-𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔- | 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯

-𝐓𝐖𝐎-

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El día empezaba tranquilo para los pequeños príncipes Targaryen, las hermanas jugaban con sus juguetes aunque Helaena le daba más importancia a su diminuto insecto que colgaba de su mano, por otro lado estaba Aegon puliendo su espada mientras Aemond lo observaba y a su lado estaba la reina Alicent que jugaba con su pequeño Baelor y sus juguetes de madera.

Todo era muy pacífico, cada niño estaba en su mundo y Alicent podía descansar de tantos ruidos provocados de sus mismo hijos que necesitaban de su atención. Ella intentaba mantenerse despierta, no había dormido mucho durante semanas, eran esos días donde sus vástagos menores -Visenya y Baelor- se enfermaban y tenía que cuidarlos impidiéndola dormir.

-Visenya ven a peinarte- dijo la reina sentándose en el sillón al lado de su hijo mayor agarrando un cepillo

-Pero así está bien madre- respondió la menor yendo a pasos pequeños

-Si quieres ir con tus hermanos a entrenar, tengo que trenzar ese cabello- la menor corrió hasta su madre y se sentó al lado de ella -Aegon deja esa arma, puedes golpear a alguno de tus hermanos-

-No te preocupes, ya nos vamos al patio-

-¿No van a esperarme?- preguntó Visenya mientras su madre trenzaba su cabello -Prometiste que le enseñarías a Ron y a mi-

-Daeron ni siquiera quiere ir Nya, no molestes y quédate con Helaena y madre- dijo el príncipe mayor levantándose y tomado a su segundo hermano hacia la salida

-Aegon lleva a tu hermana un rato y luego la traes cuando allá terminado y podrás continuar con tus actividades-

-¡Pero madre!, ella no sabe ni tomar la espada, es una inútil y yo no soy un guardia como para perder el tiempo enseñándole-

-¡Aegon!- grito con enojo la reina, a esto todos sus hijos voltearon a verla. Alicent se quedó callada y los príncipes bajaron sus miradas con miedo, ella se paró de su asiento con firmeza y se posó enfrente de su vástago mayor -Es de tu hermana de la que estás hablando, una princesa al igual que tú que merece el mismo respeto y si estás ante mi o ante cualquier persona no le levantarás la voz a ninguno de tus hermanos ¡y menos enfrente de tu madre!- Alicent tomó el brazo de su hijo lastimándolo un poco -¿Comprendes Aegon?- el joven seguía con la mirada baja sin responderle a su madre -Quiero que asientas si lo entendiste- la reina tomó el mentón de la cara de su vástago con su mano libre, forzándolo a verla

-Si madre- contestó Aegon con temor, y su madre lo soltó del brazo y de la cara

Alicent se volvió a sentar más calmada y siguió trenzando el cabello de su niña. El ambiente se tensó dentro de la habitación, nadie se veía entre sí y hacían cualquier otra cosa para ignorarse.