18. Ve a dormir.

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𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟖.

La atmosfera de la casa estaba saturada con una tensión casi tangible mientras Nix se enfrentaba a la inminente llegada de Jeff. Las sombras parecían cobrar vida, danzando con anticipación del caos inminente. Cada rincón de la habitación vibraba con una energía ominosa, como si el propio ambiente estuviera a punto de colapsar, cuando la puerta se abrió con una lentitud aterradora, revelando la figura distorsionada de Jeff.

— No hay escape, Nix. Siempre estaré aquí. —su voz, cargada con una mezcla de deseo y melancolía retorcida, resonó en la penumbra, prediciendo la confrontación inevitable.

Nix, armada con coraje y temor trenzados, se enfrentó a él. La pelea se desató como un torbellino de sombras y movimientos rápidos. Jeff, con una gracia perturbadora, se movía como una sombra que se retorcía en la realidad tangible. Cada intento de Nix por resistir encontraba una oposición implacable en la fuerza de su opresor.

La casa se transformó en el escenario de una batalla desigual, donde las sombras y los susurros de la oscuridad se mezclaban con los ecos de la risa de Jeff. Nix, luchando contra la influencia seductora de su enemigo, buscaba desesperadamente una salida a la pesadilla que la envolvía.

Jeff, con cada movimiento, demostraba ser un adversario formidable. La realidad y la fantasía tejían una danza macabra mientras Nix luchaba por mantenerse en pie. Cada golpe resonaba con la fuerza de la oscuridad que la amenazaba, y la desesperación comenzaba a apoderarse lentamente de su resistencia.

En un momento crucial, Jeff logró desarmar a Nix, dejándola vulnerable ante su mirada distorsionada. La frialdad en sus ojos revelaba la verdad indeseada: la batalla estaba perdida antes de empezar. Con un gesto siniestro, él sacó un cuchillo, la luz de la luna reflejándose en su filo afilado.

La danza macabra continuó, la diferencia abismal de fuerzas quedando más evidente con cada movimiento. La resistencia de la joven se desvanecía ante la astucia y la implacabilidad de su opresor. Cada intento por golpear a Jeff resultaba en vano, como si la realidad misma conspirara contra ella.

El pelinegro, con su risa retorcida, aprovechaba cada oportunidad para acercarse más a ella. Cada movimiento era calculado, cada esquiva una danza cruel. La habitación, envuelta en sombras, presenciaba la lucha desigual entre la luz titilante de la luna y la oscuridad que se cerraba a su alrededor.

Los susurros de la oscuridad se intensificaban, entrelazándose con la risa de Jeff mientras Nix luchaba por mantenerse en pie. Cada intento por resistir era contrarrestado por la fuerza sobrenatural de su enemigo. La habitación se volvía un campo de batalla entre la realidad y la pesadilla.

La frialdad del cuchillo de Jeff cortaba el aire, amenazando con sellar el destino de Nix. Cada reflejo de la luz lunar en el filo afilado era un presagio de lo inevitable. La resistencia de Nix se desvanecía como las sombras que la rodeaban, y la desesperación se apoderaba de su ser.

La habitación se llenó con la risa distorsionada, mientras que ella, aún tambaleante por la pelea, intentaba recuperarse. Jeff se acercó con una lentitud que solo intensificaba la sensación de horror. Con el cuchillo en mano, su figura se perfilaba contra la oscuridad que se cernía sobre su amada.

— Nix, ¿por qué resistes? —se burló, su voz resonando con un tono de triunfo. — Podríamos haber sido los reyes de la oscuridad. Esta era tu oportunidad de elegir la grandeza.

Nix, con la respiración entrecortada, levantó la mirada hacia él, sus ojos reflejando una mezcla de miedo y desafío. — Nunca seré parte de tu oscuridad retorcida, Jeff. Prefiero la lucha que ser gobernada por tus sombras.

Jeff, con una sonrisa cruel, continuó su monólogo siniestro. — Deberías haber sido mía, Nix. Juntos podríamos haber alcanzado un poder inimaginable. Pero elegiste el camino de la resistencia, y ahora esto es inevitable.

Nix, en un acto de desesperación, intentó lanzarle objetos cercanos en un intento por detenerlo. Sin embargo, cada objeto arrojado parecía desvanecerse en la oscuridad, como si la realidad misma estuviera distorsionada por la voluntad de Jeff. La futilidad de sus esfuerzos se volvía más evidente con cada intento fallido.

— No entiendes, Nix. Esto siempre tuvo que ser así. —avanzó, su figura proyectando una sombra amenazadora sobre ella. — Tú y yo, gobernando en las sombras, éramos destinados a ser los amos de este oscuro reino.

Nix, sintiendo la opresión de la realidad distorsionada que intentaba imponer, se tambaleó hacia atrás. — No eres más que una ilusión, un monstruo creado por mi propia mente.

La risa de Jeff resonó más fuerte, como si las sombras mismas estuvieran aplaudiendo su victoria. — ¿Ilusión? Nix, soy tan real como tus miedos más oscuros. Y ahora, con tu resistencia, solo has sellado tu destino.

La lucha desigual continuó, pero se encontró atrapada en la telaraña de la oscuridad que Jeff tejía a su alrededor. Cada intento de escape resultaba en vano, sus movimientos eran predecibles para Jeff, quien parecía controlar la realidad misma.

— ¿Recuerdas a Claire? —murmuró con malicia, deteniéndose por un momento para disfrutar de la angustia en sus ojos. — Fue fácil acabar con ella. Un simple peón en mi juego.

Los ojos de Nix se llenaron de lágrimas mientras enfrentaba la cruel verdad. — ¿Por qué, Jeff? ¿Por qué ella?

— Porque era una distracción, una interferencia en nuestro destino. —la sonrisa de Jeff se retorcía aún más. — Pero ahora, Nix, serás testigo de lo que significa enfrentarse a la oscuridad que has rechazado.

El cuchillo se alzó, y la sala quedó envuelta en la penumbra amenazante. Las lágrimas de Nix caían libremente mientras la realidad se desmoronaba a su alrededor. Cada palabra era como un eco doloroso, y el cuchillo descendió con una fatalidad inevitable.

— Ve a dormir, Nix. —la voz de Jeff susurró en la quietud, pero no hubo misericordia en su tono.

La oscuridad lo consumió todo. El cuchillo se hundió, y el llanto de Nix se mezcló con la risa siniestra que resonó hasta que la penumbra lo absorbió todo. En ese último suspiro, la realidad distorsionada se desvaneció, dejando atrás un rastro de desolación y una tristeza que persistiría en la memoria de aquellos que conocieron la sombra de Nix.







𝗜𝗡𝗙𝗜𝗟𝗧𝗥𝗔𝗗𝗢 𝗘𝗡 𝗟𝗔𝗦 𝗦𝗢𝗠𝗕𝗥𝗔𝗦
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Infiltrado en las sombras ➝ Jeff The Killer [Creepypastas]Where stories live. Discover now