Capítulo 41

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Los ojos anegados en lágrimas casi no me dejaban conducir hasta mi destino, que no estaba para nada cerca, de hecho me habían dado 3 horas y estaba a 4 horas y 30 minutos, por eso tuve que correr a exceso de velocidad para salir de allí y llegar a tiempo, por suerte las carreteras estaban despejadas, la zona por la que había decidido ir era campo y a ningún policía se le ocurrió pararme y dejarme un ticket, y no lo digo porque me preocupara en estos momentos eso, sino que me retrasaría muchísimo y tiempo era lo que no me quedaba.

Por suerte venir al doble del exceso de velocidad me hizo ahorrar tiempo y llegar puntual, acaricié mi pequeña barriga una última vez y bajé del vehículo dispuesta a terminar con todo esto.

La oscuridad apenas me dejaba ver el lugar donde estaba, era una pequeña cabaña, de eso si estaba segura, pero estaba en el medio de la nada, y eso me aseguraba también que quizás ni Bela ni yo saldríamos con vida. Dejé el Corolla encendido con las llaves puestas por si mi amiga tenía alguna oportunidad de escapar lo hiciera rápido.

Y no hizo falta que tocara la puerta, mi madre la abrió al otro lado dejándome ver una sádica sonrisa, con la que me invitó a entrar.

El interior estaba cálido y lo agradezco, porque el miedo me había dado tanto frío que no sabía que rayo es lo que me calaba los huesos más.

-Qué bueno que llegas hijita, la idiota que te tenía que dar el mensaje se demoró demasiado en encontrarte, los días de angustia que te iba regalar se fueron a la mierda.

Esa mujer que tenía delante no actuaba igual que mi madre, su mirada tenía demasiado odio, a pesar de tener todavía exactamente la misma figura de hace 10 años atrás -No puedo creer que hagas esto conmigo mamá.

La escuché soltar una carcajada que me hizo soltar un brinquito. -No te preocupes cariño, esta noche todas tus preguntas van a ser resueltas, pero primero saluda a nuestros invitados, es de mal gusto no hacerlo, no creo haberte enseñado esto.

A mis espaldas estaban sentados esparcidos en dos grandes sofás en forma de L, Bela y su padre y mi tío, quienes tampoco tenían cara de buenos amigos entre sí. - ¿Qué acaso me engañaron?

Mi tío y mi madre se echaron a reír y Bela que tenía su cabeza mirando al suelo la levantó con pesar -Te lo juro Eva, no fue mi culpa, no tuve opción- Cuando intentó ponerse de pie, su padre la agarró bruscamente y la obligó a sentarse nuevamente y tras regalarle una mala cara volvió su mirada nuevamente al suelo.

Yo ni siquiera sabía que pensar, entendía su posición, pero los nervios no me dejaron actuar.

-Mi querido amigo Thompson acaba de retirar la demanda y cambiar su declaración acerca del pequeño incidente en tu oficina a cambio de la vida de su hija, así que a partir de hoy soy un hombre libre Eva, y como gracias a que no vas a salir de aquí viva, pronto tendré los miles de millones de dólares que mi querido hermano te dejó, además de todas las propiedades y bienes raíces de las que he adquirido solo las sobras gracias a ti. -Está vez habló mi tío.

< ¡Ah! Y has hecho un gran trabajo escondiendo a Isabella sobrinita, pero recuerda que más sabe el diablo por viejo que por diablo.

-No más bla bla bla, amor, vamos a acabar con esto según lo planeamos, Eva tiene derecho a saber todo de su verdadero pasado antes de morir. -Una mirada cómplice entre mi madre y mi tío se cruzó por mi frente y a penas me moví esperando lo peor.

- ¿Qué me vas a contar que sea aún más malo que mi propia madre este intentando asesinarme para quedarse con la fortuna de mi padre?

-He aquí ese pequeño detalle princesa, resulta que tu madre nunca ha intentado matarte -Mi tío se había levantado y caminó lentamente hasta donde estaba parada con una Tablet en mano reproduciendo un vídeo y deleitándose con mi cara de confusión.

En la imagen aparecía una mujer, estaba en una cama de hospital y por la camisa de fuerza me di cuenta de que era un psiquiátrico.

-Me aseguré hace muchos años atrás, de mandar a tu madre al loquero y yo suplanté su lugar.

La mujer era exactamente igual que ella, cualquiera diría que era la misma persona. ¿Qué clase de broma pesada era esta?

-Saluda a tu madre biológica cariño, a la verdadera, mi querida hermana Emma, la ilusa que logró llevarse a tu padre a la cama y a quien tuve que medicar por tiempo para lograr enviarle al sanatorio bajo mi nombre y tomar su lugar.

- ¿Qué?

Literalmente estaba en shock y me estaba dando mareos por procesar tanta información, era la historia más retorcida que había escuchado.

- ¿Entonces, tú le hiciste creer a todos que eras tu hermana, por qué?

Sonrió cómplice nuevamente- ¿Por qué más?, por dinero, mi hermana fue más astuta que yo, lo admito y logró pescar a un pez muy gordo, pero la muy mojigata no sabía aprovechar esto, ella quería vivir una vida de fantasías con su amor y bla bla, en cambio yo si quería vivir al máximo lo que ella tenía, yo lo merecía más.

Mis ojos comenzaban a secarse, y la furia comenzaba a reemplazar las lágrimas. - ¿Dónde está ella?

-Está en una clínica psiquiátrica en España, pero ese secreto te lo vas a llevar a la tumba.

Con su última palabra llevé mis manos instintivamente al vientre y vi a la que pensé que era toda mi vida mi madre mirarme extraño, para luego decirle a los Thompson que se largaran luego de dejar un sobre firmado en donde estaban sentados.

El señor Thompson tomó a Bela del brazo y la sacó a empujones de la habitación, y esta última solo se dedicó a regalarme una mirada implorando perdón, pero yo tenía otras cosas de las que preocuparme, como por ejemplo el arma que tenía mi tío en las manos.

Tenía que encontrar la forma en que mi pequeña estrella y yo saliéramos vivos de ahí.

Mi madre se acercó a mis espaldas y bruscamente ató mis manos mientras yo retaba las miradas con mi tío. -Es una lástima, tus padres te querían tanto, la única hija de mi hermanito y yo la voy a asesinar. -Ironizó.

- ¿La única? ¿entonces eso significa que?

-Está claro Eva- Intervino mi madre- Mi hijo no es de tu padre, sino de su hermano, muchísimo antes de planear lo de mi hermana ya yo me veía con él, ambos teníamos la misma ambición.

- ¿Tienes algo que decir antes de morir? - La ví tomar una cámara en manos. -No me juzgues, necesito recordar de por vida a lujo de detalles el día en que Rafael y yo asesinamos a nuestra propia sobrina y por fin vamos a ser ricos.

-Espero se pudran en el infierno.

Mi madre soltó una carcajada y me dio un golpe en las rodillas haciendo que callera inclinada.

-Adiós sobrinita. Cerré los ojos, no quería ver cómo aquel cañón me apuntaba a un par de metros de mi e instintivamente le dije hasta pronto a mi bebé.

















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