، 🎨 : Capítulo 06.

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Al llegar, Jimin observó la mansión, se notaba la cantidad de dinero que podía tener la familia Jeon, entonces miró un poco apenado sus ropas, claramente no vestía con formalidad.

―Yoon... ―el hombre miró de reojo a Jimin antes de abrir la puerta.

―¿Qué pasa?

―¿En serio crees qué me veo bien? Es decir... Posiblemente-

―No, basta de ser tan negativo. En verdad luces increíble, luces bonito ―rió acomodando los cabellos rubios del chico en su frente.

―¿Y si no le agrado? ¿O a sus hijos?

Yoongi negó ―Estarás bien, el señor Jeon es muy buena persona, sus hijos son un poco difíciles pero verás lo agradables que pueden ser.

Jimin asintió inseguro, viendo la gran puerta blanca.

―Vamos, estaré contigo cualquier cosa, sígueme.

Min abrió la puerta, Jimin le siguió detrás, tal vez ocultándose un poco detrás de Yoongi. El omega escuchó un poco del caos que era ahora la casa, asomándose un poco al lateral de su mayor.

―¡Yeji no me ignores! ―exclamó un hombre de cabellos castaños gritándole a una chica castaña que subió las escaleras. Jimin se sorprendio al reconocerlo.

―¡Papá, Jeongin rompió mi figura de acción! ―llegó llorando un pequeño pelinegro mostrando su spider-man sin una pierna.

―¡Él tuvo la culpa! ¡Rompió mi taza de los avengers! ―seguido Jeongin levantó su mano con el sujetador de la taza y en la otra el resto intacto.

―Sunoo lo arreglaremos, no llores ―pedía el hombre castaño pero el llanto del menor solo incrementó al igual que sus feromonas de tristeza.

A un lado del hombre apareció una pequeña conocida para Jimin, sonrió al reconocerla.

NingNing le hacía una seña extraña, al parecer estaba pidiendo algo, con un puchero en su rostro.

―Nini, ahora no, estoy con tu hermano ―el hombre frunció el ceño a la niña.

NingNing con ojos llenos de lágrimas se giró y lloró en el sillón.

―Señor Jeon ―exclamó una mujer pelinegra cargando a una bebé que también lloraba sin parar―, no sé qué es lo que quiere Yuna, ya le cambié el pañal e intenté darle de comer pero no quiere ―exclamaba cada palabra para que el hombre la pudiese escuchar por sobre todos esos llantos.

El castaño suspiró ―Supongo que-

―¡Papá! ¡Chan me cerró la puerta y machucó mi dedo! ―un niño castaño, mayor de los que se encontraban allí, se acercó al hombre con su dedo índice morado mientras no dejaba de soltar lágrimas.

―¡Fue accidente, le dije que se fuera y no escuchó! ―bajó apresurado otro castaño más grande.

―¡¿Qué demonios Chan?! ¡Te he dicho que tengas cuidado con tus hermanos! ―regañó el hombre yendo junto al otro―. Tranquilo Hyunjin, le diré a Solar que-

―Señor Jeon, Yuna... ―suplicaba la mujer meciendo a la bebé en brazos aún llorando.

―¡Ni siquiera sabes lo que pasó, es su culpa! ―dijo con enojo y subió de nuevo las escaleras.

―¡Chan, regresa! ¡Chan ayuda a tu hermano! ―exclamó el hombre. Parecía entrar en una crisis pero sus ojos se posaron en Min―. ¡Yoongi! Por todo lo sagrado, que bueno que llegas ―sonó aliviado.

―Señor Jeon... Mi descanso de diez minutos ha terminado.

―Que grandioso, ahora, ¿podrías ir a hablar con los proveedores que tengo en videollamada en mi escritorio hace unos minutos? Dije que no tardaría pero todo fue tan repentino.

heart sounds › kookminWhere stories live. Discover now