𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑽𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒕𝒓𝒆𝒔

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Heeseung corría por los pasillos estando armado, había pasado una hora apenas desde que comenzó todo el desastre, y aún estaba en su busca exhaustiva por la fuente de todo eso. Rodeado de centinelas y con sus manos casi ardiendo en fuego, sube hasta arriba. La residencia está rodeada y tiene gente luchando afuera, como una guerra desatada con el humo protagonizando cada escena.
Escanea cada rincón con meticulosidad y sigilo, con cuidado de no toparse nada fuera de lugar.
Llegando a la planta superior, al último piso, un fuerte golpe se lleva toda su atención. Trata de no pisar fuerte y les hace una señal a los centinelas para que se mantengan alerta. La puerta del despacho de Seulgi estaba entre abierta.

Lentamente se abrió paso, un desastre devastador gobernaba la habitacion.Los sillones estaban patas arriba,los vidrios de la ventana estaban hechos trizas y las luces tiritaban dubitativamente.

A Heeseung realmente le sorprendió tal escena, fuera, en los pasillos, todo estaba macabramente normal, con la escasa luz y el eco de los disparos y el disturbio. Así que ¿Por qué solo en el piso de arriba el despacho de Seulgi era lo único que estaba desmantelado?

Entró de lleno al área, un poco temeroso y con los sentidos más que alertas. El despacho era grande, y con el desorden que había allí, sería un poco más complicado al encontrar a Seulgi, si es que siquiera seguía ahí. Un charco de sangre lo hizo detenerse en seco. Estaba reciente,aún la plata brillaba escarchada resaltando en el oscuro suelo.

Con la orden dictada, los centinelas empezaron a remover todo de lado a lado,pero un conjunto de mubles amontonados junto al escritorio se llevó su total atención, una bota negra llegaba a sobresalir del pequeño escondite y sin más, Heeseung se acercó empuñando su arma firmemente. Con una seña,los guardias acataron y retiraron los muebles dejando a una Seulgi muy gravemente herida a la vista.

Heeseung no se hizo de esperar y corrió hacia ella soltando su arma para tomar a su madre en brazos, el labio roto y los hematomas pintaban su rostro de forma aterradora. Retiró los cabellos de su rostro para observarla mejor, seguía respirando pero era muy inestable y desorganizado.

—Hay que llevarla al búnker — Dictó al notar una herida exageradamente grande en el estómago de la mujer, la sangre brotaba a montones por la profundidad de la raja.

Se puso de pie, cargando a la mayor con una facilidad sorprendente, se sentía tan liviana que le ponía los nervios de punta. El aire que emanaba la habitación era frívolo, terrible. Pero todo se sintió increíblemente pesado cuando una nueva presencia  apareció, entrando por la ventana de forma bulliciosa.

—Tiempo sin verte, Lee.

Jake seguía petrificado en su lugar, como si se hubiese congelado

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Jake seguía petrificado en su lugar, como si se hubiese congelado. ¿Qué demonios hacía esa mujer allí?

Como si fuera una pesadilla,siente el suelo temblar bajo sus pies, sus manos sudan y su pulso se acelera, su corazón golpeando furiosamente contra su pecho resuena en sus oídos. Mira a la mujer frente a él, temeroso y aterrado de su estado, con aquella mirada en sus ojos que siempre lograba ponerlo mal.

𝐴𝒎𝐨𝑟 𝑹𝐨𝑗𝑜//HeejakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora