Capitulo 11.

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Capitulo 11 | Rochelle

Después de una extensa reunión y hacer numerosas tareas, finalmente recojo todas mis cosas y me despido de Cassidy que aún sigue trabajando. Navego por los largos pasillos hasta llegar al ascensor, donde selecciono el primer piso en la pantalla digital ultramoderna. Una vez abajo, observo a través de los amplios ventanales que llueve intensamente. Aunque extraño para la estación del año, no es inusual en la ciudad. Cierro los ojos, suspiro y marcando el número de Lucy, sabiendo que nuestro chofer Julián a tenido que hacerse cargo de recoger a mi madre al aeropuerto, yo sin embargo no traje mi auto, pues usualmente tengo chofer. Además de que en Nueva York, conducir en tu propio vehículo es una pesadilla por el tráfico, y realmente las personas suelen caminar mucho en esta ciudad ya que todo queda cerca.

El buzón de voz de Lucy me informa que no responderá. Opto por solicitar un Uber a través de la aplicación, pero solo hay tres disponibles: dos en Brooklyn y otro en Nueva Jersey, a unos larguísimos minutos de distancia ya que en esas áreas el tráfico suele estar detenido por lluvias. La realidad es que podría quedarme a esperar pero soy demasiado impaciente, pues cuando estaban repartiendo la paciencia, estuve ausente y dormida.

-Buenas tardes, señorita Miller. ¿Necesita un paraguas? -pregunta el hombre de seguridad en recepción.

-Si por favor, ni paraguas e traído.

Él extiende uno para que lo tome, me acerco y lo recojo.

-Gracias, buenas tardes.

-Que descanse señorita Miller.

Salgo, abro el paraguas y comienzo a caminar, pero la lluvia cae con fuerza. Intento sostener el paraguas cuando un repentino viento se lo lleva. Intento correr para atraparlo, pero es en vano con estos tacones.

-¡No, mierda! -chillo al mojarme, y esta realmente fría.

Me detengo en la acera, tratando de pedir un taxi mientras me mojo. No puede ser posible, ¿por qué el karma me está jugando de tan mala manera? No recuerdo haber sido tan rencorosa o mala durante todos estos años, e sido más que buena y paciente.

Un Tesla negro se detiene frente a mí, y supongo que es un Uber. Observo a través de los cristales oscuros, abrazando mis brazos por el frío, y cuando el cristal se desliza hacia abajo, me encuentro con Dante Ivanov en el asiento del conductor. Extrañamente, mi pulso se acelera de inmediato. Separo los labios para tomar aire, incapaz de disimular mi falta del mismo.

-Sube.

La voz de Dante Ivanov inunda mis oídos, y casi siento cómo mi corazón da un vuelco con agresividad.

-Yo, mojaré tu auto.

Admiro los asientos blancos de cuero con preocupación.

-Miller, sube.- vuelve a decir rodando los ojos.

-Yo estoy perfectamente bien así amo la lluvia, puedes seguir.- miento

Él hace un gesto de fastidio rodando sus ojos y desciende del auto. Abro mis ojos y mi corazón golpea con fuerza contra mis costillas, un nudo se forma en la boca de mi estómago. Observo a Dante empapándose por mi culpa; su elegante y costoso atuendo comienza a mojarse. Lo veo quitarse el saco con rapidez, acercarse a mí y colocármelo en un abrir y cerrar de ojos. Me quedo perpleja, observándolo. Abre la puerta de su auto para que suba, y me mira a los ojos una vez más mientras subo sin decir una palabra.

Trago hondo cuando cierra la puerta, corre hacia el lado del conductor y se sube nuevamente.

-Lección número uno: cuando se te presenta una oportunidad, no lo pienses dos veces; debes acceder y atacar... eso te ayudará con tu diario vivir créeme. No puedes ser indecisa, Miller.

Añade, encendiendo el calefactor con determinación.

-¿Ahora me darás lecciones?- le interrogo con evidente sarcasmo.

-Si, mas vale que vayas memorizándolas. - responde con un sarcasmo más acentuado y no puedo evitar no sonreír.

-Gracias... no pensé que un enemigo podría verte mojando y pararía a recogerte. -digo con ironía y él sonríe. -Es aquí donde se supone que cumplas con el dicho "puedo ver a mi peor enemigo mojándose y no le ayudaré, pasaré por su lado y lo mojaré".

Dante niega con una sonrisa juguetona.

-Las decisiones rápidas y los gestos de cortesía son esenciales, sin importar quién sea. Además, recalco que somos enemigos ante tus ojos, ante los míos no. -comenta sin desviar la mirada de la carretera.

-Vamos, Ivanov, no te hagas el más servicial y buena onda. -me quejo.

-Siempre me pregunto de dónde sacas tanta energía para pelear y discutir todo el día. -añade, con una mirada perspicaz.

-¿Sabes, Ivanov? Quizás te sorprenderías si supieras que no es energía, sino pura determinación. -respondo, desafiante, mientras el auto avanza por la ciudad iluminada.

Él suelta una risa corta, como si mi respuesta le resultara entretenida.

-Bien, Miller, eso explica muchas cosas. -admite, su mirada fija en la carretera.

La lluvia persiste lánguidamente, y el sonido de las gotas golpeando el techo del Tesla crea una especie de murmullo de fondo. Dante no muestra signos de querer detener la conversación, así que decido continuar.

-Lección número dos, supongo. -comento, manteniendo la ironía en mi voz. -¿Debería anotar estas enseñanzas en algún lugar?

-Solo si deseas mejorar en el juego. -responde con una media sonrisa.

-¿Juego? ¿Acaso para ti todo es un juego, Ivanov? -pregunto con escepticismo.

-La vida es un juego, Miller. -declara con confianza, y su tono de voz me hace dudar por un momento.

-¿Y cuál es tu objetivo en este juego? ¿Ganar a toda costa? -mi voz denota una mezcla de curiosidad y desafío.

-Ganar, sí, pero no a cualquier costo. -responde después de una breve pausa. -Ganar de la manera que mejor sirva a mis intereses y a los de aquellos que considero importantes.

El calor del ventilador contrasta con el frío que siento por el agua de la lluvia que aún me empapa. Mis cabellos gotean agua mientras mi atuendo se aferra al cuerpo, y a pesar de que la calefacción en el auto es reconfortante, tiemblo del frío.

-¿En qué edificio vives, Miller? -interroga Dante con un tono imperturbable.

-East Side Rockefeller 250. -respondo, manteniendo mi mirada en la calle.

Dante guarda silencio mientras sus ojos analizan mi respuesta. La expresión en el rostro de Ivanov no revela nada, pero su mirada intensa da la sensación de que ha registrado cada detalle.

-Interesante elección. -comenta finalmente, como si esa información le proporcionara una pieza más del rompecabezas que está armando.

Pasan unos cinco minutos estando en silencio, y el frío se apodera de mi cuerpo.

-Aquí estamos. -anuncia, deteniendo el auto frente al edificio donde vivo. -Recuerda, Miller, las oportunidades no esperan, y las decisiones rápidas son la clave para aprovecharlas.

Me observa con intensidad antes de añadir:

-La lección número tres te la daré en otro momento. Prepárate, será más intensa.

Mi corazón late con fuerza ante la ambigüedad de sus palabras, pero antes de que pueda interrogarlo, Dante desliza su mirada hacia mi pecho, siguiendo el mismo camino con mis ojos observo lo que observa; mis pezones están erectos siendo muy notorios sobre la americana blanca que llevo puesta, exponiéndome. Inmediatamente, con las mejillas calientes, me cubro.

-Gracias por traerme. -contesto, pero esto me sale en susurros. Inmediatamente me bajo de su auto sin mirarlo.- El saco lo lavaré y te lo devolveré. -digo sin dejarlo hablar o responder, me adentro inmediatamente al edificio donde está situado mi penthouse. La lluvia persistente me deja con un torbellino de pensamientos y la sensación de que, en el juego que Dante Ivanov parece estar jugando, apenas he rascado la superficie de sus reglas.

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MC | Placeres Retorcidos, Dante Ivanov © (18+) ¡María Del Mar! (COMPLETADA)Место, где живут истории. Откройте их для себя