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Esa mañana Morgana se sentó de golpe dejando que la sábana dejando al descubierto sus pechos, salió de la cama para apresurarse en vestirse, sacó a su esposa de la cama obligando a que se vistiera; ambas entran al departamento de sus hermanas las cuales preparaban el desayuno

—¿Morgana?

—¿que es lo que te incomoda?

—en nuestra vida pasada, antes que tú y Linda aparecieran... fui abusada en el castillo, ese hombre es hoy en día el amigo de Kara, James

—el fue el único no nos felicitó por la boda

—y sabe donde vivimos

—hay que mudarnos cuanto antes, si ustedes se van nada asegura que no lo intente con Morgana

Al cabo de un par de horas los dos pares de hermanas ya tenían nueva casa, Kara dormía en el sofá del departamento mientras Linda estaba de guardia. Las Omegas empezaron a empacar la ropa de la mayor entre anécdotas y risas

—¿alguna vez pensaste que terminaríamos formando una manada?

—no, pensé que sería mi esposa, mi hijos y yo... nunca pensé que estaría con mi hermana, mi cuñada y sus cachorros... es algo maravilloso

Linda entró en cuatro junto con una Kara apenas descansada pero lo ocultaba, Morgana y Linda se despidieron de la otra pareja para poder preparar sus maletas. La rubia se sentó en la cama mirando a su bella esposa con todo el amor que podías, la azabache pone su mano sobre la mejilla de su amada, la acaricia con todo el amo que puede transmitir

—odio que no duermas

—ya abra tiempo en la nueva casa, cuando sepa que estes segura

—estoy segura a tu lado

Mientras Lena intenta que Kara duerma, en el otro departamento Morgana y Linda empacaban sus ropas y objetos de forma sincronizada mientras se comparten sonrisas amorosas

«¿crees que James intente meterse con mi hermana?»

«por como mi hermana no durmió toda la noche, es probable»

«quiero intentar crearle una trampa para acabarlo»

«Morgana no quiero arriesgar a que te haga daño»

«pero...»

«no»

La pareja termina de empacar así que van por sus hermanas para tocarles la puerta, Lena y Kara abren con sus maletas ya en la puerta, las cuatro salen con mucho cuidado de que las omegas no se lleguen a caer y se dirigen a los autos en los cuales las omegas son las que manejan sus propias autos

—puedes dormirte

—quiero esperar...

—Kara, estamos en un auto en movimiento estoy segura y también los cachorros, por favor duerme

La rubia asiente y se acomoda para poder dormir, a solo cinco minutos de camino Linda y Morgana se dan cuenta que hay un auto que más está siguiendo por lo que alerta a su hermana

«Morgana: Lena ¿puedes escucharme?»

«Lena: si ¿que sucede?»

«Morgana: hay un auto siguiéndonos»

Las alfas voltean a ver a sus omegas como si hubiera oído esa platica telepática entre hermanas

«Kara: ¿puedes ajustar el retrovisor y ver quién nos sigue?»

«Linda: bien... oh por Rao!»

«Kara: ¿qué es? ¿Qué viste?»

«Linda: es James»

«Kara: no podemos ir a las nuevas casas»

«Lena: Kara...»

«Kara: si llegamos a las casas el sabrá donde vivimos y ya no será seguro»

«Morgana: ¿que hay que hacer entonces?»

«Kara: hay que perderlo e ir a Midvale»

Tanto la rubia y la azabache les pareció raro que pudieran escucharse y hablarse, se supone que entre cuñados era imposible usar la telepatía.
Ambos autos se van por rutas diferentes, James elige ir detrás del auto de Kara y Lena dando la oportunidad de que Linda y Morgana se dirijan a la casa de Eliza en Midvale, el otro par de gemelas llevaban dos horas tratando de perder a James por suerte Lena aprovechó el cambio de un semáforo donde los otros autos le cortaron la pasada para dirigirse entonces a Midvale donde ya las esperaban

—tardaron mucho

—el muy ingrato no nos dejó por dos horas hasta que otros le cortaron el paso

—bueno ya está a salvo y ahora tu debes ir a dormir

La omega madre dijo señalando a la alfa recién llegada, mientras todas entraban la alfa madre se quedaba para asegurar que las omegas estaban a salvo, una vez todo en orden cerró la puerta y se reunió con su familia; Lena dirigía a su esposa arriba a su vieja habitación aquella en la que se unieron para que la rubia durmiera. Abajo quedaban Morgana y Linda con las matriarcas

—bueno chicas cuéntenos exactamente qué ocurrió

—bueno, de acuerdo con lo que Lena me está contando, James en otra vida era un simple criado que estaba obsesionado con ella, la primera noche entró a su habitación donde solo la manoseó pero después... ya con Kara en el castillo... oh por Dios!!!

—¿que? Morgana ¿que te está mostrando?

—el la violó y terminó dentro de ella... el terror en su mirada no se puede comparar

—eso no es todo, Kara lo recordó cuando fue la celebración y cuando anunciamos los embarazos... parece que James también lo recordó

—por eso las seguia...

—bueno aquí están seguras nadie se mete con mí manada

Las últimas dos palabras Lillian las dijo con un gruñido mientras su pecho se inflaba, de forma instintiva Linda hizo lo mismo y poco después apareció Lena con los pies descalzos

—me costó hacerla dormir, pero reconoce que es seguro

—por supuesto, cada hectárea está asegurada

—¿dejaste tu olor en cada árbol como un gato?

—oh no Lena cariño ella hizo lo que nuestros ancestros hacían

—Eliza!!! Eso era secreto

Las tres chicas se rieron de ello, la alfa tenía una mueca adorable de fastidio que hizo que su esposa la besara (sip se unieron), las omegas se dirigieron a la cocina a preparar algo para comer mientras las dos alfas se quedaban abajo hablando de los cachorros que estaban por venir, a Linda le brillaban mucho los ojos al hablar de bebés y Lillian se sentía muy feliz porque Morgana sin duda tendría la familia que siempre quizo a pesar de lo que la estupida profesora le había gritado.

La herencia del lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora