Capítulo 1

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Cuando llego la carta pude escuchar el grito de mi madre desde el taller que teníamos. Debo de echarle la culpa por arruinar el corte que estaba realizando a la madera para los muebles que debíamos de entregar a un grupo de tres. Mi padre quien estaba con lo suyo soltó un suspiro por mi espalda.

—Sera mejor ver que cosa tiene tu madre— soltó el comentario con mucho pesar mientras se quitaba los guantes para proteger sus manos—. Ya es esa época que a ella le emociona.

Yo solo respondí aquello con una sonrisa mientras me quitaba mis guantes, por un segundo también me iba a quitar el resto de mi uniforme, pero tenía trabajo por delante. Deje los guantes en la mesa siendo lo único que dejaba.

—¡No lo puedo creer, no lo puedo creer! Es que la vida es justa con nosotros ¡Ana, Ana, Ana! Ya ven, hijita.

Mi madre estaba dando saltos en el patio, pocas veces en realidad era cuando ella mostraba emociones como estas. Felicidad, emoción. Las buenas noticas no eran algo muy usual para unos simples cincos como nosotros.

—Viejo, viejo, viejo. Mira, mira, mira— mamá movía sus manos de un lado a otro, en ellas se encontraba un papel que desde yo estaba se miraba de una calidad alta—. Por fin, por fin. Ana ya fue convocada a la selección ¡Ana por el amor de Dios, que vengas!

Papá se unió a mamá para leer el contenido de la carta. Yo decidí mirar todo desde una distancia pronunciada, en la mesa que había hecho junto con mi padre cuando tenía doce años.

Mi hermana se unió al patio, es muy probable que la interrumpimos en alguna tarea. El martillo en su mano era una indicación de eso. Ella y yo compartimos mirada, apenas unos segundos.

Me lo dijo todo con eso.

Castigo.

Enojo.

Decepción.

Huida.

Desesperación.

Emociones contrarias a lo que mamá estaba experimentando.

—Hija es que enserio ¿Por qué tardas tanto? El destino, la fortuna te esta llamando. Mira, es tu carta para la selección.

Ana tomo la carga que ya estaba arrugada por el arranque de emoción de nuestra madre.

Sin decir ninguna palabra ella comenzó a leerla en voz alta.

Queridos señor y señora de familia.

Este mensaje proviene de la gran familia real que protege, vela y busca satisfacer los intereses de todos los miembros que componen esta gran nación. En este momento y gracias al registro de los nacidos, es de nuestro grado saber que mantienen a una bella jovencita que este año cumple los diecisiete años.

Nos gustaría comunicarles que, gracias a esto, su queridísima hija es apta para participar en el gran sorteo de la nación. Representar al país de Illéa, el nombre de su familia y claro. Su auténtica persona.

Ana hace un puchero al leer la última parte.

—No pares querida— exigió mamá.

Nuestro príncipe Lionel Andrés Messi Cuccittin alcanzara pronto la mayoría de edad. En esta nueva etapa de su vida, siguiendo las mismas tradiciones que nos han mantenido unidos y en prospera abundancia. Comienza la aventura de encontrar su pareja idea para gobernar esta nación. Asegurando más años de gloria. Su hija, hermana o tutelada, según sea el caso, deberá de llenar el formularia que se acompaña con la siguiente carta para entrar al sorteo y la deberá de presentar en las oficinas de correos más cercana a donde viva.

El elegido.Where stories live. Discover now