𝖀𝖓𝖔

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Amigos y familiares se encontraban reunidos en el funeral, la difunta tuvo dos hijos, solamente uno de los dos pudo asistir. La hija menor de la anciana asistió al funeral de su madre en compañía de su esposo y sus dos hijas, tener que comprobar que era cierto lo que habían dicho en la llamada de la casa de ancianos le rompió el corazón, para Alora fue un poco absurdo que su madre llorara tanto cuando en el pasado le insistió en visitar a su abuela terminando por escucharla que no había tiempo para visitas. De los cuatros miembros de la familia Kim, Alora era la nieta menor de la anciana, junto a su hermana habían nacido en Estados Unidos, específicamente en Nueva York, las costumbres de la familia nunca se perdieron pues los padres de la chica si nacieron en Corea del Sur.

Alora permanecía de pie junto a sus padres y su hermana recibiendo a las personas que iban a dar el sentido pésame. Todos vestían de negro, su madre no dejaba de llorar siendo consolada por su padre, necesitaba respirar un poco.

—Iré al baño un momento—avisó a su hermana mayor. Ésta asintió viéndola desaparecer por la puerta, el baño de damas estaba casi vacío de no ser por dos mujeres que conversaban mientras limpiaban sus manos en el lavabo.

La joven de veinte años se encerró en uno de los cubículos, tomó asiento en la tapa del retrete, colocó sus codos sobre sus piernas y con sus manos cubrió su rostro sollozando en silencio. El vínculo que Alora tenía con su abuela siempre fue único, disfrutaba el tiempo en Seúl por ella, escuchaba sus historias, aprendía sus recetas, la ayudaba en lo que necesitara y le hacía peinados muy hermosos alagando su cabello largo.

"Halmeoni"

Las lágrimas empaparon su rostro, sus hombros temblaron al controlar el llanto, no quería que supieran que estaba llorando, nunca le gustó que la vieran hacerlo, sentía que la juzgarían por ser débil, un poco ridículo considerando lo que se hace en un funeral. La joven apartó las lágrimas de sus mejillas rojas, su cabello castaño caía totalmente liso por su espalda, una parte permanecía recogida y la otra suelta, llevó sus manos a su pecho, de su camisa sacó aquel collar que su abuela una vez le regaló en su cumpleaños.

—¿Dónde lo compraste, halmeoni?

—Es un secreto—terminó de colocarlo en el cuello de su nieta para luego admirarlo. Alora miró el dije en forma de mariposa, una pequeña mariposa de madera con pequeños puntos blancos.

—Es muy bonito.

—Sabía que te gustaría, cielo—pellizcó sus mejillas redondas dejando un beso en su frente—Sé que a Jennie no le agradan mucho los accesorios artesanales.

La niña miró la mariposa de nuevo. Era un collar sencillo, pero lindo ante sus ojos.

—Halmeoni—se sentó a su lado en el sofá. La anciana rodeó sus hombros con su brazo acercándola más a ella—¿Qué pasará cuando...ya no estés con nosotros?

—¿Cuando muera?—ella asintió—La vida seguirá como si nada hubiera pasado.

—¿No tienes miedo?

—A este punto de mi vida, cariño, sólo quiero descansar—acarició su cabello—Hice lo que debía hacer en mi vida, aprendí cosas, tuve mis errores, conseguí mi familia...,—hizo una pausa—Ah, casi lo olvido, tuve una nieta muy especial—le hizo cosquillas sacándole algunas risas.

—Pero, ¿Alguna vez hiciste lo que querías?

La niña notó como si abuela pasaba a un semblante...melancólico.

—Una vez casi lo hago, pero el miedo me hizo retroceder.

—Halmeoni—susurró la chica sosteniendo la mariposa. La acercó a sus labios dejando un pequeño beso, su nombre era muy parecido al de su abuela porque su madre lo había escogido en honor a ella, su significado era "soñadora".

Indeleble • JJK (COMPLETA)Where stories live. Discover now