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CHAPTER 0.11 ❝ Los Septuagésimos Cuartos Juegos Del Hambre❞

La mañana había llegado demasiado rápido para el gusto de todos

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La mañana había llegado demasiado rápido para el gusto de todos. Y a pesar de que en ese preciso momento se sentía bastante protegida, sabía que Peeta no podría hacer mucho dentro de la arena.

Cuándo despierta nota al instante que su mentor sigue a un lado de ella. Dos toques en la puerta hacen que el chico abra lentamente los ojos. El le da una ligera sonrisa ladina, y lentamente se levantó de la cama, no sin antes darle un ligero beso en su frente.

– Vas a ganar, recuérdalo, ¿si?.

Ella asintió nerviosamente, se sentía demasiado asustada, la ansiedad que sentía internamente, la estaba carcomiendo por dentro.

– ¿Un último consejo? – preguntó ella, nerviosa.

– Corre lo más rápido que puedas, y aléjate de la cornucopia.

Ella asintió, el rubio rápidamente se acercó a ella y se fundieron en un abrazo. Peeta la apretujó hacia él, segundos después se separaron, se dieron una última mirada y finalmente el chico salió de aquella habitación.

Cinna llego tan solo unos segundos después, le entrega una túnica sencilla y salen juntos al tejado. Los últimos preparativos se harían en las catacumbas, debajo de la arena, en sí.

– Amelie – murmuró una voz detrás de ella, Haymitch. Se acercó rápidamente a su mentor, este la tomó por el hombro – No bajes de la plataforma antes de que suene el gong, o saldrás hecha pedazos.

– Si, okay.

– Amelie, puedes ganar, todos los que estamos en este equipo lo sabemos, inténtalo, por tu hermano – el hombro le dió una palmada a la mejilla de la castaña. Ella asintió nerviosa – bien, vete ahora, y sigue viva.

– ¿Podrías darle las gracias a Effie por mi? No quiero irme sin agradecerle toda su su guía y hospitalidad que nos dio – el mayor asintió.

Un aerodeslizador surge de la nada, igual que el del bosque, el día que vió cómo capturaban a la chica pelirroja. Dejaron caer una escalera, pone sus pies y manos en el primer escalón al instante, se queda paralizada. Una especie de corriente la pega a la escalera hasta que la suben al interior.

Aunque imaginaba que la escalera la soltaría al llegar, siguió pegada a ella. Una mujer vestida con bata blanca se le acerca con una jeringuilla.

– Es tu dispositivo de seguimiento, Amelie. Cuanto más quieta estés, mejor podré colocártelo – explica.

Un dolor agudo llega a ella cuando introduce el dispositivo metálico debajo de la piel del antebrazo. Ahora los vigilantes podían localizarla en todo momento, no les gustaría perder a algún tributo.

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⏰ Last updated: Jan 02 ⏰

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  𝙏𝙝𝙚 𝙂𝙧𝙚𝙖𝙩 𝙒𝙖𝙧 - peeta m.Where stories live. Discover now