16. Sombras y distorsiones.

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𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟔.

El transcurso del día se desenvolvía con la aparente normalidad que solo exacerbaba la paranoia de Nix. Cada sombra se volvía una amenaza latente, y los susurros del viento adquirían una tonalidad malévola. En un acto de vulnerabilidad, ella compartió sus temores con Claire, sentadas en el rincón acogedor de su cafetería favorita, donde la luz tenue les brindaba cierta sensación de seguridad.

— No puedo quitarme de encima esta sensación de que Jeff está en todas partes. Su risa, sus ojos... están grabados en mi mente de una manera que no puedo explicar. —jugueteó nerviosa con la cuchara en su taza de café.

Al observar la expresión preocupada de su amiga, le apretó suavemente la mano. — Nix, entiendo que estás asustada. Pero ¿no crees que tal vez todo esto es solo parte de la tensión que hemos pasado?

Suspiró, tratando de encontrar las palabras adecuadas para describir el torbellino de emociones que la atormentaba. — No sé. Es como si mi mente estuviera atrapada entre dos mundos, entre lo que vivimos y lo que soñé. No puedo discernir dónde termina uno y comienza el otro.

Asintió comprensiva, sabiendo que las sombras del pasado podían tejer ilusiones peligrosas en la mente. — Pero estamos juntas en esto. No estás sola. Podemos superar cualquier cosa, incluso si Jeff sigue apareciendo en tus pensamientos.

Decidieron embarcarse en una travesía por la ciudad, buscando distracciones que pudieran disipar las sombras que acechaban la mente de Nix. Se adentraron en bulliciosas calles, visitando lugares que solían frecuentar en tiempos más ligeros. Sin embargo, en cada esquina, entre risas y charlas aparentemente despreocupadas, sentía como si el aire se densificara, como si la presencia de Jeff se filtrara en cada rincón de su percepción.

Las luces titilantes de los escaparates y el cálido murmullo de la gente no eran suficientes para disipar la persistente sensación de que algo oscuro la observaba. En los reflejos de los escaparates, creía vislumbrar la figura distorsionada de aquel hombre, su rostro perdido entre las sombras de la multitud. Cada risa lejana parecía resonar con la familiaridad siniestra de la risa de Jeff, creando un eco perturbador en la mente de Nix.

Intentó en vano concentrarse en la compañía de Claire y en las distracciones que la ciudad ofrecía, pero la inquietante sensación de ser acechada persistía. En los murmullos de la multitud, imaginaba sus susurros malévolos. Cada mirada furtiva de la gente se volvía la mirada penetrante de su obsesión.

A medida que avanzaban por la ciudad, no solo veía la arquitectura y la vida cotidiana, sino que también sentía la presencia entrelazada en cada detalle. Era como si la oscuridad que lo rodeaba hubiera encontrado un camino para manifestarse en el mundo real, tejiendo su influencia en la realidad tangible de Nix.

La distracción se tornaba una lucha contra la persistencia de los fantasmas del pasado. Mientras intentaban alejar las sombras, sentía que, en realidad, estaban caminando en una cuerda floja entre lo que era real y lo que solo existía en su mente perturbada.

Con la llegada de la noche, la azabache, decidida a enfrentar sus miedos, propuso regresar al lugar donde todo comenzó: la cabaña abandonada en el bosque retorcido. Claire, preocupada pero decidida a apoyar a su amiga, la acompañó en la oscura travesía hacia lo desconocido.

Al adentrarse en la cabaña, las sombras cobraron vida, revelando a Jeff en un rincón oscuro. A diferencia de la hostilidad que solía emanar, en sus ojos ahora se reflejaba un anhelo extraño, una nostalgia que perturbaba a Nix en lo más profundo.

— Hermosa, siempre supe que regresarías. No puedes escapar de mí. —Jeff sonrió, pero no con malicia, sino con una extraña mezcla de nostalgia y deseo.

Ella, sintiendo una conexión incómoda con él, retrocedió instintivamente. Su amiga, notando la tensión, la instó a alejarse, pero la voz persuasiva de Jeff resonó en la penumbra. — Deberías quedarte conmigo, Nix. Hay un lazo entre nosotros que ni siquiera los sueños pueden romper.

El ambiente se cargó de incertidumbre mientras luchaba contra la atracción oscura que emanaba de su opresor. Claire, preocupada, insistió en irse, pero Nix, intrigada por la insistencia de Jeff, dudó en alejarse por completo.

— No puedes negar lo que compartimos, Nix. La realidad es más fluida de lo que piensas. —se acercó, su figura distorsionada titilando entre la oscuridad y la penumbra.

En ese momento crucial, Nix se vio atrapada entre el pasado y el presente, entre la realidad y el abismo de sus sueños. La elección que hiciera definiría su destino.

Cautiva por la oscura danza entre su pasado y el presente, se sumergió más profundamente en el juego sutil de Jeff. Las sombras que envolvían la cabaña parecían responder a la tensión palpable, contando una historia silenciosa y misteriosa.

— No todo es lo que parece. —murmuró, su voz resonando en la penumbra como un eco inquietante. — La realidad es solo un reflejo de nuestras verdaderas conexiones.

Claire, sintiendo la creciente amenaza, intentó persuadir a Nix de abandonar aquel lugar oscuro, pero su amiga estaba atrapada en un trance entre la razón y la seducción siniestra de Jeff. Mientras el viento agitaba las ramas retorcidas fuera de la cabaña, decidió seguir explorando las sombras de su propio pasado.

Las luces intermitentes creaban destellos esporádicos en la cabaña, revelando fragmentos de recuerdos entrelazados. Imágenes distorsionadas de risas compartidas y momentos de complicidad entre Nix y Jeff se desplegaron como escenas de una película fragmentada.

— ¿Recuerdas, pequeña? —Jeff susurró, sus ojos ahora reflejando una melancolía retorcida. — Éramos más que simples amigos.

Nix, atrapada en la dualidad de sus emociones, no pudo evitar sentir una extraña conexión. Sin embargo, un destello de claridad la sacudió momentáneamente, recordándole la oscura realidad que acechaba en las sombras.

— No te dejes engañar. —la voz de Claire sonó con urgencia mientras intentaba sacar a su amiga de aquel trance seductor.

En un instante de claridad, Nix se apartó de Jeff, retrocediendo hacia la seguridad que Claire representaba. Sin embargo, la sonrisa de Jeff se retorcía en una expresión más oscura. — La elección que hiciste no cambia nada, Nix. Siempre estaré aquí, en tus sueños y en tu realidad.

La cabaña tembló con una risa sutil, y en la penumbra, las sombras danzaron una última vez antes de desvanecerse. Nix, temblando por la intensidad del encuentro, miró a Claire con una mezcla de alivio y temor. La noche aún no había revelado todos sus secretos, y la oscuridad persistía en su búsqueda.

— Esto no ha terminado, Nix. —la voz de Jeff flotó en el aire antes de desvanecerse, dejando a las dos amigas en la cabaña en silencio, rodeadas por un aura de misterio y peligro.







𝗜𝗡𝗙𝗜𝗟𝗧𝗥𝗔𝗗𝗢 𝗘𝗡 𝗟𝗔𝗦 𝗦𝗢𝗠𝗕𝗥𝗔𝗦
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Infiltrado en las sombras ➝ Jeff The Killer [Creepypastas]Место, где живут истории. Откройте их для себя