Capítulo 25

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Habían pasado 3 días después de que Noah me había dejado plantada bajo la sombra del pequeño faro, a penas me había movido de la cama, pudriéndome en mi miseria, aunque de vez en cuando mi cabeza creaba ideas locas para sacarme a flote alegando que algo le sucedió y por eso no se presentó, debo confesar, que las primeras horas lloré por ese motivo y más alejado de la realidad no podía estar mi llanto, Noah no había ido porque se arrepintió o porque simplemente esa fue la excusa para que me marchara sin poner peros de su casa, una cosa si tengo que reconocerle, era extremadamente bueno actuando cuando quiere llevarse a alguien a la cama.

Hasta el día de hoy no encuentro razones para que él jugara así conmigo, ¡Algo me pudo haber pasado en ese lugar tan remoto! Si no me quería, pues no me hubiera emocionado, claro, la idiota de toda la situación soy yo, por creer que alguien como los Thompson se mezclarían conmigo.

Por mi cabeza corren imágenes de Tomy llegando luego de la escuela a ayudar a su padre en el jardín de la casa. Los pullovers tres tallas más grandes se le pegaban en parte a la piel por el sudor y el señor Thompson quien recuerdo como alguien totalmente diferente le animaba para que fuera a nadar a la piscina conmigo, su hermano y el resto de los amigos de la escuela y que no trabajara tanto, porque aún estaba muy chico.

Aquel día, después de tanto rogarle consiguió que se bañara con nosotros, y su hermano nos lo presentó.

Yo quedé prendada al instante por las dos grandes lunas azules y él tampoco me dejaba de mirar.

- ¿Qué edad tienes? -Me había preguntado cuando se sentó junto conmigo en una tumbona, después de que nos eliminaran a ambos del juego.

-En tres de meses cumplo 12.

Sus ojos azules me miraban de arriba a abajo.

-Mi hermano me dijo que tenías su edad, pero todavía no lo creo, pareces de Kínder. -Una risa fuerte se escapó de su garganta.

-Mi maestra dice que eso se llama bulling. -Espeté molesta.

-Pues tu maestra no sabe nada, porque no lo dije como ofensa. -Un silencio reinó por unos segundos -Lo siento, tienes razón, es que me pone completamente nervioso estar sentado al lado de ti y no medí mi broma.

Lo miré confundida. -Yo no soy un monstruo para provocar tus nervios.

-No, no lo eres Eva, eres muy guapa, por eso estoy nervioso.

Mis ojos verdes se abrieron rápidamente, ¡El chico más guapo del mundo me había dicho guapa!

La adrenalina fue tan grande, que antes de salir corriendo y refugiarme en casa le robé, lo que se suponía que iba a ser en un principio un beso en la mejilla y terminó siendo en los labios.

...

Cerca del 7mo día de mi letargo decidí por fin salir de la cama y meterme en algunas páginas de trabajo para buscarme uno nuevo. Aunque con la ''Experiencia'' que había adquirido estos casi dos meses en la compañía no me era suficiente para un currículum brillante, así que decidí responder los correos de hace unas semanas atrás solicitándome, quizás a estas alturas alguien se compadecería de la pobre ilusa que terminó quebrando su vida por amor.

Una notificación salta en la pantalla al cabo de unas horas de estar rodando de lado a lado, sin obtener respuesta, era el chisme del momento y le estaban dando toda la publicidad del siglo, y para ser exactos, era una boda, y los novios eran nada más y nada menos que Noah Thompson y Thania Williams, el artículo rezaba que ¨No podían esperar a casarse porque se tenían demasiado amor ¨

Solo de leer eso se me revolvió el estómago. Al final, Noah si había aceptado y con todo el gusto del mundo posó para las cámaras besando a su prometida.

La verdad no hacía mala pareja, ambos guapos y millonarios.

Con la foto en mi cabeza martillándome volví al martirio que llamaba dormir en estos días hasta el día siguiente cuando temprano en la mañana me despertó una llamada.

- ¿Sí? -Respondí somnolienta, ni siquiera me había ubicado en que el número en la pantalla era desconocido.

- ¿Hablo con la señorita Luna?

Al otro lado de la línea me hablaba un hombre. Su voz era ronca e imponente. -Con la misma, ¿Con quién tengo el placer?

-Perdone mi falta de cortesía -Que intenso- Mi nombre es David Wallas- Mi mano se congeló sosteniendo el teléfono- La llamo personalmente porque me interesa que se una a mi equipo de trabajo en una de mis nuevas sedes en Florida como gerente principal de Finanzas, ¿Está interesada?

- ¿Florida?

-Si señorita Luna, tengo un contrato con las principales atracciones turísticas de una de las principales ciudades del Estado y me interesaría que talentos como usted estuvieran a la cabeza del proyecto.

Si tomaran la temperatura de mi cuerpo en esos momentos seguro mediría menos de 80 grados Fahrenheit, estaba congelada, me estaban dando la maldita oportunidad más grande de mi vida uno de los hombres con más prestigio de la ciudad y cliente principal de T&Y Company personalmente en el lugar que menos quisiera regresar a pisar. -Me temo que son decisiones muy precipitadas señor Wallas- Mi voz tambaleó- Podría usted darme algo de tiempo. -Lo cual era una cortesía formal, no pensaba aceptar.

-Tiene hasta mañana señorita Luna, le sugiero que lo consulte con la almohada, puede comunicarme su respuesta mañana a esta misma hora a este número, estaré esperando ansioso. - Un silencio incómodo acaparó la línea y cuando miré la pantalla para ver si aún se encontraba ahí, mi fondo de pantalla donde estábamos Max y yo me recibió, el muy hijo de puta me había colgado.

Las siguientes cuatro horas intenté pensar en la propuesta sin que las paredes se me vinieran arriba, pero cada vez que mi mente se sumergía como en un bucle, tenía que nadar a la superficie para no ahogarme.

Cansada, salí a por un poco de aire y sin pensarlo mis pies me llevaron al parque que estaba al final de mi calle. Un par de juegos de niños hacían un hueco de tranquilidad en el medio del bullicio de tantos edificios juntos. Un columpio me sirvió de asiento mientras me adaptaba a las noticias que habían acontecido en mi vida.

Soy un sube y baja de emociones, el único momento en que me sentí en calma fue cuando Max me abandonó y viví una vida de adulta independiente solitaria por un año.

¿Está mal pensar que era más feliz estando sola? mi psicóloga que era partidaria de que tuviera compañía todo el tiempo estuviera dándome nalgadas como niña chiquita.

Miré a mi alrededor en busca de paz, la cabeza me retumbaba como un tambor y mi vista nublada me decía que por la forma en que me miraban todos los transeúntes parecía una drogadicta pasando la resaca, el policía que estaba en la esquina, recostado de su patrulla no me quitaba los ojos de encima y no le doy culpa, a esas horas alguien lloroso, vestida de negro y encapuchada en un parque de niños no era una buena señal.

Intenté levantarme y largarme de allí, comenzaban a darme náuseas acompañando a mis otros malestares, pero cuando mis pies se habían movido a rastras a penas dos metros, mi vista comenzó a tornarse oscura, casi más que mi conciencia en esos momentos, un pitido resonó en mis oídos y cada vez se fue haciendo más lejano, en lo que mi respiración se hacía cada vez más pesada al igual que mis párpados, dejándome totalmente inconsciente.

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