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La habitación de la reina estaba vacía, los guardias de fuera no se dieron cuenta porque detrás del muro del ropero, había una entrada secreta a un pequeño cuarto. Entre todo ese polvo y telarañas, la reina sostenía un viejo libro y su guardia más leal sostenía la antorcha.

_Mi reina...¿Está segura de esto? - el mayor parecía indeciso, la reina también lo estaba, solo veía el libro que su esposo había escrito de toda su vida - es la historia del rey, del reino y de su familia.

_Lo sé - suspiró - pero el trono de mi hija...está en juego. No puedo permitir que todo le sea quitado.

_¿Y...qué pasará con...

_Se casará con mi hija, obtendrá el trono igualmente. No necesita saber sobre sus padres.

_Mi reina...- habló casi en un susurro - sabe que no me refiero a la princesa Lisa. ¿Qué pasará el día que...usted ya no esté? Le prometimos al rey cuidar de ella...pero yo no podré hacerlo sin su poder. ¿Debería contarle a la princesa?

_¿Y arriesgar a que le quite el reino? - lo observó con enfado - no me importa esa mujer, ya la cuidé demasiado, ya es una adulta. Y escúchame bien - se acercó a él - nadie...absolutamente nadie...tiene que saber que el rey tuvo una hija.

***

_¡Moonbyul! - Iu corría en el campo con alegría, traía su canasta y veía sonriente a la ex princesa levantarse de recoger trigo - ¡Ya es hora de comer!

Moonbyul sonrió agitada, estaba sudando por el calor y estaba cansada, pero ver lo tierna que Iu se veía corriendo graciosamente entre toda esa cosecha, la hizo reír levemente.

_Me parecía injusto que solo yo trabaje este día, pero al ver que traes comida, lo compensa - ambas se sentaron en el suelo.

_Soy tu jefa, así que me tienes que obedecer - rieron - te traje puré con pollo y agua de trigo - lo colocó sobre un mantel - ¿Ya hablaste con la princesa?

_No, supe que no está en el reino, salió de viaje. Aunque...creo que no es correcto hablar con ella.

_¿Por qué? No puedes esconderte toda tu vida.

_Sé cómo piensan las princesas - comenzaron a comer - desde niñas, se les llenan con aire de grandeza, no puede haber nadie que la contradiga, nadie que la enfrente, porque su palabra es más valiosa e única. Si me ve, estoy muy segura que me mandará al calabozo.

_¿Te criaron así?

_No, a mí no me querían - reía, pero a Iu no le causó gracia.

_A mí tampoco me querían y no es gracioso.

_¿Cómo que no te quisieron? ¿No fuiste a verlos ayer?

_Yo los quiero porque fueron las únicas figuras paternas que tuve, pero ellos no a mí, pero tampoco me maltratan. ¿Crees que si me quisieran me hubieran ofrecido a un idiota por vacas y comida?

_Bueno, los tratos de compromiso son algo normal.

_Pero la mayoría reciben buenas cosas, a mí no me dieron nada y además ese chico estaba tan horrible como de cara y corazón. ¿Pero qué puedo esperar de ellos? Ni siquiera son mis padres.

_¿No lo son?

_Según ellos, me dejaron en su puerta. Jamás supieron de quién era hija, ya que no había nadie embarazada en el pueblo. Quizá hayan sido pueblerinos de los otros pueblos que venían de paso.

La Princesa y...¿Lisa? Where stories live. Discover now