29- Cabreado.

1.2K 54 4
                                    

¿Podéis creer que estaba nerviosa de quedar con Gavi?

Pues lo estaba.

Mucho.

Pasaba en 15 minutos a recogerme, y yo llevaba arreglada media hora.

Llevaba un vestido negro palabra de honor, era largo pero tenía una apertura en la pierna, luego llevaba sandalias doradas y bolso a juego.

- Se le va a caer la baba - me dijo Sira cuando bajé.
- Exagerada.
- Vas preciosa hermanita, luego me cuentas - sonrió, dándome un beso en el pelo.

Sonó el timbre y fui a abrir, encontrando a Gavi con una camisa azul y unos pantalones beige.

- Qué guapo - sonreí.
- Habló - dijo besando mi mejilla.
- ¡No quiero sobrinos! - dijo mi hermana al otro lado.
- Calla, tonta - rió Gavi.
- Vamos, anda - reí saliendo.

Me monté en su coche y empezó a conducir.

- Vamos a ir a un restaurante súper bonito - dijo mirando a la carretera.

Estaba guapísimo, se le marcaban los músculos al mover el volante y la mandíbula al hablar.

- Rubia, espabila - rió.
- Sorpréndeme - dije recomponiéndome.
- Siempre.

Llegamos y nos montamos en un ascensor, era un hotel, el hotel W.

Al bajar en la última planta había una terraza preciosa, se veía desde ahí tanto el mar como la ciudad, eran unas vistas increíbles.

- ¿Sorprendida?

Asentí.

Parecía una niña pequeña.

Seguro que me brillaban los ojos.

- ¿Pablo Páez? - dijo un camarero - su mesa está por aquí.

Nos llevó a un sitio apartado de todos, podía decirse que estábamos los dos solos en esa parte de la terraza.

- Dios - dije cuando vi las vistas desde esa parte.

La luna se reflejaba en el mar e iluminaba toda el agua. Era precioso.

Pedimos una botella de vino y empezamos a hablar mientras que llegaba la cena.

- A ver Ona - dijo llamando mi atención - sabes que me gustas, mucho, me gustaría empezar de 0, como si nos volviésemos a conocer.
- Sabes que eso es muy difícil - aseguré.
- Sí, sé que la cagué, pero también estoy haciendo lo imposible para que me perdones, creo que deberías tenerlo en cuenta.
- Claro que lo tengo en cuenta Pablo, solo que no sé, soy desconfiada y bueno...
- Déjame demostrártelo.
- Te estoy dejando.
- Pero de verdad, quiero que podamos salir por ahí los dos, que no nos escondamos, quiero presumirte ante todo el mundo Ona.

Vale, esas palabras me llegaron al corazoncito.

Y sonreí inconscientemente, viendo como sus ojos brillaban al mirarme.

- ¿Qué quieres decir? - pregunté.
- Se que si ahora mismo te digo que seas mi novia me vas a decir que no, pero ojalá poder hacerlo, así que al menos dame una oportunidad para que veas que te quiero.
- Ay Pablo... - dije cuando vi que sus ojos empezaban a nublarse.
- Por favor.

Me levanté y le agarré la mano para que se levantase también, nunca nadie me había dicho algo así, y lo veía tan sincero que me la podía jugar una y mil veces por él en estos momentos.

Quedamos cara a cara, y aproveché para agarrar su nuca y besarlo.

Un beso suave, bonito.

- Te quiero - dije sincera.
- No tengas miedo de mí, nunca, no te voy a fallar, te lo prometo.

GANAS DE TI - GAVI (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora