XXIII. 𝐋𝐀𝐒 𝐂𝐎𝐒𝐀𝐒 𝐄𝐌𝐏𝐄𝐎𝐑𝐀𝐍

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Kisugi continúa volando a toda velocidad hacia la nave de Freezer. No tiene ni idea de dónde está la nave exactamente, pero sabe hacia dónde queda el norte, entonces está volando hacia esa dirección, y cuando encuentre unas montañas, ya sabrá orientarse mejor.

─Maldita sea, a estas alturas deben estar torturando a la pobre Ukume. No puedo volar tan rápido como ese sujeto, y no sé realmente si estoy yendo en la dirección correcta... ¿Pero saben qué? No me importa. ¡VOY A SALVARTE, UKUME! ¡NO TE PREOCUPES!─ aumenta un poco más la velocidad, pero siente que se agota más y más─Mierda, estoy quemando mucha energía, pero no puedo descansar, no puedo descansar sabiendo que mi amiga debe estar sufriendo la mayor agonía de su vida. ¡TENGO QUE DARME PRISA!─ continúa volando con todas las fuerzas que le quedan.

Freezer está escuchando los gritos de Ukume desde uno de los pasillos de la nave.

─Oh, excelente, esos son los gritos que me gustan escuchar. La desesperación de los demás es una de las mejores cosas para presenciar─ ríe vilmente, mientras está sentado, disfrutando lo que él llama espectáculo, pero que en realidad es una horrible tortura.

 La desesperación de los demás es una de las mejores cosas para presenciar─ ríe vilmente, mientras está sentado, disfrutando lo que él llama espectáculo, pero que en realidad es una horrible tortura

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─¡DETENTE, POR FAVOR! ¡DETENTEEEEEEE!

─¡Jajajaja! ¡¿Por qué debería?! ¡Si apenas estamos comenzando!

─¡NOOOOO! ¡SUÉLTAME! ¡ME ESTÁS LASTIMANDO!

─Ah, ahora te estás quejando. ¿No era que te gustaban tanto Zarbon y el gran Freezer? Lo noté en tu cara de boba. Lo que estoy haciendo en estos momentos es darte lo que querías.

─¡PERO TÚ ERES MUY FEO Y ATERRADOR!

Dodoria la nalguea bien fuerte.

─Por haberme dicho esas palabras no te tendré ni una pizca de piedad, maldita mocosa.

─¡BASTAAAAA!─ grita mientras llora desconsoladamente. La fuerza con la que la está empujando Dodoria es tanta que cada movimiento que hace la destruye por dentro─S-siento que mi vida ha llegado hasta aquí. Este es mi karma por haber sido tan pervertida con Abril y por pensar tanto en cosas hot, jeje─ sonríe de una manera muy vacía─. Al menos podré estar con Kuro después de cuatro largos años...─ piensa en medio de tanta agonía, y por su mente pasan un montón de recuerdos de su vida acompañados de una melodía un poco triste, recuerdos con su familia y su gatito, que prácticamente fue su único hermano en la vida porque se criaron juntos.

Cuando Ukume tenía seis meses, Kuro llegó a su hogar con dos meses (fue un regalo de sus padres). Dormían las siestas juntos, a veces comían juntos, y jugaban juntos con pelotitas y peluches. En casa, Kuro era el mejor amigo de la oji-verde, es más, su primera palabra fue "Kuyo", a esa edad pronunciaba mal su nombre y decía Kuyo. Sus momentos favoritos de la infancia son con sus padres y con su gatito, quien desafortunadamente falleció a la edad de catorce años, murió de viejito, y eso a Ukume la destrozó, tanto que estuvo un año yendo a terapia. Por fortuna ha dejado a un lado esa depresión, excepto por unos días a partir de la fecha de muerte de su amada mascota, durante esos días es normal que falte a la escuela. Cuando comienza a extrañar a sus amigos (principalmente a Abril, a quien le tiene un cariño especial), es cuando decide regresar a la escuela.

𝗘𝗟 𝗗𝗜́𝗔 𝗘𝗡 𝗤𝗨𝗘 𝗟𝗢𝗦 𝗖𝗢𝗡𝗢𝗖𝗜́ ❱ CT y DBZ ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora