𝕹𝖚𝖊𝖛𝖊

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Conocer a Jeon JungKook fue un poco complicado, YooRim aseguraba conocerlo, le insistí que me llevara con él para agradecerle por lo que hizo y fue allí que mi curiosidad comenzó a crecer. Estuve casi un mes insistiendo a YooRim, cuando estaba por darme por vencida...él apareció.

19 de julio de 1957.

—¿Cómo es que no tienes nada bonito en tu armario?—cuestionó la mujer revisando el clóset de su hija. Enora rodó los ojos abriendo la ventana de su habitación—Mañana temprano iremos a comprarte algo.

—Mamá. Sólo saldré con MinGyu, no es la gran cosa.

—Aceptaste tener una cita con él, claro que es la gran cosa—indicó. Enora resopló arrepintiéndose de haberle contado.

—Para empezar, no es una cita, él sabía que quería ver los fuegos artificiales en el parque. Por esa razón iremos mañana.

La señora Chae sonrió. Fue hasta su hija tomando su rostro entre sus manos.

—No lo arruines, ¿Quieres?, ese muchacho está loco por ti, en ocasiones lo he visto cuando voy de compras y parece esperar verte conmigo.

—Es lindo—Enora apartó sus manos—Pero estás apresurándote, cuando tenga hijos en el futuro nunca les presionaré para que se casen.

—No te preocupes, yo lo haré por ti—dio palmaditas a su mejilla. Sin duda alguna era una mujer terca y su padre muchas veces le decía haber heredado esa terquedad—No te duermas tarde.

—Hasta mañana, mamá—se despidió pudiendo respirar paz en cuanto la puerta de su habitación fue cerrada. Se levantó de la cama dirigiéndose a las cortinas de la ventana, miró el vecindario a esa hora de la noche encontrando silencio, no le agradaba mucho que su padre permaneciera hasta tarde en el taller de carpintería, aunque también entendía cuando le llegaban pedidos en segundos. Por órdenes del hombre no se quedaba a ayudarle, éste no quería que su hija estuviera tanto tiempo metida allí. Quería que fuera como las otras chicas de su edad. Enora vio las luces de la casa ser apagadas poco a poco, allí notó la persona del otro lado de la reja que dividía la casa de la calle—¿Es...?

Otra sombra apareció, era YooRim. Ésta sonrió moviendo sus manos saludándola.

—¿Qué hace aquí?—susurró Enora. Caminó a la puerta saliendo de la habitación, su madre ya estaba en la otra con la puerta cerrada. Fue cuidadosa al caminar logrando salir en silencio de la casa—¿YooRim?—al abrir la reja reconoció a la persona que la acompañaba—¡Oh!—Enora sonrió—Eres tú.

El chico sonrió un poco avergonzado.

—YooRim...dijo que querías verme—ahora Enora era la avergonzada—¿Estás bien?

YooRim sonrió ladinamente mirándolos.

—Estoy bien, un poco mejor—asintió—Soy Enora—se presentó.

Por un momento el chico pareció dudoso de decir su nombre.

—Soy JungKook.

2022.

JungKook cerró el diario con un suspiro. Se inclinó hacia atrás en el sillón mirando aquel cuaderno en sus manos, YooRim y YoonGi habían ido por él hace unas horas. Según, YooRim, la nieta de Enora estaba profundamente dormida por lo cual no notó la presencia de ellos. Había leído un poco de aquel diario sin creer que Enora le estuviera contando a su nieta sobre él, para empezar estaba prohibido. Que un humano supiera siquiera sobre la existencia de un vampiro significaba un peligro para la especie en sí, los humanos sólo debían servir para alimentarse, nada más.

Indeleble • JJK (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora