28. Mi camiseta.

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NARRA GAVI

De pocos partidos recuerdo haber salido tan cabreado como de este.

Los clásicos siempre me tensaban, pero en este entre que lo he hecho fatal y que el puto Vinicius no dejaba de tocarme los huevos había perdido el control en más de una ocasión.

Menos mal que estaba ella.

En el momento en el que la vi sentada en el palco con mi camiseta, quise gritar a los cuatro vientos lo jodidamente enamorado que estaba.

Poco a poco, a lo largo de los minutos que jugué, me convertí en furia, y lo único que quería era desfogarme con ella.

La besé como creo que nunca la había besado.

Le gustaba.

Y eso a mí me ponía más aún.

Agarré su cuello y la pegué a la pared.

- Si en algún momento es demasiado, dímelo - le dije.
- Me gusta esta parte de ti, Pablo - ronroneó.

Volví a estampar mis labios con los suyos, apreté su culo con mis dos manos, y empecé a notar como sus piernas temblaban.

Enrollé sus piernas en mi cintura, sin soltar su culo con mi otra mano.

Agarró el bajo de mi camiseta y me la quitó, continuando después con mis pantalones.

Bajé mi mano a su centro, totalmente listo para mi.

- Joder, estás empapada.

Sonrió inocente y creo que yo no podía estar más cachondeo.

Hizo el amago de quitarse la camiseta, pero la paré de inmediato.

- Ni de coña, es mía, quiero follarte con ella puesta - ordené.

Dio un gemido ronco y bajé entre sus piernas.

Besé el interior de sus muslos y ella agarró mi pelo, pidiendo más.

Introduje dos dedos, mientras que con el pulgar masajeaba su clitorix y con la otra mano agarraba fuerte su culo.

Podía correrme mirándola ahora mismo.

Así, pidiendo más, gimiendo mi nombre.

Saqué mis dedos y los chupé cuando vi que estalló por primera vez.

De un movimiento la puse de espaldas a mi, y levanté su culo para tenerlo a mi perfecto alcance.

- Me vas a matar, Pablo - gimió.

Entré en ella de una estacada, haciendo que la habitación se llenase de nuestros orgasmos.

Aumenté la velocidad y crucé sus brazos detrás de su espalda, para agarrarlos fuerte y pegar su espalda a mi abdomen.

Mis embestidas eran cada vez más fuertes, mientras que con una mano la sostenía pegada a mí agarrando su pecho, con la otra le daba algún que otro azote, que la hacía gemir más fuerte.

- Joder Pablo.
- ¿Te gusta, rubia?
- Como nunca.

Mi mano de los azotes pasó de nuevo a su clitorix.

La masajeaba mientras que seguía penetrándola, sus gemidos me estaban volviendo loco, no iba a aguantar mucho más.

Cuando sus paredes se tensaron y se corrió la volví a dejar sobre la cama, y tras dos o tres embestidas más lo hice yo también.

- Dios mío - suspiró cuando me tumbé a su lado.
- ¿Qué? - reí.
- No quiero que pierdas, pero si después de perder siempre me vas a hacer esto a lo mejor me lo planteo.

Reí dándole un golpe en el culo y la abracé contra mi pecho mientras que recuperábamos la respiración.

- Pablo - susurró.
- Dime.
- Te quiero.
- Te quiero más, rubia.
- Pero te quiero de verdad, de querer tenerte siempre conmigo, de que seas mío.
- Sabes que lo soy.
- No de esa manera.
- ¿Qué quieres decir? - pregunté confuso.
- ¿Quieres ser mi novio?

El corazón se me paró por unos segundos.

Me quedé en blanco.

La miré y sus ojos brillaban. Como nunca.

La besé, saboreandola, un beso suave y bonito.

- ¿Eso qué significa?
- Que quiero ser tu novio, amor - reí.

Me abrazó y así nos quedamos dormidos.

Juntos los dos.

Mi novia.

Por fin.


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Holi 🩵

Sé que este capítulo es cortito, pero quería meteros este momento tan bonito y después no le pegaba nada más 🥰

Mañana tendréis más amores.

OS RECUERDO QUE HE EMPEZADO OTRA HISTORIA DE ¿trío amoroso?

Podríamos llamarlo así 😳

Os quiero

GANAS DE TI - GAVI (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora