Iba subiendo las escaleras del metro para ir a su lugar favorito de la ciudad, se dirigía principalmente a una entrevista de trabajo vestido formalmente pero aún no llegaba la hora indicada, así que decidió ir a aquella banca del parque que le gustaba mucho por la vista que daba, llevo varias veces a su anterior amado allí pero no dejaría que su recuerdo arruinada un bello lugar como ese.
Era la única persona sentada allí viendo la vista o eso pensaba.
— Hola Aquino.
El castaño al escuchar esa voz volteó y vio a Natalan sentado en una banca que estaba un poco más atrás, este le sonreía pero el castaño seguía con un semblante medio serio y confuso, Natalan no le dio mucha importancia y se levanto para sentarse con él.
— Sabía que te vería aquí... Me encanta este lugar también por ti.
— Creo que debo darte una felicitación.
— Solo si piensas hacerlo - Ambos rieron- Entonces ¿Has estado bien?
— Estaré bien, algún día.
— Me gusta tu traje, te ves estupendo en el.
— Gracias - Dijo mientras le sonreía- ¿Sabes? renuncie a la oficina.
— ¿Es bueno o malo para ti?
— Realmente es bueno - Dijo para hacer una pausa y hacerle una pregunta- Así que... ¿Te casaste?
— ¡Sí! Fue una locura pero no lo voy a negar, amo a Roier - Diciendo eso ambos quedaron en silencio.
— Debiste decirme cuando te vi en la boda.
— Aún no me lo proponían.
— Pero él ya estaba en tu vida... Me ofreciste un beso, ¿Por qué?
— Una razón tonta me temo, yo solo quería besarte.
— Tú siempre haz hecho lo que quieres - Le dijo sonriente- y quien diría, nunca quisiste algo serio y ahora te casaste.
— También me sorprendí a mi mismo.
— Siempre fui capaz de entender a los demás pero a ti jamás te llegue a comprender del todo; no me parece lógico.
— Simplemente se dio.
— Sí pero lo que yo nunca enteré es como paso.
— Creo que solo me desperté un día y lo supe.
— ¿Supiste qué?
— Eso de lo que nunca estuve seguro contigo.
Eso fue un golpe bajo para el castaño quedando en un silencio incómodo.
— ¿Sabes que odio? de que aquello en lo que creía era una completa mentira - Dijo tratando de alivianar el ambiente - lo odio.
— ¿De qué hablas?
— Me entiendes, destino, almas gemelas, todas esas historias infantiles, cuentos sin sentido... Tenías razón, debí haberte escuchado.
— No - Dijo muy feliz al castaño- Aquino.
— ¿Por qué me miras de esa forma?
— No se como decírtelo... Yo estaba sentado en el café leyendo y Roier se acerca a mí y me pregunto sobre mi libro y ahora es mi esposo - Dijo sonriendo al recordar eso.
— Sí, ¿Y qué?
— ¿Qué tal si ese día en lugar de ir al café iba al cine? ¿Qué tal si ese día hubiera ido a desayunar a otro lugar? ¿Y si hubiera llegado más tarde? - Dijo mientras el castaño le escuchaba atento- Siento que eso tenía que pasar y no podía evitar pensar "Maldita sea, Aquino tenía razón" - Diciendo lo último ambos rieron- Solo que... yo no era el indicado para ti.
Quedaron en silencio, no incómodo, solo silencio, mientras veían el paisaje que a los dos les gustaba, Aquino sintió como la mano de Natalan agarraba la de el, lo volteo a ver pero no se quejo y el azabache solo apretó su mano. Desde otra perspectiva verías a dos jóvenes chicos casados siendo una pareja feliz, pero esto no es una historia de amor.
— Me tengo que ir... Estoy feliz de que estés bien - Diciendo eso se iba a ir hasta que Aquino le hablo y volteo a verle.
— Alan... Te deseo que seas muy feliz.
El chico le sonrió y se fue, quedando solo Aquino en esa banca viendo el paisaje.
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𝟓𝟎𝟎 𝐃𝐀𝐘𝐒 𝐎𝐅 𝐍𝐀𝐓𝐀𝐋𝐀𝐍 // 𝘈𝘲𝘶𝘪𝘯𝘰 𝘹 𝘕𝘢𝘵𝘢𝘭𝘢𝘯
Fanfiction"Esta es la historia de un chico que conoce a otro chico. Pero no supongan nada, esta no es una historia de amor." Aquino es un escritor de tarjetas de felicitación, se sorprende totalmente cuando su novio, Natalan, repentinamente lo abandona. Él an...