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Lisa había llegado al palacio, había anochecido y al parecer la cena ya había acabado. Al entrar a la habitación no encontró a Jennie, solo Pan dormía en su pequeña cama. Quitó los botones de su camisa y se encaminó a la cama, antes de quitarse la prenda, Jennie ingresó y cerró la puerta tras ella.

_¿Dónde estabas? - preguntó con aparente tranquilidad.

_En la taberna - Lisa se quitó la camisa sin importarle la presencia de Jennie. La castaña desvío la mirada, sonrojada - pensé que dormirías en tu habitación - se colocaba el camizon para dormir.

_¿Por qué lo haría?

_Pareces molesta - giró a ella. Jennie notó sus ojos cansados y rojizos.

_¿Estás ebria? - se acercó y quiso tomar sus mejillas, pero Lisa la apartó y se dirigió a la cama - ¿Qué es lo que te pasa?

_¿A qué te refieres? - se cubrió hasta la cintura, su apariencia era tranquila.

_Parece que me evitas. ¿Tiene algo que ver aquella comerciante?

_¿Qué? - rió levemente - ¿Qué estás insinuando?

_Solo te digo lo que veo, has estado toda la tarde con ella, ¿Verdad?

_Sí, me invitó. No creo que tengas algún problema en que tenga amigas, ¿Verdad?

_Si no hay segundas intenciones, no - se cruzó de brazos - pero estar abrazando a mujeres frente al público es muy comprometedor.

_Ella me abrazó.

_Y tú muy cómoda.

Lisa la ignoró y le dió la espalda para dormir, pero suspiró cuando Jennie se recostó a su lado y la abrazó, comenzando a besar su nuca.

_¿Ya no quieres discutir?

_No si no me haces caso - Jennie se acurrucó a ella.

_Está bien - Lisa sostuvo su mano y la besó, sabía que había sido muy distante en todo el día - dulces sueños.

Lisa seguía pensativa, tenía que averiguar lo que la familia real ocultaba. ¿Por qué su padre vivía como costurero? ¿Por qué nadie se preocupó en criarla cuando su padre la abandonó?

¿Sus padres la abandonaron? Era la nueva duda que nacía en ella.

***

Jisoo llegó a su tienda, cerró todo con seguro y corrió a su habitación, en ella se sentó en la cama y sacó el libro que había escondido dentro de su camisa.

No tardó en abrir la primera página, pudo reconocer fácilmente la letra del rey. En los anuncios realezas su mensaje era escrito personalmente y pegado en la entrada principal de la calle de comerciantes. Jisoo ignoró las demás historias que contaba de su vida y buscaba lo que más le interesaba, el cual era su nombre.

Jisoo halló más de una verdad en aquel diario, supo que la señora quien la crió si era biológicamente su madre, que había sido parte de la cocina y tuvo un amorío con el príncipe invitado, antes de que sea proclamado rey. Su madre fue echada al quedar embarazada y fue obligada a casarse con el ese patán que había llamado padre por mucho años, solo para que no pregunten por la paternidad de la pelinegra.

Su madre no podría separarse o sería castigada, le quitarían todos los beneficios que se le daban a escondidas, como dinero y alimento, incluso ese imbécil que la crió lo sabía, también le pagaban a él.

"Hice jurar a mi esposa que cuidarían de mi única hija biológica cuando yo no esté. A pesar de no haber sido un buen padre para ella, siempre estuve atento a su crianza. No había día en que no vaya a esa calle solo para poder verla, es una niña muy valiente, aquella mirada retadora que me da, en cierta parte me hace sentir orgulloso, no es de bajar la cabeza ante nadie.

La Princesa y...¿Lisa? Where stories live. Discover now