su apariencia.

- ¡Tenemos que irnos, es urgente! - dijo mientras caminaba. Los tres fueron tras ella, acompañándola.

-¿¿¿Qué pasó?? —preguntó Poncho preocupado, seguido de Maite y Mané.

- ¡Mi ex marido está en casa tratando de llevarse a Manu! ¡Necesito irme pronto!

-¿Qué quieres decir? ¿Llevar a su hijo? ¡Pero no puede! Maite habló, mientras Anahí apretaba desesperadamente el botón que llamaba al ascensor.

- ¡No puedes, no puedes! ¡Realmente no puedes! —dijo Anahí, sin pensar mucho en lo que estaban hablando—. En su mente solo estaba la imagen de los guardias de seguridad agarrando a Manu con fuerza, tratando de llevárselo y él llorando desesperadamente, preguntando por su madre.

- ¡Cálmate, mi amor! ¡Nosotros nos encargamos de todo! - Poncho abrazó a Anahí y le dio un beso en la mejilla.

- ¡Iremos contigo! —dijo Maite y se volvió hacia Mané. -¿Vamos? ¡O si no, me dejas en su casa!

- ¡Vamos, por supuesto! —replicó Mane—.

Maite y Mane fueron al aparcamiento y se subieron al coche. Nada más entrar, Maite se dio una palmada en la frente y negó con la cabeza.

- ¡Qué estúpido soy! Ella se echó a reír. - ¡Se me olvidaba que venía en coche! - dijo, sacando la llave del coche de su bolso y balanceándola.

Mane se echó a reír. Sostuvo la cara de Maite y le dio un pequeño sello.

- ¡No me importa llevarte y luego volveremos a recoger tu coche!

-¡Es una locura! Maite se echó a reír, le dio un beso rápido a Mané y se bajó del coche. —Entonces hablaremos, Mane.

- ¡Nos vemos en casa de Any! Le guiñó un ojo a Maite y ella sonrió.

Anahí estuvo en silencio todo el camino. Estaba aprensiva y los pensamientos negativos aturdían su mente.

Concentrado en el tráfico, Poncho luchó por ir lo más rápido posible. Aun así, Anahí no pensó lo suficiente.

- ¿Habrá tiempo? Anahí suspiró preocupada.

-¡Será! ¡Ya casi llegamos!

Diego tenía la conversación abierta en la pantalla de su celular cuando vio la notificación que Christian estaba escribiendo. Eso hizo que todo su cuerpo se congelara.

el milagro el reencuentroWhere stories live. Discover now