Las pequeñas y oscuras ecografías en las manos de Louis le hacían sonreír con cariño y anhelo mientras los tibios rayos de sol del medio día entraban por la ventana delante suyo, calentándole las mejillas como tanto había deseado, pues los días de diciembre estaban cada vez más y más fríos.
Volteó suavemente el cuerpo cuando escuchó la puerta de su habitación ser tocada, para luego abrirse y mostrar una pequeña parte de la cabeza de su hermano mayor, quién apenas se asomaba un poco.
—¿Puedo entrar? —le escuchó preguntar.
El omega rió suavemente, girándose por completo y asintió—. Sí, claro. Adelante.
Jason se abrió pasó entonces, apareciendo con una caja de tamaño mediano en sus manos. El alfa le sonrió con ojos brillantes, dejando la caja en la cama para luego acercarse a su hermano menor observando con curiosidad las ecografías en sus manos.
—¿Son las de hoy...? —preguntó con emoción, estirando un poco sus manos con intención de tomarlas.
—Sí, el doctor dijo que son las últimas hasta dar a luz —respondió, dejando que Jason las tomase.
El alfa examinó con una sonrisa grande las pequeñas fotografías, alzandolas, dándoles vueltas y entrecerrando los ojos para lograr ver cada detalle. Suspiró con cariño y volvió a ver a Louis, la ilusión pintada en cada una de sus facciones.
—Es realmente... Increíble, luce tan pequeña y frágil pero a la vez tan lista y.. —Jason resopló, caminando hasta la ventana mientras sacudía una de sus manos cerca de sus ojos—. Realmente no quiero llorar. No es momento de hacerlo, yo estoy... Estoy bien.
Louis sonrió en grande, siguiendo a su hermano para abrazarlo por la espalda con cariño y recargar su mejilla en él. Su enorme barriguita le impedía pegarse por completo a su cuerpo, pero era suficiente para pasar sus manos por delante suyo y entrelazarlas sobre su pecho.
—Heeey, todo está bien. —le dijo—. Pronto podremos cargarla y decirle cuán felices estamos por al fin tenerla.
—Sí, sí. Tienes razón —el alfa sorbió su nariz y asintió, dándose la vuelta de nuevo. Louis le soltó y encontró sus ojos brillantes—. ¿Cómo te has sentido desde anoche, todo está bien?
El omega asintió, pasando una mano por su abultado estómago.
—El doctor dijo que las contracciones eran normales, y que estuviese atento a cualquier otra cosa. Realmente estaba preocupado, si soy honesto... Se siente extraño, pero estoy bien. Me siento bien.
Jason le observó con preocupación y luego palmeó muy suavemente su hombro.
—¿Mencionaron si era posible que...?
Louis asintió otra vez, viéndose entonces algo mortificado.
—Sí, es probable. —asintió, chasqueando la lengua—. Por eso me pidieron que estuviera muy, muy, muy atento.
—¿Te duele ahora?
El menor negó, suspirando.
La cosa era que, durante toda la noche estuvo sintiéndose extraño y luego, cuando un profundo dolor le hizo chistar y retorcerse en su cama, fue momento de preocuparse. Llamó a su padre, a su madre y también a su hermano, quienes se estuvieron asegurando que la situación no empeorara durante la madrugada.
Aunque Tobias quiso salir corriendo junto con Louis hacia el auto apenas le miró hacer el primer gesto de dolor, fue gracias a Emiliano que pudieron calmarse entre todos y prefirieron llamar al hospital, donde les dieron instrucciones y recomendaciones para seguir antes de arriesgarse a salir en mitad de la madrugada, con un clima demasiado frío y un trayecto en la carretera algo peligroso. Como no sucedió nada relevante, más allá de esas pequeñas contracciones, gestos fruncidos y dientes apretados, decidieron esperar al amanecer para visitar al médico.
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Llámame por mi nombre | Larry Stylinson
FanfictionLas cosas en casa se complican para Louis cuando por un celo inesperado, termina envuelto en las sábanas con Harry, el mejor amigo de su hermano mayor. • Larry Stylinson. • Omegaverse. • Resubida. • No se aceptan copias o adaptaciones de esta histor...