─ ¿Es posible tener una vida "fuera de lo común" a lo que están acostumbrados todos los demás? ¿Es posible una vida en la que puedas volar, pelear con extraterrestres, e inclusive salvar al mundo de los extraterrestres? ─ se pregunta Abril Horie, un...
Pikuki y Freezer continúan volando en medio del Océano Pacífico. El emperador del mal ya sospecha porque las islas que pasaron se le hacen familiares, y tiene el presentimiento de que Pikuki la va a llevar al mismo lugar al que Kisugi y Abril lo hicieron ir, aunque la isla Baker ya fue destruida.
─¿Hasta dónde iremos?─ le pregunta a la chica, pero ella no le contesta, ni siquiera lo mira, y sigue volando─¡Te hice una pregunta!─ desaparece y reaparece frente a ella con los brazos cruzados, obligándola a frenar─¡No hay por qué alejarse tanto, ¿o tienes algún motivo?!
Pikuki empieza a sudar, pero decide hacerle caso. No parece haber nadie en la isla que está debajo de ellos.
─Tienes razón─ desciende hacia la isla. Freezer sonríe complacido y desciende detrás de ella.
Los dos están frente a frente. Freezer usa su rastreador para detectar presencias humanas.
─Al parecer estamos solos, niña. Si es lo que tanto te preocupaba, aquí podremos pelear sin distracciones.
─Me parece perfecto, Freezer─ ella tiene las manos en la cintura.
─Y dime, ¿cómo te llamas?
─Pikuki.
─Bien, Pikuki, te recomiendo que seas honesto conmigo, ya que puedo matarte sin ninguna dificultad. Habías dicho que sabías todo sobre las esferas del dragón, ¿verdad? Forzosamente tendrás que confesármelo.
─¿Ah, sí? ¿Para qué? ¿Para que pidas un deseo que nos afecte a todos y luego nos mates sin piedad?
─Por supuesto─ sonríe inocentemente─. Este planeta es maravilloso, no hay tantos que tengan una atmósfera tan saludable, una gravedad tan baja, y tantos recursos naturales, es una lástima las construcciones tan pobres, por eso mis soldados las están destruyendo junto a los mugrosos terrícolas, así podremos construir nuestras bases, y este hermoso planeta se verá mucho mejor.
─Infeliz─ se quita las manos de la cintura y lo mira fijamente─. Por más despedazado que dejes mi cuerpo, nunca te confesaré la clave de las esferas, no me atrevería a decírselo a alguien tan malo como tú.
Freezer sonríe entre dientes y con los ojos cerrados.
─Vaya, vaya, parece ser que a la gente de este planeta le gusta morir, qué desgracia, ¿no lo crees?
─Pues aunque no lo creas, hay personas repugnantes que solo se dedican a destruir vidas y luego se quitan la suya como si fuese un simple juego, esa sí es gente estúpida, pero no por eso todos los terrícolas merecen morir. ¿Sabes una cosa? Mi hermanita fue asesinada por un viejo enfermo que le hizo lo mismo que tu soldado le hizo a esa niña, y casi me mata a mí, pero pude sobrevivir, y a pesar de eso, no odio a las personas, yo vivo por el taiyaki, obvio, pero también vivo para proteger la Tierra, eso fue lo que me enseñó Goku...
─Si tanto extrañas a tu hermana, te mataré en este momento para que puedan estar juntas en el infierno.
─Yo no iré al infierno porque nunca hice el mal, las pocas personas que maté fueron en defensa propia y para salvar otras vidas, pero Dios me conoce porque fue él el que me salvó aquella vez, y sabe que todo lo que yo hago va con el propósito de hacer el bien.
─Pues lamento decirte que tu querido Dios no va a poder salvarte de mí─ sonríe con malicia─. Si no piensas decirme el secreto de las esferas, te demostraré lo terrible que puede ser el emperador del mal.
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