« Turquoise » [Itoshi Rin]

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La vida de aquellos que gira en torno al fútbol en un ambiente hostil, tienen cada acción orientada hacia el objetivo de ser el mejor de todos y aplastar a aquellos que tratan de meterse en el camino.
La rutina de Rin ya estaba marcada con un objetivo, incluso antes de llegar a ese lugar lleno de personas tibias que solo eran gusanos debajo de sus pies.

Si él tuviera que hacer una lista de mayor a menor dolor de cabeza en su vida, solo habrían dos puestos de suma importancia, y por supuesto el número uno era su hermano mayor.
Isagi Yoichi, el mocoso bajito que tenía la audacia de desafiarlo, era el segundo.

El resto de NPC's, si bien algunos eran fastidiosos tanto para jugar con sus nervios (había una que estaba pasando los límites sanos), eran plagas que no importaban y no tenían papel en su vida.
Isagi era alguien con el potencial de arruinarlo, por lo que tenía que tenerlo cerca para asegurarse de que vea que todos sus esfuerzos eran inútiles, ya que Rin era capaz de partirlo a la mitad con solo un movimiento. La constitución física de Isagi no era tan buena como la de él, pero aún así este trataba de imitar su estilo y su rutina para tratar de superarlo. Un tonto de manual.

Quizás lo único que agradecía de Isagi era que supiera cerrar la boca cuando era necesario, aunque algunas veces dijera cosas audaces que hicieran que el desafío fuera gratificante. Rin estaba seguro de que ese tipo no le llegaba a los talones por mucho que lo intentara.

Que Isagi lo siguiera algunas veces a la sala de yoga por las noches para realizar otro intento de mejorarse así mismo, ya era usual. Le molestaba. Pero sabía que era obligatorio compartir espacio con otros.
Que este lo estuviera intentando con tanto ahínco le daba cierta nostalgia a cuando él comenzó con los estiramientos y no lograba hacerlos correctamente.

Su concentración y su semblante apacible a veces flaqueaba cuando escuchaba los ruidos estridentes de conversación y risas de otros residentes que cruzaban por frente a la sala, las veces que Isagi se ponía a parlotear de manera innecesaria o quejarse de no poder alcanzar sus tobillos.
Sin embargo, no hubo peor distracción que aquella que estaba por la puerta, con los usuales ojos curiosos (c/o) y una sonrisa que saludaba y atravesaba su estómago con la sensación más desagradable del mundo.

Ya podía sentir que su cien dolía, su nuca se calentaba y sus músculos se tensaban de solo verla entrar a la sala y aproximarse. Trayendo consigo un anotador y dos lapices en manos, Rin no estaba interesado en cualquier ocurrencia que saliera de su boca.
Podía ser todo y nada a la vez, cualquier cosa insignificante era un tema de conversación para ella, y le molestaba tanto que a veces deseaba callarla de un golpe.

Inevitablemente se preguntó qué podría ser ahora. Una pregunta sobre inglés, una oferta para algún trabajo en conjunto porque su estúpida amiga decidió hacer equipo con otra persona, cualquier cosa, todo lo que venía de ella era un problema.

Rin deseó que por una vez en lo que había sido su tiempo de convivencia, (T/N) dejara de dirigirle la palabra para que su estúpida voz dejara de colarse por sus oídos.