III

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Al amanecer ambas chicas intercambiaron sonrisas, se habían unido algo que habían deseado desde que eran cachorras, pero no se habían unido con cualquiera, ellas se habían unido con la persona que sus almas se habían unido en el pasado, con la persona que seguían amando a pesar del tiempo. Llegó el momento de levantarse, entre caricias amabas se vistieron y bajaron para reunirse con el resto de su familia quienes notaron las marcas

—oh por Dios están unidas

Comentó la segunda CEO, quien notó rápidamente las marcas en el cuello de ambas mujeres, Morgana sabía que su hermana estaba saliendo con Jack Sheppr desde hace un año que ver a su hermana gemela unida a otra mujer le pareció curioso. Por otra parte la segunda reportera estaba feliz por su hermana de saber que había encontrado una pareja que era muy diferente a su ex Jana ya que esta había jugado con los sentimientos de su gemela y en una ocasión Kara y Linda cambiaron de lugar para que la segunda humillara a la ex de la primera. Pero la castaña no mostraba ninguna emoción, tenía el ceño fruncido antes de levantarse y subir las escaleras, se escuchaban las pisadas fuertes mientras subía las escaleras, un poco después un portazo rompió el silencio

—descuida está celosa de que su joven hermana se uniera antes que ella

Con las palabras de Morgana el ambiente se relajo, Eliza sabía la que el comportamiento de su primogénita no era por celos, era porque no le gustaba que hubiera felicidad en un día que debe de ser triste. La rubia mayor optó por dejar a las joven hablando en el comedor mientras iba a ver a Alexandra; tocó con suavidad a la puerta y no entró hasta que fue invitada. Alex estaba ahí recostada en su cama con la espalda a la puerta así que la omega se sentó al lado de su hija quien ni se inmutó ante su presencia

—crees que Kara no debería ser feliz hoy ¿verdad?

La joven alfa se dio la vuelta para enfrentar con su madre, sin hablar asintió con la cabeza

—pero yo estoy muy feliz por la muerte de tu padre...

La pelirroja incrédula abrió la boca para decir algo pero su madre rápidamente levantó una mano para que le permitiera seguir

—yo jamás amé a tu padre... yo estuve y aún estoy a la espera de mí destinada... en mi juventud tu padre estaba obsesionado conmigo, siempre que alguien se acercaba a mi creaba chismes para perjudicarlo y que se alejara de mi... sus padres se enojaron tanto que lo sacaron de la herencia familiar; yo acepté a casarme con él para que me dejara en paz, yo jamás lo amé. Cuando naciste pensé que solo serías tu y me dejaría en paz pero volví a entrar en celo y eso resultó en Kara y Linda al año siguiente, ustedes tres son y siempre serán mi felicidad, tu padre jamás fue mi destinado y su muerte solo me liberó

Alex no sabía que decir, jamás había escuchado la historia de parte de su madre y lo tan alejada que estaba de su padre en verdad. En cambio durante su vida escuchó como sus abuelos paternos lo aborrecieron por casarse con una omega en lugar de una beta, la realidad era mucho peor a lo que pensó; abrazó a su madre y pidió perdón por su comportamiento, bajo de nuevo para reunirse con sus hermanas, abrazó a Kara felicitándola. Si bien era doloroso la pérdida de un padre no podía llorar por un monstruo que se obsesionó con su madre que le arrebató la posibilidad de ser feliz con quien realmente amaba, ama y amar.

La hora del velorio llegó, el matrimonio de los Zor-El decían un montón de cosas desagradables al ataúd abierto del bata, mientras Alex bebía café y hablaba con viejas amistades del pueblo, tanto Kara como Lena actuaban de forma acaramelada. En una esquina llena de celos observaba la intención del reciente matrimonio, Jana la ex de Kara quien sino hubiera tratado a Kara horrible seguro seria con ella con quien estaría hacia (pobre ilusa) por otra parte Linda y Morgana también estaban algo románticas solo que como aún no se unían no se comportaban como sus hermanas, eran más de entrelazar las manos, un pequeño beso en los nudillos y uno que otro en la mejilla.
Eliza se había acercado a su tía Astra quien le decía que finalmente llegaría a encontrar a su alfa destinada sin un beta demente en su camino. Tras aquello un trío compuesto por dos mujeres y un hombre que desprendían elegancia entraron a continuación con la mirada en alto, dos de ellos eran alfas y habían hinchado el pecho; Eliza captó ese aroma familiar a café y libros, lo que la llevó a girarse para encontrarse de frente con Lillian Luthor o mejor dicho Lillian Thudor (si es Thudor no Thurol; no pregunten solo se me ocurrió)

—finalmente te encontrado mi querida omega

El corazón de Eliza latía de una forma que en otra vida había ocurrido, tomó la mano de su amada con una sonrisa antes de unir sus labios a los de ella; cuando terminó aquel beso Eliza recordó algo del día anterior

—¿porque ayer huiste?

—estaba nerviosa... además debía poner mis asuntos en orden

—¿sabias quien era cuando nos vimos?

—claro, recordé nuestra infancia y nuestra vida adulta cuando decidimos unirnos, la primera en morir fui yo por una enfermedad y prometimos volver a encontrarnos

Eliza sonrió, Alex, Kara y Linda voltearon a verlas, se podía ver en los ojos de sus hijas como estaban felices de que finalmente su madre encontrara a su destinada.

La herencia del lobo Where stories live. Discover now