CAPITULO II

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CAPÍTULO DOS

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CAPÍTULO DOS

El departamento de policía ha cambiado bastante desde que ya no trabajo con ellos, incluso su seguridad mejoró tanto que estuvieron a punto de meterme preso en cuanto puse un pie dentro de las instalaciones. Nevan me debe una buena propuesta si quiere que los ayude, no me quedan ganas de estar aquí luego de cómo me trataron los de seguridad.

Si no terminé preso fue gracias a que Nevan le avisó a la recepcionista en turno que hoy iría a verlo, asumo que escuchó el ruido que hacíamos y salió a ayudarme. Ella me guía por los pasillos cuando salimos del elevador hasta llegar a una oficina, los policías que me conocen me miran con intriga.

—Es aquí.

Me detengo cuando habla, estaba distraído arreglado mi chaqueta. Era completamente innecesario que los guardias me arrugaran la ropa para sacarme a la fuerza. Ni siquiera los insulté.

—Gracias.

Respondo antes de abrir la puerta de la oficina, adentro hay tres personas incluido Nevan. Están discutiendo y ninguno ha notado mi presencia.

—Es una pésima idea.

—Es la mejor que tenemos —Nevan responde frustrado—. Es nuestra única opción si queremos resolver este caso. No hay de otra.

—¿De verdad piensas mandar a un expolicía para resolver este caso?

Frunzo el ceño por lo que dijo aquella mujer. «¿Están hablando de mí?»

—Ese expolicía era capitán y de los mejores que teníamos. Ni siquiera Jackson se acerca a su nivel.

Nevan camina de un lado a otro mientras sujeta su cabello.

—Lleva años sin trabajar ¿Quién nos asegura que está capacitado para una misión de este nivel?

—Yo podría asegurar eso —Nevan me mira al escucharme—. Espero que tengas una muy buena oferta porque tus guardias de seguridad me amargaron la mañana.

No esperé indicaciones y me senté frente al escritorio.

—Creí haberte dicho que vinieras a primera hora —Nevan se sentó frente a mí— ¿Por qué siempre haces lo que quieres?

Sonreí ligeramente.

—Porque si hubiera llegado a primera hora estaría sentado en esta silla esperando durante una hora completa. Te conozco, siempre llegas tarde.

Escuché un suspiro a mi espalda.

—Eso no interesa —El chico que discutía con Nevan habló—. Si te damos una instrucción debes cumplirla.

—¿Quién es él?

Le pregunto a Nevan ignorando el comentario. Nevan suspira sujetando el puente de su nariz.

Casino de secretos: La misión decisivaWhere stories live. Discover now