𝐂𝐀𝐋𝐋 𝐌𝐄 [Spreen X Tú]✓

(31)

Al día siguiente me desperté y estaba en la habitación de los argentinos, eran tan lindos conmigo que me dejaban la cama mientras ambos se acomodaban en los sillones.

Me levanté y caminé buscándolos pero no había nadie así que saqué mi celular para llamar a Iván, igual fue innecesario porque al girar un poco mi mirada vi una nota en el refrigerador

"Eu, salimos a comprar el
desayuno, te veías re linda
que ni siquiera pensé en despertarte.
Volveremos pronto, espéranos acá
—Iván"

No sabía hace cuanto se habían ido pero esperaba que no tardarán mucho.

Aproveché que no estaban para recorrer más a fondo su habitación, no era la primera vez que estaba aquí pero me sentía como si pudiera ser un poco más chismosa

Caminé hasta llegar a la parte de la habitación donde tenían sus maletas, obviamente no revisaría nada pero sobre una de ellas había un peluche de osito muy lindo, sabía que esa era la maleta de Iván así que me sentí con la libertad de tomarlo

—No sabía que le gustaran estas cosas.— reí mirando el osito y yendo de nuevo al sillón para sentarme a verlo con detalle —Es muy tierno.—

Me aferré a aquel peluche, al abrazarlo podía sentirme más cerca de mi novio.. quizás podría llevármelo

La puerta se abrió de repente haciendo que me girara, solo estaba Rodrigo con algunas bolsas que dejó en la mesa, al girarse y verme parecía intrigado

—¿Qué hacés con eso?.— cuestionó acercándose

—Me lo encontré sobre una maleta de Iván.— conté con una sonrisa —No pensaba que fuera de esos que duermen con peluchitos.—

Extrañamente la mirada de Rodri parecía algo nerviosa

—¿Vos no pensás que es raro eso de dormir con peluchitos?.— cuestionó y negué

—Pienso que es lindo.— respondí haciendo que él sonriera —Esto me hace pensar en una faceta nueva de Iván, incluso me dio paz desde que lo abracé ¿crees que me deje quedármelo?.—

Pude ver que su sonrisa se mantenía pero no tenía aquel brillo en sus ojos, como si quisiera aparentar algo.. quizás solo era mi imaginación

—Podes quedártelo.— accedió y lo miré extrañada

—Pero es de Iván ¿no?.— pregunté —¿Por qué me das permiso de quedármelo?.—

Vi que titubeó un poco

—A él no le importá tanto el oso.— contó —Por eso sé que podes llevartelo y él ni cuenta se da.—

—Pero quiero pedirle permiso y...— intenté decir pero me interrumpió

—Iván fue a comprar algo que se nos olvidó, no se tardará mucho.— avisó mirándome —Ve y guarda el oso en tu habitación, ya verás que él no lo notará.—

Su insistencia era extraña, era como si realmente quisiera que me lo llevara

—Haceme caso por una vez, quiero que vos lo conserves.— dijo y su mirada se volvió un tanto tierna —El oso es re importante para mí... amigo Iván y estoy muy seguro de que te lo daría así que llevatelo.—