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Hace tres días que Luke se había ido, hace tres días Adhara y yo logramos llegar al campamento y desde hace tres días Adhara no despertaba.
Quiron hizo de todo para salvarla, pero simplemente dijo que no podía salvarla. Adhara había muerto, su corazón dejo de latir...
No me había despegado de ella desde que desperté, pero cuando Annabeth me vio con ojeras, todo despeinado y sin haber comido por dos días... me mandó a mi cabaña a que descansará.
No podía dormir, no podía siquiera estar tranquilo. Todos me decían que lamentaban la perdida de Adhara, pero ella no había muerto, ella seguía viva, lo sabía. No murió... No murió... ella no murió.
Chase cuido de Azami, nadie le dijo a la pequeña de la traición de Luke, no era el momento. Su hermana no despertaba y su "padre" apuñalo a su hermana y luego se fue.
Estaba en mi cama, revisando algunos libros que Adhara leyó antes. Annie me los dio, dijo que tenía que distraerme. Detestaba leer, pero ver las pequeñas notas u opiniones que ponía Ady en los libros era... tranquilizante... como si ella estuviera aquí.
— ¿Percy? - me llamó la voz de una niña pequeña
Era Azami... era la primera vez que hablaba con ella.
— ¿Qué paso, Azami?
— ¿Puedo entrar? Sé que está prohibido que entremos a las cabañas de los demás, pero este lugar se ve más tranquilo.
— Por supuesto
La pequeña escondía algo detrás de su espalda, ella se sentó en mi cama.
— Son los libros de Ady, ¿no?
— Sí - le sonreí
— Ella me leía algunos cuentos, siempre fue haciéndolo. No le gustaba leer, pero cuando lo hacía... era como si estuviera dentro del libro.
¿Por qué hablaba en pasado?
— Ella despertará pronto
— Soy pequeña, pero no estúpida, Percy. Sé que mi hermana se fue para siempre...
Su voz se entrecortó y empezó a llorar. La abracé, era inevitable querer protegerla.
— Ella no se fue, Azami. Va a regresar, te lo prometo.
— Ella te escribía cartas.
¿Me escribía cartas?
— ¿Qué?
— Después de tener algunas pesadillas... escribía cartas para el chico de ojos azules. Solo logré encontrar dos, las demás las escondió y no las encuentro.
— Yo-
— Léelas, por favor. Ella lo hubiera querido. Iré a verla, le encantaban las flores azules, le recordaban a tus ojos.
