Tobio era aún un niño cuando experimentó su primer amor. Shoyo era tan hermoso, tan maravilloso.
Pero había un problema: ¡Shoyo era cinco años mayor y el mejor amigo de su hermana! ¡¿Como iba un niño de nueve años salir con un chico de 14, que adem...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La relación entre ambos estaba floreciendo de una manera saludable y dulce. Asimismo, se les era cada vez más complicado no hacerlo tan público. Cada vez que se veían, fuese donde fuese, el impulso de lanzarse a los brazos del otro era realmente fuerte, y Shoyo solo se preguntaba: ¿Por qué si en su relación con Wakatoshi era tan íntimo y privado sobre el tema? ¿Por qué ahora parecía imposible no lanzarse a los brazos de Tobio?
Pronto tendría un partido. Tendrían, de hecho, varios equipos estaban contemplados y los equipos en que ambos jugaban eran unos de ellos.
Sin embargo, Tobio no estaba contemplado para jugar. Era aún un becado y, por lo mismo, no pertencía al equipo. Así que durante una semana vió a Shoyo llegar más tarde e irse más temprano, lo veía constantemente corriendo o practicando durante su tiempo libre.
Su perro se veía decaído, extrañaba que el tiempo que Sho estuviera en casa, estuviera con él, que cepillara su cola con suavidad, que lo llevara a pasear seis veces al día y al llegar hecharse a sus pies en el sillón. Y Tobio estaba igual.
Extrañaba volver de su propio entrenamiento y encontrar a Hinata sentado esperándolo para cenar juntos, que los días libres de ambos se acurrucaran juntos en el sillón, recibir un superficial y suave beso de su parte antes de irse. Ahora apenas si lo veía.
-Ya volví...- Dijo el pelirrojo. Era tarde, generalmente a esa hora, tanto el azabache como Morita estaban dormidos en la cama del menor. Se sacó los zapatos y se dirigió a su comedor, para su sorpresa, esta vez, ambos estaban dormidos en la mesa. Bueno, Tobio tenía la mitad de su torso sobre la mesa, completamente dormido y Morita estaba acostado a sus pies.
Frente a él, estaba un plato de curry, tapado con una tapa de cristal demasiado grande para el mismo. El curry se veía algo quemado y, para este punto, ya estaba frío. El mayor sonrió antes de besar la frente del Alfa, quien sonrió en sueños. Tomó el plato y lo metió al microondas, esperando a que se calentara. Una vez listo, se sentó al lado del joven dormido y se dispuso a cenar en silencio. O eso planeaba hasta que su perro despertó por el olor a comida y comenzó a aullar. Tobio despertó segundos después y se encontró con Shoyo a su lado.
-Ya llegaste...- Dijo antes de bostezar y sonreír medio dormido, el pelirrojo sonrió y movió un poco el fleco de Kageyama. -Sí, ya llegué, ya puedes dormir...- Le depositó otro beso, esta vez sobre su nariz, siendo recibido por la risa adormilada de Tobio.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
