❝Heart cold as ice blue❞『•MinSung•』

O1

Blue island, 100 habitantes.

En cuanto sus pies tocan el suelo de la helada isla, siente cómo sus pulmones se abren para recibir el aire helado de manera gustosa. Hace mucho frío, con nieve cubriendo cada rincón, pero en lugar de quejarse, admira cada detalle con los ojos brillantes y los labios apretados en una sonrisa. El cielo está nublado y la luz del sol apenas se filtra a través de las esponjosas nubes. El viento choca contra su piel blanca, haciendo que sus mejillas y la punta de su nariz se tornen de un color rojizo.

Han JiSung, sonriente y con el corazón palpitando en su interior, saca del bolsillo de su chaqueta marrón un trozo de papel arrugado que contiene la dirección de su nuevo hogar. Una casa que alquiló apresuradamente hace varias horas con el dinero que había ahorrado durante meses.

Es consciente de que ha hecho una locura, pero no le importa.

¿Cómo podría arrepentirse ahora que se siente más libre y vivo que nunca? La adrenalina aún corre por sus venas y su corazón mantiene un ritmo frenético en su pecho.

Pero lo último que quiere hacer es arrepentirse. Decide que no se preocupará por nada más que llegar a su nuevo hogar para poder descansar.

Camina por la ciudad, llena de hermosos locales como cafeterías, tiendas de ropa, farmacias, panaderías y florerías. Se enamora de cada paso que da en ese lugar y mientras camina, se permite observar hasta el más mínimo detalle. Las montañas pintadas de blanco a lo lejos, la niebla que danza con elegancia en el aire, los...

—Lo siento, amigo. ¿Estás bien? — la persona con la que acaba de chocar pregunta con cierta preocupación.

JiSung levanta la mirada y se encuentra con un rubio de ojos azules, con una sonrisa casi dolorosa y un leve acento... ¿Australiano?

—Sí, lo siento—murmura tímidamente—. Estaba distraído.

—Ya veo—asiente—. Eres nuevo aquí.

No es una pregunta, es obvio que acaba de llegar a la isla. JiSung asiente, permitiéndose sonreír.

—Sí, acabo de llegar de hecho. Soy JiSung — se presenta amablemente.

—¡Oh, por Dios! ¡Tú eres JiSung, Han JiSung!

Su sonrisa amable se convierte en una mueca de confusión tras esas palabras.

—Soy Felix, tu casero —aclara al notar su confusión.

Las mejillas de JiSung se encienden, brillando en tonos rosados contra su piel blanca. Bueno, puede que esté muriendo de vergüenza.

—Lee Felix, ¿cierto? —murmura tímidamente.

—Así es—sonríe—. ¿Necesitas ayuda para llegar a la casa? Debes de estar cansado del viaje—dirige la mirada a las maletas del peliazul—. Tengo que comprar algunas cosas, pero puedo acompañarte si lo necesitas.

—Oh, no te preocupes — sonríe con tranquilidad—. Tan solo necesito un poco de orientación y estaré bien.

•••

Mientra.

JiSung arrastra sus maletas con los brazos cansados por el suelo arenoso, se da cuenta de que la casa que había alquilado se encuentra un tanto apartada de la ciudad, más precisamente, en el bosque.