Capítulo 6

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Al inicio ese sonido se escuchaba lejos. No tenía nada de ganas de salir de esta cama y de las sábanas tan cómodas que tenía en mi cuerpo y es que no puedo creer como acabo de tener la mejor noche de mi vida en un colchón que nunca espere usar para dormir. Había escuchado tantas cosas sobre que los dos usan telas tan suaves a la hora de ir a la cama. Y ahora mismo estoy viviendo la vida de un uno.

Los golpes siguen y siguen y para este punto mi cuerpo comienza a salir del estado de sueño y es una lástima porque aún no quería iniciar mi día. Trato de levantarme de la cama, pero vaya que resulta ser una tarea de lo más difícil. En un momento dado la puerta se abre y escucho los pasos de los caballeros de compañía. Dios, mis ojos los siento tan pesados como nunca ¿Eso es normal?

—No quisimos entrar de esta manera tan descortés, joven Guillermo— la voz de ¿Santiago? O es de ¿Julián? Esta acompañada de un arrepentimiento—. Pero debemos de prepararlo para el desayuno. Tiene que dar una buena imagen.

Trato de decir unas palabras, pero solo logro sonidos sin sentido en mi boca.

Lo siguiente que siento en mi rostro es el paño húmedo que comienza a limpiarme y gracias a eso siento que la pesadez de mi cuerpo comienza a ceder para que ahora sí pueda tener el control de todo.

—¿Mejor? — Kevin está delante de mí con una gran sonrisa mientras termina de limpiarme—. Es normal, siempre las castas de números más bajo les cuesta demasiado levantarse después de la primera noche en una cama del palacio. No se avergüence.

—Gracias por el dato— comento mientras miro a los tres chicos—. Lamento quedarme dormido, me pongo a sus manos.

En cuestión de lo que a mi gusto parece ser un tiempo demasiado corto me dejo llevar por esos tres caballeros que me arreglan el cabello, eligen mi vestimenta, limpian y perfeccionan algunas cosas en mi imagen. Les digo que yo puedo limpiarme solo los dientes y ellos dejan que al menos en eso yo les ayude.

Cuando terminamos estoy observándome en el espejo de la habitación. Tengo una ropa de lo más cómoda y a decir verdad los tonos que estos chicos eligieron para mí me gustan. Por primera vez no estoy usando la ropa del trabajo o la simple que nos permitimos usar en casa. Tengo esta sensación de que si mi madre me viera en definitiva diría que parezco alguien como de la alta sociedad.

Los cuatro observamos el reloj que está en una pared y la hora marcada es 7:45 a.m. Me informaron que aquí el desayuno es a las 8 a.m. en punto.

—Antes de salir le traemos sus joyas. Guillermo.

Santiago coloca en frente de mí un joyero, en cuanto lo observo recuerdo que en la casa de Andrés su madre también tenía uno. Pero claro que aquí no hay punto de comparación. Con inseguridad abro la caja para observar cadenas, anillos, brazaletes y otras que son bastantes exorbitantes para mi gusto.

—Es tradición que todas las seleccionadas usen joyas en su estancia en el palacio. No debería de cuestionar algunas tradiciones y solo dejarse llevar por ellas.

Julián es regañado de inmediato por Kevin y Santiago que le dicen que la forma de decir aquello ha sido demasiado descortés y desconsiderado.

Les digo que no me ofendí y para que el tema sea cerrado lo más pronto posible agarro un anillo con una hermosa piedra en medio de color rojo.

—El rojo siempre da de que hablar. No importa en donde se use, consejo de hombres—afirma Kevin que luce emocionado por mi elección.

Partimos hacia el comedor, los chicos se comportan de una manera tan agradable porque aún no logro ubicarme del todo en el palacio. Es decir, apenas llevo una noche en este lugar. Cuando llegamos a la puerta del salón me encuentro que allí esta Ana. Esta luciendo un hermoso vestido que la hace parecer como toda una princesa desde ya.

El elegido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora