Лев

365 31 0
                                    

Otra mañana fantástica, por ahora. Con algo de apuro me preparo para bajar a desayunar.

-Buenos días Alexia.

Saludos con una sonrisa. Con un leve asentimiento respondió y con alegría me senté en la silla. Ya en la mesa un hermoso desayuno me esperaba.

-¿Dormiste bien?

Pregunto mirándome fijamente.

-Maldita sea.

Murmuró enojado. Por qué tuvo que venir hoy que el cielo está azul y los pájaros cantan con alegría. Este ha sido mi día a día desde que intentaron matar a Étienne. Esa noche en el que los disparos cubrían la habitación. Esa en la que me aferre a su cuerpo utilizándolo como escudo. Al parecer cree que por esa acción me he enamorado de su valiente ser.

Con frustración empiezo a comer con elegancia. Su cálida mirada y sus suspiros amorosos me ponían nervioso e incomodaban. Como siempre todo acaba con la llegada de mis hermanos, Étienne y Adrien que le buscan conversación.

-¿Cómo te has sentido?

Le pregunto al omega que enfrente de mi alimenta a su pequeño príncipe.

-Anoche casi ni se movió y Alekseý durmió como un ángel.

Con esa respuesta supuse que se habia sentido asombroso. Aún no entiendo como puede con tanto ajetreo. Por un lado esta su preocupación por mi hermano que se encuentra en Moscú. Por el otro Alekseý casi no lo deja descansar y lo mismo con el oscilante feto que crece en su vientre. Empiezo a pensar que más que un bebé es un parásito que no viene a arruinar la vida.

-Esperemos que siga así.

Digo con una sonrisa. Pues apesar de ser una molestia sigue siendo mi sobrino a cual cuidare con el corazón. Al terminar mi comida me levanto y agarro mi mochila que en el sofá me esperaba.

-Mi auto esta por aca.

Dijo con una sonrisa.

-Marc, prepara el auto.

Ignoré sus palabras llamando al rubio que con rapidez busca mi pedido. Con algo de sorpresa el alfa me observa.

-Marc, déjalo yo lo llevo.

Ordena. Con enojo lo miro y repito mis anteriores palabras ignorando su orden. Con algo de seriedad me levanta como si fuera un saco y me lleva al auto a la fuerza. Con algo de enojo lucho por abrir la puerta mientras el alfa cruza al lado del conductor. Para mi sorpresa la maldita puerta no abría. Incluso cuando le quite el seguro, sin duda el mundo está en mi contra.

Durante el viaje decido permanecer en silencio. Pues no pienso darle el gusto de escuchar mi hermosa voz. Al llegar a la escuela intento abrir la puerta rápidamente.

-¡Maldita sea! ¿Por que no abre?

Digo enojado.

-Es el seguro de niños, cariño. Les dije a mi mecánico que lo pusiera para que no te lastimaras intentando huir en medio del camino.

Explicó con sinceridad. Con ternura pone su mano sobre mi rostro y lo acaricia obligándome a mirarlo. Con nervios trago la saliva que se creó y acumuló en mi garganta. Al escuchar el sonido del seguro abriéndose salgo corriendo del auto.

-Hola Lev, veo que te trajo tu nuevo novio.

Saluda mi querida y más grande enemiga.

-No es mi novio.

Digo con una sonrisa sarcástica.

-¿Entonces que? Le vendes tu culo para que te de dinero.

Burlo con furia.

-Para tu información, yo no necesito venderme por dinero, a diferencia de otras personas.

Respondo mirándola a ella y su grupito con una sonrisa llena de superioridad. Con enojo me mira, pero se limita a irse con el rabo entre las piernas.

-Eso fue genial.

Dijo mi único amigo acercándose. Benjamín, el omega ignorado y apartado al igual que yo por ser "nerd". Aunque, sé que sólo nos tienen envidia por que pertenecemos a familias ricas. A diferencia de ellas que entraron por becas o incluso por ancianos que a cambio de sexo les pagan la colegiatura.

Peligro RusoOnde histórias criam vida. Descubra agora