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Un año después...



El cielo se había mantenido nublado desde hacía una semana. Aunque en el interior de JungKook todos sus días han sido grises y desolados. De pronto aquella casa lujosa que logró comprar con tanto sacrificio parecía insignificante en su vida. Todo en su interior dejó de brillar y el bello jardín que antes florecía había perdido su vida y su color. Todo a su alrededor estaba marchito.

El éxito de su empresa se debía a su obstinación a la hora de encontrar un proyecto que le abriera las puertas. Y lo consiguió. Mostró el diseño de un edifico que se construyó en Seúl y lo eligieron debido a las innovaciones que presentaba. Recibió una buena cantidad de dinero por sus planos y por la supervisión de la obra hasta su culminación. Al día de hoy recibe elogios por ese trabajo y por los otros que ha realizado. Incluso se ha expandido a países como Japón, China, Australia y Tailandia que han venido para solicitar sus servicios. Fueron esos proyectos los que terminaron por consolidar a su empresa y los que le dieron un nombre dentro del mundo de los magnates. Sin embargo, siempre quiso más de lo que ya tenía, porque quería asegurar el futuro de JiMin y el de sus futuros hijos. No obstante, ahora siente que ya no tiene nada.

Mientras está en su oficina observando el color gris del cielo piensa en que sus suegros pueden ser lo únicos culpables. Cuando formalizó su relación con JiMin no fue bien recibido por los señores Park debido a que él era un chico de clase inferior. Si estudiaba en esa universidad era gracias a una beca que con mucho esfuerzo consiguió. Durante toda su relación tuvo que aguantar comentarios hirientes de sus suegros y de casi toda la familia de JiMin. Aunque todo eso sucedía a espaldas de éste.

JungKook pensó que lo mejor era callar, porque no iba a crear una disputa entre su esposo y sus suegros. Así que su única opción fue esforzarse para llegar hasta donde estaba y para callar a todos aquellos que lo hicieron sentir inferior por no haber nacido en una cuna de oro.

Y lo logró. Pese a que su relación no era la mejor con los señores Park, al menos ya no lo trataban como si fuese una escoria, pero tampoco se inmutaban a faltarle al respeto con sus miradas despectivas. Y aun así creyó que lo mejor era callar y continuar haciendo su trabajo.

Ahora tenía una casa lujosa y otras más que ha adquirido con el tiempo. Tres autos último modelo y una fortuna que estaba por llegar a los quinientos millones de dólares y que continuaba creciendo. Pero su lindo esposo no ha estado desde hacía un año completo. No ha sabido nada de él desde que dejó Corea del Sur.

Claro que lo buscó, pero por increíble que pareciera, no lograba encontrarlo en ningún lado. Sus suegros tampoco sabían nada de él y TaeHyung se rehusaba a decirle alguna novedad. Ha pasado todo este año arrepintiéndose y extrañando a su Mochi. Siente que si pasa un día más ya no podrá soportarlo. Su cama se siente vacía y fría sin él. Apenas podía reconocer su exquisito aroma en la habitación. Toda marca que alguna vez existió de JiMin se estaba desvaneciendo.

Y dolía.

Dolía como el infierno.

—Adelante.

Unos toques leves en la puerta lo trajeron de vuelta a la realidad y a su trabajo que ha disminuido en este último año. Su secretaria apareció con una sonrisa amable y con un sobre amarillo en sus manos.

—Señor, le ha llegado esto en recepción.

Le estiró el sobre que JungKook tomó con duda. Estaba seguro de que alguien más solicitaría sus servicios, pero desde hace tres meses decidió no firmar nuevos contratos.

Afterglow (Kookmin)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ