незабываемый танец

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Al llegar al lugar Aaliyah y yo bajamos corriendo. Desde que se hicieron amigos no dejaron de hablar y en cuanto les pedíamos que se callaran Lev nos miraba con odio. Al ver los múltiples periodistas acomodamos nuestros trajes y ayudamos a los omegas a bajarse. Con cuidado, agarre el brazo de Étienne, entrelazando ambos.

–Solo mira afrente, no bajes la cabeza.

Dije al ver su nerviosismo. Aunque al mirarme, se sonrojó a más no poder y desvío la mirada. Los periodistas se acercaron a hacerme preguntas sobre mi acompañante. Además, de mi inesperado regreso. Ignorándolos entre al salón. Inmediatamente, muchos señores se acercaron a hacerme preguntas.

–Ve con Lev, te alcanzaré después.

Ordené. Tras esto agarró la mano de mi hermano que no dudo en ayudarlo. Mientras permanecí hablando con los ancianos y les informe sobre la boda y mis planes de entrar a un puesto alto de gobierno. Al conocer a mi familia, sabían que en algún momento lo haría. Así que a ninguno lo tomó por sorpresa.

–Hermano, veo que llegaste antes.

Hablo esa voz que conocía perfectamente.

–Sí.

Respondí fingiendo una sonrisa. Pavel, sin permiso, se metió en nuestra conversación. De lejos se podría notar como esos pobres ancianos luchaban por soportarlo. Incluso llegué a pensar que se les caería la sonrisa. En cuanto el jazz comenzó a sonar me despedí de las víctimas y me acerqué a mi omega.

–¿Me concederías esta pieza?

Pregunté estirando mi brazo. Con delicadeza agarró mi mano y me siguió hasta la pista de baile. Allí entre medio de todas esas personas, juntamos nuestros cuerpos. Poco a poco nos acoplamos al ritmo de la música y de nuevo me perdí en sus hermosos ojos. Era impresionante la capacidad que tenían sus ojos de embrujarme. A pesar de que ambos teníamos los ojos azules, la diferencia era inhumana. Sus ojos claros y llamativos y los míos oscuros y apagados. Sin duda era magnífico ver cada parte de él. Desde sus ojos hasta el movimiento de su cintura al ritmo que mi mano le dictaba.

Allí entre toda esa gente nuestros labios se juntaron en un tierno beso lleno de amor. Ese cálido beso que haría sonrojar hasta el más frío, o sea Adrien. Y tras el culminar de este Étienne se recostó sobre mi hombro. De lejos Lev, nos miraba con dulzura y recelo a la vez. Cuando solo eramos nosotros dos, solíamos bailar durante toda la noche. Sin importar quién fuera mi acompañante. Lamentablemente, esa música llena de romance no duró para siempre. El tiempo pasó y con él, la música se esfumó. Poco a poco, más gente se fue acercando a mí. Pertenecer a la familia más poderosa de Rusia no era tarea fácil. Aunque cada vez que podía hablaba sobre mi omega y la boda que se acercaba.

Esta tenía que ser magnífica. Desde el vestido hasta un simple plato. Todo tenía que ser perfecto y mi padre se encargararia de eso. Él deseaba con ansias realizar la boda lo más pronto posible. Así, según él, tendría a sus nietos en sus brazos lo más pronto posible. Aunque eso sería un poco complicado. Puede que Étienne se comporte cariñoso conmigo, pero solo lo hace por su promesa. Aún tengo que buscar un plan para hacer que esa noche sea más llevadera y no llore por cualquier mínimo toque.  Quiero que ambos lo disfrutemos a tal punto que nos falte el aire.

–Vaya, vaya.

Hablo esa odiosa voz que tanto me enojaba. Aunque por su tono masculino sabía que no era mi madrastra, más bien alguien mucho más codicioso que yo.

–George, debo agradecerte por tu invitación, esta fiesta es magnífica.

Hable agarrando la mano de mi omega con firmeza...

Peligro RusoWhere stories live. Discover now