cap 9

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—¡Es grandioso! Ni siquiera sé que estás esperando.— contestó Zayn al escuchar la idea de su mejor amiga.

Marión se encontraba ya en la universidad. Cuando despertó temprano en la mañana sintió una extraña sensación en su habitación, pero claro que no le sumó importancia. Estaba con Zayn en las bancas de concreto de la universidad. La chica llevaba en mano un vaso de plástico con un batido. Zayn por su parte, comía chatarra.

Recientemente Marión le había comentado a su amigo la idea que había pasado por su cabeza, acerca de hacer una colaboración con Russell Bloyd.

Rusell era uno de los mejores y más famosos youtubers de la plataforma, casualmente vivía en la misma ciudad que ella, o eso creía. Sin embargo, la razón por la cual estaba mostrando interés en él, era por la misma razón de que cierto chico era el mejor acompañante para su podcast. Además de que casi todos sus videos se trataban de conspiraciones, ovnis, extraterrestres, etcétera.

El único impedimento era su miedo a que la rechazara. Pero luego de comentarle a su mejor amigo quedó completamente convencida de que sí sería una buena idea, y de ser aprobada, haría explotar la plataforma.

Ambos chicos miraron como Tabata -su mejor amiga- pasó de ellos sin siquiera mirarlos, cosa que les cayó del asco.

—¿Qué le pasa?— preguntó Marión.

—No lo sé, dímelo tú. Hace mucho tiempo que no se hablan y ha empezado a tornarse fastidioso. Eso de hablar con una y después con la otra es molesto. Recomiendo que hables con ella, ya sabes como es de orgullosa.

A la chica tampoco le gustaba la idea de ignorar a su mejor amiga. De hecho, se sentía mal consigo misma por actuar de una manera muy infantil. Así que sí,  Zayn tenía razón, debía hablar con ella lo antes posible, por que el después sería demasiado tarde.

—Está bien, voy a hablar con ella pero no prometo nada eh. Ahora vamos a clases. ¿Estudiaste para el examen?

—¿Qué examen?

Marión miró incrédula a su amigo por su respuesta, de verdad que ni con el paso de los años se hacía responsable de nada.

Una vez entraron al salón de clases -la cual era compartida por los chicos a pesar de no estudiar la misma carrera- tomaron sus respectivos asientos, Marión no podía despegar la mirada del celular, su pierna subía y bajaba con frenesí, una manera de demostrar la ansiedad que le daba el hecho de esperar una respuesta a su mensaje que hace un par de minutos le había enviado a Russell.

Inesperadamente, su teléfono vibró en la mesa, pero justo cuando hizo ademán de tomarlo, el profesor llegó al aula para dar la clase.

—¡Buenos días clase! Ya saben como es el protocolo, nada de celulares, y suma atención por favor...

Era imposible que Marión rompiera una regla, siempre había sido una chica correcta, muy temerosa a incumplir las normas. Pero su afán por saber si el chico le había respondido se hacía cada vez más grande e irresistible. Así que tomó el móvil y por debajo de la mesa lo desbloqueo con disimulo. Miró a ambos lados para serciorarse de que nadie le viera, y abrió el chat, pero antes, mucho antes de siquiera poder leer la primera palabra, alguien le arrebató el teléfono.

—Señorita Rutherford ¿Acaso no ha escuchado lo que acabo de decir en cuanto a los móviles en clase?— aquella mirada por parte de su profesor se sintió terrible. Nunca antes le había pasado. Miró al profesor a los ojos con culpa.— Agradezca que no le levanto un acta por ser una buena alumna, pero que no se vuelva a repetir.

La chica asintió bajo la mirada de todos los estudiantes que la miraban cuchicheando cosas inentendibles. Pensó que el hombre mayor le devolvería el móvil, pero no fue así, sino que se lo llevó hasta su escritorio, y no sería hasta después de clases que se lo devolvería.

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