Capítulo 28: EL CUMPLEAÑOS DE DRACO

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Draco no pudo evitar revisar la mesa de Gryffindor cada dos minutos durante el desayuno de aquella mañana antes de su partida hacia el verano.

Era sábado, habían terminado los exámenes y las clases habían concluido. Los pasillos estaban llenos de estudiantes entusiasmados por las vacaciones de verano y agradecidos de que Umbridge se hubiera ido.

Dumbledore estaba sentado en su silla y Umbridge no estaba por ninguna parte (él y Harry ni siquiera pudieron celebrar eso).

También estuvo bien el hecho de que había periódicos por todas partes con el titular de: "El que no debe ser nombrado regresa". Harry ya no sería un mentiroso. Pero Harry tenía razón. No se sintió bien. No hubo ganadores y no hubo satisfacción con el hecho de que el resto de la escuela finalmente le creyera.

Draco frunció el ceño mientras Pansy y Blaise empujaron dos paquetes envueltos en papel brillante hacia él.

-¡Feliz cumpleaños! –dijo Blaise.

Draco le devolvió una pequeña sonrisa y abrió la primera y más pequeña caja.
-Pensamos que podrías necesitarlo pronto –añadió Blaise.

Parecía una caja de joyería. De esas que contenían un anillo o un collar o algo así, pero cuando lo abrió, instantáneamente se sonrojó al ver un pequeño paquete plateado que contenía un círculo en medio. Blaise rió y Draco no pudo evitar reírse también. Cerró la caja rápidamente y la escondió debajo de la mesa.
-¿Un condón? Eres increíble -resopló Draco.

Pansy parpadeó inocentemente.
-¿Qué? Sólo queremos que te protejas si te metes en situaciones promiscuas con alguien...

-¿No hay hechizos para eso? –Preguntó Draco.

-Si, pero por si acaso –Blaise le guiñó un ojo.

-¿No son las personas heterosexuales las que deben preocuparse por un embarazo no deseado? –Draco susurró para que nadie más pudiera oírlo.

-Aun así, necesitas cuidarte –rio Blaise.

Pansy le dió su regalo.
-Déjame adivinar -dijo Draco- ¿esposas?

Todos se rieron. Pero no era nada tan escandaloso como un condón, sino más bien una bufanda que Draco había estado mirando en una pequeña tienda en Hogsmeade, por lo que estaba agradecido. Pero había algo que faltaba. No estaba la misma sensación que normalmente tenía cuando recibía regalos. Tampoco la emoción o el disfrute. No se sentía especial. Y no era que no lo fuera o que sus amigos hicieran un mal trabajo. Era que él no quería nada. Nada precisamente.

Era la primera vez en su vida que los regalos o los objetos materiales no le proporcionaban alegría alguna. Los miró fijamente y luego volvió a mirar a la mesa de Gryffindor.

-¿No te gustó? -preguntó Pansy con cara triste.

Draco la miró.
-Oh, no, Pansy. No es eso, en absoluto. Es perfecta. Gracias.

Draco desvió su mirada hacia Granger, quien estaba comiendo tranquilamente al lado de un lugar vacío donde Harry debería de estar. Ella apenas mordisqueó antes de girarse hacia Weasley y hablarle en voz baja al oído. Draco no era muy bueno leyendo los labios, pero definitivamente pudo notar que ella pronunció la palabra "Harry".

Granger se puso de pie, tomó un plato de tostadas y se fue.

Draco la imitó, poniéndose de pie sin siquiera mirar a Pansy.
-Vuelvo enseguida.

La siguió fuera del pasillo y subió varias escaleras hasta llegar a ella.
-Granger –llamó y ella se detuvo, girando sobre sus talones.

-Malfoy.

Todo fue solo un juego - (español) || DrarryWhere stories live. Discover now