cap 11

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La mandíbula de Liam estaba tan apretada que parecía que en cualquier momento podría quebrarse.

Todo era por celos.

Celos que le invadieron al ver como Marión se despedía con un abrazo del tal Ross. Era inevitable no sentirse así, con aquel chico no paraba de sonreír. Y con él no actuaba de esa manera, al menos no lo había notado.

Soltó un gruñido y con rabia se quitó de la ventana donde hacía minutos observaba a la chica con Russell en el frente de la casa. Se dirigió a la cocina por un vaso de agua que pudiese apaciguar aquellas ganas que tenía de matar a alguien. Las venas en sus brazos brotaron hasta el punto en el que parecían cables gruesos envueltos en este.  Trató de calmarse un poco, no podía perder el control y mucho menos a esas alturas, en donde claramente había podido controlar su ansiedad e inquietud.

Se sorprendió al escuchar el resonar del timbre en la casa, y tras un suspiro profundo, fue hacia la puerta.

—¡Hola!

Saludó Marión con una honesta sonrisa.

Y ¡maldición! toda aquella ira que Liam había acumulado, desapareció al tiempo en que sus ojos detallaron a Marión. Estaba como siempre, sencilla, pero con esa esencia que le enloquecía.

—Hola.

De vuelta le sonrió, pero se extrañó al ver el gesto de incomodidad que la chica expresó en su cara. Y luego entendió el porque del sonrojo de Marión.

Es que Liam no llevaba camiseta puesta, solo un par de pantalones de pijama acompañado de sus sandalias de estar en casa. La facha era patética.

Marión con las mejillas coloradas trataba de esquivar como fuese esa parte descubierta de Liam. Sí,  anteriormente había visto hombres con poca ropa, como su amigo Zayn por ejemplo. Pero Liam era otra persona, no era cualquiera.

El calor llegó a su cuerpo en cuestiones de segundos, y sus manos empezaron a sudar como locas. Estaba un poco nerviosa y...excitada.

Vamos, que estaba viendo al chico que le gustaba semidesnudo, era obvio que debía de sentir algo por dentro.

—¿Quieres pasar?— habló Liam ante el silencio que se había formado.

Él, se hizo a un lado para dejar que la chica pasara si así lo decidía, cosa que no tardo mucho porque Marión había reaccionado de inmediato.

—Iré por una camiseta, no me tardo.

La chica aún estaba un poco hipnotizada con Liam, por ende no articulaba palabra alguna, y no hacía más que asentir a lo que el chico le decía.

Trató de relajarse un poco para evitar tener que pasar una vergüenza mayor frente a él,  así que empezó a dar pasos inciertos, y caminar de un lado al otro para calmarse. Pero se detuvo abruptamente al ver en la esquina del suelo, pedazos de varios tamaños de algún objeto roto. Tenía apariencia de ser algún jarrón de vidrio que se cayó, o que lo habían lanzado, porque cerca de ese lugar no había nada que justificara la caída de aquel objeto.

Entonces ¿Que había pasado?

¿Porqué Liam no lo había recogido aún? Era peligroso.

Con el ceño fruncido siguió mirando tratando de entender y hayar una respuesta con lógica para sus preguntas.

—Ya volví.— notificó el chico de ojos claros—. Ah, eso. Sí eh, se cayó no se como y se me ha olvidado recogerlo. Disculpa por eso.

Sonó sincero.

Marión aún tenía sus dudas pero se olvidó de aquello y recordó el motivo por el cual estaba en la casa vecina.

—Bueno. Quería invitarte a salir mañana para celebrar el triunfo de mi podcast. Lo íbamos a hacer con Russell pero tuvo que salir de la ciudad y...

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