IV

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Volvió la noche, Kara y Lena repitieron su entrega pero con más amor, en la habitación de la matriarca Danvers, Lillian y ella compartían cama, amabas miraban el techo sin animarse a nada solo esperaban a quedarse dormidas; en la habitación de Linda, ella y Morgana decidieron unirse, ayer habían recordado su historia "recuerdo ese día como si fuera ayer... Lori no está a lista para reinar tras la muerte de sus madres... aprovechó nuestro evidente parecido para decir que las muertas éramos nosotras y que Kara y Lena vivían"
había comenzado Linda "entonces alguien nos describió... nos llamaron traidoras por hacernos pasar por nuestras hermanas y nos mandaron a quemar... y prometí que en otra vida nos volveríamos a reunir" concluyó Morgana.
El amor era el misterio más grande jamás estudiado, dos almas destinadas a estar juntas se volvían a encontrar sin importar el tiempo que les tome.

Para el amanecer Alex era la primera en bajar, se había sentado en el sofá de la sala mientras veía por la ventana pensativa, poco después le siguieron las dos con mayor experiencia en la vida. Eliza le indicó a su compañera que se acercara a Alex para hablar mientras ella hacía el desayuno y así lo hizo

—Alexandra ¿cierto?

—si

—notó que algo te molesta

—no me molesta... es solo que, Kara tiene a Lena, Linda tiene a Morgana y mamá te tiene a ti... ¿quien es para mi?

—bueno... esto es muy difícil ya que tengo 56 años y no encontré a tu madre cuando era joven pero el punto es... no temas en vivir tu vida y tu destinada llegará a ti cuando menos lo espérese

—gracias Lillian

El lindo momento madrastra e hijastra fue interrumpido por las risas de Kara y Lena quienes venían completamente sumidas en su mundo y seguidas de ellas se unían Linda y Morgana con sus marcas de recién casadas y felices. Amabas madres no podían estar más contentas por sus hijas; Lena le pido a Kara llegar a la mesa mientras ella respondía un mensaje que acaba de llegarle

Jack: hey cariño ¿dónde estás? Has estado desaparecida por dos días

Yo: lo siento, se acabo. No me escribas, llames o busques

Lena había sido directa pero no del todo, apagó su teléfono para sentarse a desayunar en familia, su madre notó las marcas de unión en sus hijas. Sus tres bebés se habían casado, si bien estaba muy feliz por sus hijas no e hijo que no estaba presente no podía evitar sentir el nido vacío; sus ojos se fijaron en Alex la única soltera de la familia por ahora

—Alex, si te quedas con Eliza y conmigo un mes te compro la motocicleta que tú quieras

—aceptó

La omega miro incrédula a su pareja quien sobornó a una de sus hijas alfas para que se quedara en casa con ellas. La alfa beso la frente de su omega con un "lo entenderás cuando Alex se case".

                                   *

El entierro fue temprano, como el día anterior no había lágrimas... en especial cuando Alex le contó la historia de la obsesión de su padre a su madre a sus hermanas menores quienes se alegraron de que finalmente estuviera muerto. Afortunadamente fue rapido ya que el ataúd se había caído mientras lo bajaban y decidieron cerrar lo demás así, los dos pares de gemelas se despidieron de sus madres pues las azabaches debían reunir sus cosas para mudarse junto con sus parejas. El viaje de regreso a Ciudad Nacional fue algo largo y un poco más corto hasta llegar al apartamento de Lena, la omega llevo el auto al estacionamiento percatándose de que su ex estaba esperando; ella suspiró y la alfa se dio cuenta de la incomodidad de su pareja por aquel hombre. Ambas bajaron del auto, de forma inmediata Lena tomó la mano de Kara mientras caminaban al elevador que era donde Jack estaba esperando

—Lena! Cariño podemos hablar?

La alfa que aún sostenía la mano de su omega comenzó a gruñir ante aquellas palabras cariños dirigidas a su esposa, la omega tuvo que soltar feromonas calmantes para su mujer a la vez que presionó el botón de bajada del elevador

—no hay nada que hablar, no me vuelvas a llamar cariño porque no somos nada

El alfa infló su pecho para poderse ver más intimidante hacia la omega la cual no sintió ningún efecto ante la posición osca del alfa; por fortuna el elevador llegó y la pareja pudo subir a el

—y si me disculpas mi esposa y yo iremos por mis cosas

—¿como que esposa? Lena eres mi novia!

—era!

Mientras subían al penthouse de Lena, Kara se mantuvo en silencio con el ceño fruncido, al salir de aquella pequeña caja de metal y entrar en su antiguo hogar Lena se vio obligada a enfrentar a su pareja

—puedo oler que aún quieres bajar y golpearlo

—no sabia que tenías pareja

—yo... omití eso... bueno realmente no nos detuvimos en pensar quienes somos ahora solo en que nos volvimos a reencontrar

—el... ¿te llegó a anudar?

—no jamás lo deje, solo era sexo sin marcarme o anudarme

—ahora quiero bajar y matarlo

—Kara...

—se vale que esté celosa, tu rompiste la foto de Jana besándome yo puedo sentir celos por ese idiota alfa

—¿como no dijiste algo?

—porque ella rompió mi corazón el día de graduación antes de que yo fuera a la universidad de Ciudad Nacional... además yo quería romper la foto pero Linda dijo que debía dejar que mi esposa lo hiciera

Ante aquellas palabras la omega tomó el rostro de su alfa para poder besarla y mientras eso pasaba la azabache empujó a la rubia para que cayera sobre el sofá, se sentó a horcajadas de ella mientras se frotaba con la necesidad a flor de piel, por supuesto lo terminaron haciendo en aquel sofá, cada caricia y cada beso sobre la piel puesta en la otra reflejaba la pertenencia y cuando ambas llegaron al final del climax Kara se dejó venir con su nudo, el tercer nudo en poco tiempo lastima que ninguna estaba en celó como para que hubiera futuros bebés.

La herencia del lobo Où les histoires vivent. Découvrez maintenant