-𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔- | ❛Después de años sin tener contacto entre las dos familias reales. La princesa heredera, regresó a King's Landing junto a toda su familia en un intento de defender el nombre de sus hijos ante la corte.
Esto revivió relaciones tant...
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La oscuridad envolvía los pasillos de Red Keep, donde el silencio solo era roto por los pasos calculados de Talya y más servidumbre que llevaban cosas de un lado a otro.
La mujer encargada de la reina y la seguridad del pequeño hijo de la princesa Visenya, había recibido un mensaje por medio de un caballero de los Capa Doradas. Dándole órdenes explícitas para las siguientes horas de la perturbadora noche que se avecinaba.
Al llegar al piso donde la familia real prácticamente vivía, se escabulló para llegar a los aposentos de la reina viuda de la maneras más sigilosa y no llamar la atención. Al entrar, pudo ver que todo estaba completamente a oscuras, a excepción de unas cuantas velas que iluminaban alrededor de la cuna del pequeño príncipe al que cuidaba regularmente.
Se acercó con mucho cuidado, se detuvo frente a la cuna, mirando al pequeño príncipe. Sus ojos se entrecerraron por un momento, como si dudara de lo que estaba a punto de hacer, pero sacudió esos pensamientos rápidamente. No había espacio para la vacilación. Con un movimiento ágil y silencioso, tomó al niño en brazos, envolviéndolo en una manta suave y asegurándose de que no despertara. Aemond apenas murmuró en sueños, sin advertir el peligro que lo rodeaba.
Talya se apresuró a salir de los aposentos por los pasillos ocultos detrás de la pared, consciente de que tenía el tiempo contado.
Después de recorrer la mayor parte de la fortaleza, llegó hasta las mazmorras de Red Keep, donde ya la esperaban los caballeros de turno y que tenían las misma órdenes que ella. Abrieron las puertas del último piso y atravesó, aún con el príncipe en brazos, todo el oscuro pasillo hasta llegar a la última celda, donde, según sus informantes, estaban resguardados todos los acompañantes que habían permanecido en King's Landing por la princesa Visenya.
Al estar frente a los barrotes, pudo ver solo dos siluetas de las cinco que suponía tenían que ser.
—¿lady Diane? —preguntó en voz baja, queriendo no llamar la atención de las demás personas en las otras celdas.
Una sombra se movió entre las oscuridad, acercándose hasta los barrotes lentamente y a rastras.
—¿Quién es usted? —pronunció la llamada, entrecerrando los ojos para poder reconocer a la mujer al otro lado de la puerta. —. ¿Taly..?
—Shhhh. No hagas ruido o lo despertarás.. —Talya bajo la voz, señalando el bebé en sus brazos. Diane intentaba abrir los ojos para poder ver bien lo que Talya le enseñaba, hasta que alzó una ceja y quiso pregunta porque se había robado un bebé. —Es de tu princesa. Despierta a los demás, tienen que salir ahora mismo.
—Solo estamos ser Maelon y yo. Los demás son ahora cadaveres.. —dijo la doncella, tratando de tomar el aire fresco del pasillo.
—¿Quién lo hizo? —preguntó la mayor, alzando la vista para ver los cuerpos en descomposición por detrás de Diane.
