Perdoname Ryoga

cap.3

Era la mañana siguiente y Ranma no queria regresar a la casa de los tendo, de alguna manera su decisión de quedarse con ryoga ayer le carcomía la cabeza, sabía lo que se venia por parte de su padre, sabía lo que iba a vivir, y lo único que hacia su mente era repetírselo.

Se despidió de ryoga y salió de aquel lugar que el día anterior le proporcionó el día más feliz de su vida, pero como una ves escucho por ahí "la vida es una novela triste con comerciales felices" y ahora le tocaba regresar a su realidad.

El camino de cuarenta minutos le llevo dos horas ya que camino lento, tomando calles que sabía que lo harían tardarse más.

Había llegado el momento, estaba frente a la puesta de los tendo, un nudo se le formó en el pecho, su respiración era acelerada, su mirada reflejaba un miedo intenso y junto con todo eso su cuerpo temblaba.

Entro, trato de cambiar su semblante a uno más tranquilo, lo cual funcionó a medias. Al entrar kasumi fue la primera en recibirlo, si sonrisa de siempre y ese amor hogareño hizo que Ranma sintiera un poco de paz, la cual duró poco ya que para su desgracia se acabó viendo bajar a akane quien no espero para empezar a regañarlo, ese dia era sábado por lo cual no tenían clases.

- RANMA, ¿DONDE ESTABAS? - se acercó al chico con una aura amenazante- ¿PORQUE LLEGAS HASTA AHORA?, AYER NI FUISTE A CLASES ¿QUIEN CREES QUE TUVO QUE JUSTIFICAR TU FATA EH? - lo tomo por la camisa - RESPONDE

- YA DEJAME EN PAZ, ¿QUE MIERDA TE IMPORTA LO QUE HAGA? - se soltó del agarre- YO NO TE PEDI QUE JUSTIFICARAS MI FALTA -

Ya estaba arto de esa situación, todos los malditos días tenía que pelear con aquella mujer, la cual de algún modo quería controlar su vida.

- ¿ASI?, PUES ERES UN MALDITO IDIOTA, DEBERÍAS ESTAR AGRADECIDO CON MIGO, SOY TU PROMEYIDA Y DEBES TRATARME COMO TAL - la chica dirigió un golpe al chico el cual esquivado -

- CREME, SI FUERA POR MI NO ESTARÍA EN ESTE MALDITO LUGAR, ERES UNA NIÑA MALCRIADA Y CAPRICHOSA QUE SOLO BUSCA SU BENEFICIO, ODIO ESTA SITUACIÓN, ODIO QUE TODOS LOS PUTOS DIAS TENGA QUE ESCUCHAR TU VOZ  IRRITANTE ODIO..

Sus palabras fueron calladas por una mano que se poso en su boca con fuerza, era su padre.

- akane querida, disculpa a este malcriado - presión con más fuerza la boca de su hijo - pero no te preocupes este te pedirá una disculpa

Soltó el agarre, al chico no le quedó más que disculparse, sabía lo que venía y no quería estar ahí, no quiera ser el.

Su padre lo dirijo a su habitación que compartían.

- Ranma, sabes muy bien lo que tienes que hacer debido a tu actitud ¿Verdad? - tomo a su hijo por el cuello y lo estrelló contra una pared - más te vale guardar silencio si no quieres que sea peor

Un golpe basto para sacarle todo el aire y un par de lágrimas, su padre soltó el agarre de su cuello y empezó a golpearlo, el chico no tuvo tiempo de cubrirse el rostro. Los golpes le sacaron sangre, lo dejaban sin aire, pero de algún modo le daban risa, era chistoso como su padre era una buena persona frente todo el mundo, pero con el era todo lo contrario.

Desde pequeño su padre siempre había tenido esos "castigos especiales" , a decir verdad toda su vida la recordaba con ese tipo de regaños, ser golpeado por no soportar los entrenamientos era lo que más recordaba.

No tardo mucho para que genma detuviera los golpes y se limpiará los nudillos que tenía cubiertos de sangre para después salir como si nada, dejando al chico destrozado.

Se trato de parar pero los golpes no lo dejaban, lo único que pudo hacer fue quedarse en el piso manchado de su propia sangre la cual se cubría con lágrimas que salían de sus ojos, siempre era lo mismo, golpiza, llorar y hacer como si no hubiera pasado nada.

Las lágrimas salían sin control, su cabeza se sentía que iba a explotar en cualquier momento, un nudo en su garganta hacia que llorará más.

Recordaba todo, todo lo que pasó, siempre tenía que recibir una golpiza, ¿Porque siempre era él el que resultaba golpeado siempre?, en ningún momento había visto que a akane la golpearan por su actitud hacia el, ni un regaño había escuchado.

Recordó que cuando era niño siempre que sucedía esto iba con ryoga, su único amigo y está no sería la excepción.

Cómo pudo salió por la ventana y salto por los techos con gran dificultad, tardo pero llego a su destino, sabía que si no lo encontraba su padre hoy no se enojaría con el debido a la golpiza que ya le había dado.

Tocó el timbre y como si fuese una película, al momento que ryoga salió para ver quien llamaba a su puerta Ranma se desmayo frente de él.

Este solo pudo tomarlo y llevarlo dentro de la casa, sabía lo que le había pasado, sabía que Ranma no se había defendido solo porque su agresor era su padre.

Sin más quitó la playera de Ranma, la cual estaba cubierta con sangre, su cuerpo estaba lleno de moretones, sus brazos y su torso, todo era un desastre , si rostro era lo peor, su labio tenia una cortada, aquellos labios que hace un día habia besado hoy estaban heridos, su nariz tenia rastros de sangre, uno de sus ojos estaba un poco hinchado y una de sus mejillas tenia una cortada.

Limpio con cuidado las heridas, de algún modo estaba acostumbrado, siempre era lo mismo, Ranma no seguía las ordenes de su padre y este lo golpeaba , gracias a Dios o a algo inexplicable Ranma nunca necesitaba un doctor para curar sus heridas.

El chico de la trenza tardo hasta la tarde en despertar.

Estaba recostado en la cama de su amigo, se sentía tranquilo, sabía que en ese lugar no corria peligro. Se sento en la cama y miro al chico de sus sueños el cual estaba dormido  sentado en el piso con la cabeza recargada en la cama.

- ryoga, sube, te enfermaras si te quedas ahí - acaricio el cabello del llamado -

Este no tardo mucho en reaccionar al tracto restregándose un poco a la mano ajena.

- ¿Como te sientes? - subió a la cama y se recostó dejando en claro que el chico de trenza podía recargarse en su pecho lo cual no tardo en hacer -

- si te dijera que bien te mentiría, lo único que quiero hacer es dormir -

- bien, hay que dormir un poco

Y así, sin mas durmieron, ryoga sabía que Ranma estaba tranquilo, no quería interrogarlo por lo que había pasado, lo sabía y no necesitaba que este se lo confirmara.