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Las semanas pasan y lo único que JiSung ha compartido con MinHo han sido miradas frías y encuentros distantes en la cafetería de Chan.

No ha podido olvidar las palabras que salieron de sus labios antes de cerrarle la puerta en las narices, y se pregunta más a menudo de lo que debería qué habría querido decir con eso.

“Huye antes de quedar atrapado en todo este desastre”.

Era extraño, pero considerando que las palabras venían de MinHo, no quiso darle más importancia de la que debía. Para ser honesto, no tenía que darle importancia en absoluto a cualquier cosa que tuviera que ver con él.

Considera que MinHo es la persona más borde y gruñona que puede existir en el planeta, y casi puede imaginarlo siendo más mayor, siendo un viejo cascarrabias que no se aguanta ni a sí mismo.

El pensamiento casi le hace reír e intenta ocultar una pequeña sonrisa mientras limpia la barra de la cafetería. Es un día tranquilo, como la mayoría de ellos en aquel lugar, y eso es algo que él adora de la isla: la tranquilidad y la poca gente que habita en ella.

—¡JiSung! — exclama Felix, entrando en la cafetería vistiendo un abrigo blanco no muy grueso, con su sonrisa radiante y su pelo rojo despeinado—. Ponme un café caliente, guapo.

El mencionado sonríe y asiente. Se siente cómodo con él, siente que puede considerar a Felix, HyunJin, Tiffany y Chan sus amigos, y eso le hace más feliz de lo que creía. Porque si algo le daba miedo, era quedarse solo de nuevo.

—Estaba pensando... — Felix vuelve a hablar mientras el vapor escapa del vaso para llevar en el que JiSung preparaba el café—. ¿Te gustaría venir a cenar a casa?

El peliazul levanta la mirada, sus ojos clavándose en aquellos azules cálidos.

—¿A tu casa? — pregunta con el ceño levemente fruncido.

—Sí, solemos juntarnos todos a cenar muchas noches — explica con su habitual sonrisa.

—¿Todos? — quiere saber.

—Ya sabes, Chan, Tiffany, HyunJin y MinHo.

MinHo, claramente MinHo estaba incluido. Y él sabe que eso no puede acabar bien. La sola mención de su nombre le causa una mueca.

—No quiero molestar... —niega con una sonrisa nerviosa, causando que su cabello se mueva de un lado a otro.

—Si molestaras, no te estaría invitando —responde con obviedad y una sonrisa sincera.

A eso se refería, Felix siempre le hacía sentir incluido, tal vez incluso más de lo necesario. Y no se quejaba, pero MinHo gritaba problemas y él realmente no quería otro encuentro como el último.

Aprieta los labios, sin saber muy bien qué decir. Pasar la noche con MinHo posiblemente terminará en gritos y comida por los aires, en platos rotos e insultos de un lado a otro.

No sonaba para nada bien.

—MinHo no debe estar de acuerdo... — es lo que finalmente murmura, dejando el café ya listo sobre la barra de mármol.

—Me da igual si MinHo está de acuerdo o no, es mi casa y yo quiero que vengas— toma el café y coloca su otra mano sobre la de él—. Es tu decisión, no te sientas obligado. Si al final decides venir, mándame un mensaje, pero no dejes que él te impida hacer algo que quieres.

JiSung sonríe sincero. El rubio tenía razón, ¿por qué debía detenerse de hacer algo que quería solamente porque MinHo no supiera controlar sus modales?

A la mierda MinHo.

—Está bien.

•••

Jueves por la tarde, JiSung caminaba de un lado a otro ayudando a Tiffany con los clientes en la cafetería. Estaba abarrotada de un grupo de turistas que habían hecho una parada en la isla para cenar, y tanto Tiffany, Chan como él no daban más. La pareja estaba acostumbrada a las olas de turistas que llegaban de vez en cuando, rompiendo la calma y tranquilidad de la isla helada. Pero para él, todo aquello era nuevo. Se había acostumbrado a las semanas tranquilas, donde conocía a los clientes habituales y no tenía mucho que hacer.

❝Heart cold as ice blue❞『•MinSung•』Where stories live. Discover now