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El triste de José José era una de las canciones favoritas de Guillermo Ochoa.
Su gusto por la canción lo adquirio gracias a qué su papá siempre la ponía, ya fuera cuando estaba preparando las cosas para su negocio de tortas, que estuviera ayudando a limpiar a su mamá o que tomara unas cervezas con sus tíos, la canción acompaño muchos hermosos momentos familiares.
A pesar de su triste letra, para Guillermo solo le recordaba cosas buenas.
Es por esto que cuando encontró a su novio Lionel, la canción no faltó.
Lionel era un jugador de fútbol argentino que por obras del destino termino jugando en un club Mexicano, era el delantero del América.
Guillermo era el portero de dicho club.
Desde que se vieron sintieron una conexión que los atraía, Guillermo fue el primero en ir a hablarle al extranjero pues este era muy tímido.
Rápidamente hicieron amistad, no había día en que Lionel no estuviera en casa de su amigo Guillermo.
En una de sus tantas platicas salió la canción a flote, el rizado le contó lo que la canción significaba para él, con el paso del tiempo vio por sus propios ojos cuánto le gustaba la cancion a su enamorado.
Ya no solo iba de vez en cuando a casa del Méxicano, ya era parte de la familia pues sus papás siempre que podían lo invitaban a pasar el rato.
Acudio a infinidad de reuniones familiares (pedas) donde la canción sonaba al menos una vez y Memo la cantaba acompañado de su padre con unas grandes sonrisas en sus rostros.
El y la madre del rizado solo los veían y reían, cada uno miraba a su amor, aunque un joven Messi aún no se atrevía a hablar de sus sentimientos con el morocho, no quería arruinar su amistad.
Pasaron los meses y cada vez se hacía más difícil ocultar sus sentimientos del otro.
Una tarde de abril el mayor tomo valentía y después de un partido contra las chivas donde salieron campeones se decidió a invitar al más bajo a salir.
Lionel no capto en el momento, el creia que sería una salida de amigos como las que tienen a veces al cine o al mercado para comprar el mandado de doña Naty y acepto sin pensarselo mucho.
Terminaron de cambiarse en el vestidor y cada uno emprendió camino a sus respectivos hogares.
Guillermo paso por Lionel a su casa y lo llevo a un bonito parque, pasearon y rieron por horas, Lío sentía algo diferente en la vibra de esta salida.
Guillermo estaba nervioso y más cariñoso de lo normal, no es que se queje pero lo ponía ansioso cada que el rizado le robaba discretos besos en las mejillas o rozaba sus manos.
