Трагедия

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–Padre.

Murmuré.

–No tengo hambre.

Informó levantándose de la mesa y saliendo de la sala.

–Dame mi arma.

Ordené. Rápidamente Caesar me paso la pistola que ya cargada esperaba ser utilizada. Tras tenerla en mis manos me levanté.

–Aleksander.

Murmuró Étienne preocupado.

–Es solo por seguridad.

Me excuse y solté su agarre para caminar hacia la sala, en la que se encontraba mirando la ventana.

–Puedes creer que el hijo que cuide con tanto esmero en realidad es un bastardo.

Dijo mirándome con furia. Una furia que mi yo de siete y quince años tuvo que ver en acción.

–¿A que te refieres?

Pregunto.

–¡Lev no es mi hijo! – exclamó lleno de odio – Durante ese maldito viaje a Francia me engaño. ¡¿Puedes creer eso?!

Exclamó lanzando uno de los jarrones que allí se encontraban.

–¿Por qué piensas eso?

Pregunté.
–-Ella me lo dijo. Me lo restrego en la cara – respondió – Quizás por eso es el único con ojos verdes.

Dijo caminando por la habitación. Cada vez que pasaba por mi vista mis nervios aumentaban dejandomesin aliento.

–Puede que no lleve tu sangre, pero, Lev te ama más que todos nosotros juntos.

Persuadi.

–Incluso si me adora, el no merece ser un Lermontov. ¡Siquiera debió haber nacido!

Exclamó caminando hacia el pasillo.

–¡¿A dónde crees que vas?!

Pregunté agarrando el cuello de su camisa. No podía dejarlo ir, no en este estado. No quiero volver a presenciar otra desgracia causada por el hombre frente a mi. Y mucho menos que la víctima fuera mi pequeño hermano menor.

–Ese maldito no merece vivir.

Murmuró intentando zafarse de mi agarre. Utilizando parte de mi fuerza lo senté en el sofá. Aunque fue un error. Al estar frente a mi no dudo en atacarme destrozando todo a su paso.

–¿Qué es ese ruido?

Pregunto Adrien acercándose junto a los demás.

–Aaliyah, saca a Lev de aquí. Llévalo a Edimburgo.

Ordené. En Edimburgo se encontraba mi tío que adoraba a Lev.

–¿Por qué?

Preguntó la chica.

–No hay tiempo para explicaciones.

Dijo Caesar al entender la situación.

–No iré a ningún lado.

Soltó el omega golpeando a Caesar en su zona débil.

–¡Maldito bastardo!

Exclamó mirándolo con furia.

–¿Por que hay tanto ruido?

Preguntó Étienne acercándose con el bebé.

–¡Tú! Todo esto es tu culpa. Desde que llegaste no has hecho más que destruir a mi familia. Por tu culpa mi hijo esta amenazado de muerte, mi esposa esta muerta y este inservible omega no es nada.

Dijo señalandolo.

–¿Por qué dices eso papá?

Pregunto Lev acercándose. En un intento de alejarlo libere un poco mi amarre y el alfa lo aprovecho para golpearme en mi zona débil dejándome inmóvil. A Lev lo golpeó en el rostro tumbando su delicado cuerpo en el suelo. Con furia agarró su cabello y lo golpeó contra el suelo. Para proceder a apuntarlo con un arma.

–Jamas debiste haber nacido maldito bastardo. Espero que te pudras en el infierno junto a tu madre.

Dijo.

Bang...

Retumbó en la habitación. Dejando un fuerte pitido a su paso. Con enojo me levanté y agarre el cuerpo sangriento de mi padre y lo arroje contra la pared.

–Tú eres el que jamás debió haber nacido.

Dije y le dispare por segunda vez acabando con su vida. Entre el pitido procedente del disparó mire a Aaliyah que se dedicaba a ayudar a Lev. Tras ver que estuvieran bien busque a Étienne que me miraba con terror. Rápidamente salió corriendo hacia la puerta principal.

–¡Étienne!

Exclame para correr detrás de él.

Peligro RusoWhere stories live. Discover now